Cuando el fuego y el infierno
invadían mi mente y corazón,
tu fuiste la lluvia que logró calmar las llamas.
Pero poco a poco,
la lluvia se fue tornando un diluvio
y aunque no quisieras, ahogabas
cuando menos lo esperabas
Dejaste de ser solo gotas de lluvia
y te transformaste en truenos y relámpagos
en un viento que hacía volar todas mis ilusiones,
en una tormenta.
Pero no te culpo, a veces
siento que yo fui igual que tu,
no valoraba tu esfuerzo
y no hacía el mío.
Quizás tengo razón
no te merecía,
juntos, mas que fuego y agua
eramos dos tormentas
que querían acabar con la otra.
Yo me transformé en lava
capaz de quemar todo lo que pusieras frente a mi
y tu, con tu lluvia, te transformaste en un diluvio,
apagando toda chispa ardiente que se le cruzara.
Escribir estos versos para ti
son más difíciles de lo que esperaba,
no imaginaba que pensándote
me quedaría sin palabras.
Desde que ya no estás
extrañarte, es todo lo que sé,
extrañar aquellas noches
en que el amor nos hacía desvelar,
se ha transformado en una rutina
que no puedo evitar.
Es irónico, te extraño,
te extraño a pesar de no querer tenerte cerca,
te busco con la mirada pero no quiero encontrarte.
¿En verdad te extraño?
¿O será que extraño en quien me convertí contigo?
- Con cariño y rencor, para ti.