Suna Rintarō

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[celos y drogas]

Acababas de salir de tus clases matutinas sobre derecho penal. Estabas formada en la fila del carrito de café, platicando con un amigo sobre el trabajo en equipo que les habían encargado. Rintarō solía ir por ti todos los días ya que su lugar de entrenamiento quedaba algo cerca de tu universidad.

Mientras conversabas con tu compañero de clases, él te tomó del hombro y reían a carcajadas por algún chiste sobre su profesor; era calvo, claro que iban a hacer chistes sobre él y su brillante cabeza. Tú recargaste una mano sobre su hombre mientras que apoyabas tu cuerpo sobre su pecho, de tanto reír ya no podías sostenerte de pie. La descuidada mano de tú amigo viajo hasta tu cabeza dándote pequeños golpes mientras te sonreía.

Un escalofrío recorrió cada rincón de tu cuerpo. Te alejaste de él rápidamente, casi como por instinto. Como cuando un ciervo siente que va ser atacado por un gran tigre. Diste unos pequeños pasos hacia atrás y trataste de decir algo, pero de tu boca solo salían pequeños balbuceos.

—¿Pasa algo [t/n]?–preguntó ladeando su cabeza un poco a la izquierda.—Te notó algo pálida.–dijo colocando su mano sobre tu mejilla. Tu rápidamente la quitaste de un pequeño manotazo.

—N-no te preocupes... estoy bi...–antes de que pudieras continuar fuiste interrumpida.

—Vámonos.–te tomo de la muñeca y jalo.

Era Rintarō, mirando aquella escena, con un Marlboro rojo entre sus delgados labios, su cara no mostraba ninguna expresión; como siempre. Pero tú podías sentir lo enojado que estaba en ese momento. Despegó aquel cigarro de su boca y lo mantuvo entre sus dedos. Te despediste de tu amigo con una leve reverencia y caminaste junto a Rintarō. Lo miraste por un instante y sonreíste.

—¿Quien es el?–pregunto tirando su cigarrillo al suelo y pisándolo.

—Un compañero de clases.–respondiste.

Suna solo murmuro un pequeño "uhm" y caminó dejándote atrás. Tú suspiraste pesadamente y lo seguiste.

—Rin... ¿todo bien?

—Todo bien.–contestó sin más.

—Bien.–tus pequeñas manos ansiosas se acercaron a las de el, queriendo tomarlas y entrelazar sus dedos. Pero cuando estuviste a punto de hacerlo Rintarō la apartó rápidamente y te miro.

—No me toques.–fue lo único que dijo, para después subir a su vehículo.

[...]

Ya era de noche y seguía sin hablarte. Rintarō estaba en el balcón fumando algo de marihuana, tú sabía que lo hacía, pero de algún modo la idea te desagradaba. Fumar cigarrillos estaba en tu limite ¿pero marihuana? No, eso no. Suspiraste pesadamente y cerraste la puerta corrediza del balcón ya que el humo estaba entrando a su habitación; Runtarō solo volteó a verte y se rió entre dientes.

Cuando Suna terminó de fumar entro y se puso sus pijama, ya se habían duchado antes, así que el olor no importaba porque solo se había impregnado en la ropa que traía. Cansada de su silencio decidiste romper el hielo y preguntar.

—Oye Rin... ¿Que es lo que te tiene tan enojado?–preguntaste mientras te acomodabas en la cama.

Rintarō solo rió y negó con la cabeza, tú te encogiste de hombros restándole importancia y te acercaste a él para darle un beso de buenas noches. Antes de que siquiera tocases su piel el se giró y te miró.

𝘩𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶!! - 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘹 𝘭𝘦𝘤𝘵𝘰𝘳𝘢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora