Los personajes de Naruto no me pertenecen. La historia es de mí autoría.¡¡Disfruten!!
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Me gustas Tú
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Hinata se enamoró a primera vista de él. De su sonrisa, como su aura brillaba alrededor de él. Amable, gracioso, tenaz, fuerte. Él era todo lo que ella quería. Quiere declararse, sólo tendrá una oportunidad y decide jugar todas las fichas.
Naruto nunca había visto a esa chica, jamás había escuchado su suave voz. Pero cuando al fin la ve, no puede dejar de observarla. Inteligente, tímida, soñadora, amable. Cada día que la ve, encuentra más virtudes. Algo nace en su corazón, tal vez protección... y algo más que no sabe si está listo para experimentar.
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3 Semanas Antes de San Valentín
Hinata lo observó llegar y suspiró profundamente. Él sonreía con sus dos mejores amigos, Sasuke y Sakura. Su camisa blanca fuera del pantalón negro, esa vincha negra que usaba para acomodar su pelo rubio rebelde y algo largo, su caminar despreocupado. Su aura brillante como un arcoiris, no dejaba de asombrarla.
Desvío rápidamente la mirada a su cuaderno cuando sus miradas se cruzaron. Con las mejillas calientes, se acomodó un mechón detrás de la oreja y quiso verlo por debajo de sus largas pestañas. Sonrió cuando lo vio de nuevo, concentrado en algo que le decía su amiga.
Soñadora se perdió en sus recuerdos cuando hablaron por primera vez...
—¿Te encuentras bien ttebayo?
Hinata levantó la mirada mientras se acomodaba la falda de la escuela. Había caído de mala forma de un árbol cuando quiso bajar su pequeña gata, en la vereda de su casa. Ni siquiera había entrado a casa cuando vió a su Hime en la copa del árbol frondoso.
Sus ojos como platos al ver al chico que la miraba a unos pasos de distancia.
La larga parka negra abierta con el cuello alto. Naruto Namikaze la observó, con una ceja rubia levantada, sus ojos celestes mirándola de pies a cabeza. Hinata sintió su cara arder al darse cuenta que seguro parecía una loca, con ramas en su pelo y el uniforme sucio y desarreglado.
—Umm... — se levantó, una mueca en su cara cuando sintió el dolor en su rodilla.— Mí gata—, susurró mirando hacia arriba.
Naruto se acercó a ella y miró hacia la misma dirección, un maullido escapando de Hime. Hinata lo vió sonreír al poder localizar al pequeño gato blanco. Él bajó la mirada a ella, una sonrisa ladeada en su rostro.
—¿Quieres que lo baje?— Aunque había preguntado, el rubio dejó caer su maletín al piso, subiendo rápidamente por las ramas.
Hinata observó, asombrada, como él subía sin problemas. Hime estaba demasiado alto para ella, pero Naruto llegó en un abrir y cerrar de ojos. La pequeña gata maullo más fuerte al ser agarrada por un desconocido. Preocupada, juntó las manos en su pecho cuando empezaron a bajar.