Pijamada improvisada.

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Ya era bastante tarde, en breve yo sabía que tendríamos que irnos. Y sinceramente, aunque cuando llegué tenía un montón de vergüenza, ahora me lo estaba pasando tan bien que no quería irme. Ya no me importaba que me viesen con mi pañal por ahí. Ya entendía de que cada uno es diferente y tiene sus circunstancias. Así que ya no me iba a inhibir por ello.

Sergio había terminado de hacer caca justo en este momento. Lo primero que hizo fue tocarse la parte de atrás de pañal y sentir el producto dentro de su pañal.

-Te has hecho mucha caca, Sergio. Pero yo antes hice más.  – dijo Ana toda orgullosa.

-Si claro, lo dudo. – Dijo en respuesta Sergio.

- Déjame ver a ver. – dijo Ana.

Sergio de dio la vuelta y nos enseñó la parte de atrás del pantalón. Yo ayudé a Ana a mirar su creación. Tiramos de la parte de atrás del pañal y miramos dentro.

-Pues yo creo que Sergio hizo más que tú, Ana. – le dije sinceramente.

-¿Pero qué dices? Imposible. – Respondió.

-Yo es lo que creo. – dije nuevamente.

-¿Ves? – Intervino Sergio con tono chulo.

Mientras nosotros estábamos haciendo nuestras cosas, mi madrina y Lucía, la madre de Sergio, se pusieron a hablar sobre la situación de Sergio. Mi madrina intentó hablar con ella y hacerla ver que a lo mejor Sergio solo quería ser su niño pequeño un tiempo más.

-Pero es que tiene 4 años y no ha entrado al cole porque no le dejan entrar con pañal. Yo quiero que vaya al cole para que ser relacione con otros niños y haga amigos. Que sé que no tiene problemas de socializar, pero no sé. Tía estoy un poco agobiada. –

- ¿Te supone mucho trabajo el cambiarle lo pañales? Esa es la pregunta que quiero que me respondas. – le preguntó mi madrina.

-Qué va, solo quiero que vaya al cole en realidad. Lo que no entiendo es por qué ha vuelto a hacerse todo encima de nuevo. No me importa cambiarle el pañal, aunque ya hace unas cacas que te mueres de grandes. – respondió entre risas

-Pues creo que entonces tienes que hablar con él, eso lo primero. Y segundo, ¿Dónde vives? – le dijo mi madrina.

-En los Manzanos. – contestó.

- ¡Pero si vivimos a 15 minutos! Nosotros estamos en la calle de La Marina. Entonces lo del colegio no vas a tener problema, te lo prometo.  – dijo mi madrina con energía.

En ese momento, apareció Ricardo. Es el dueño de la casa y el organizador de toda la fiesta.

-Lucía! Te estaba buscando. El camión de la basura no consigue pasar por la calle debido a que esta tu coche en medio. – comentó.

-Fua, vale. Voy a quitarlo. – dijo rápidamente.

-Dame el pañal, y yo cambio a Sergio sin problemas. – dijo mi madrina.

-¿Seguro?- dijo ella.

-Tía por favor. Cambio pañales con caca todos los días, como tú. – Reía mi madrina.

Lucía se rio en consecuencia, le dio el Pampers y fue a cambiar el coche.

Ricardo antes de que mi madrina se fuese le dijo que estaba pensando en invitar a dormir a unos cuantos, de sus amigos, los que él consideraba más cercanos. Además, que algunos vivíamos lejos y sería mejor que se quedasen a cenar todos, los niños podían pasárselo bien un rato más y ya mañana marchar cada uno a casa. A mi madrina le gustaba la idea, que el viaje en sí es duro.

Buscando a mi nueva mami.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora