Tengo muchos hc de los chicos de haikyuu que mi cabeza explora si no los escribo.
Advertencia: contenido sexual explícito y lenguaje inapropiado.
Espero que disfruten esto.
⚠️Los personajes no me pertenecen a mi, son de Haruichi Furudate.⚠️
⚠️Spoile...
Los dos se encontraban en una fiesta, era sobre el cumpleaños de algún antiguo compañero suyo, estabas esperando a Hajime recargada en su auto ya que irían a comprar más bebidas para la fiesta y algo de hielo.
En el transcurso del supermercado a la casa del festejado no le dirigiste la palabra para nada. A menos que fuera necesario cambiar la radio. A veces las canciones que tocaba la radio eran aburridas. Te encontrabas enojada con tu novio por el simple echo de que una mujer le estuvo coqueteando y él siguió el juego (solo para verte molesta).
Hajime suspiro pesadamente y te miro en cuanto el semáforo se puso en rojo. Colocó su mano en tu pierna y la apretó un poco, tu reacción fue voltear a verlo.
—¿Vas a seguir así?–pregunto, aún con la mirada sobre el semáforo.
—Puede ser.–contestaste, recargando tu mejilla sobre el vidrio y poniendo tu mentón en la palma de tu mano.
Hajime chasqueó la lengua. Sabía la razón por la que estabas enojada pero eso solo le causaba gracia. Le gustaba hacerte enojar porque si peleaban terminarían en la cama si o si.
Aprovecho que tú mejilla iba recargada en la ventana para pasar un bache lo más rápido posible y que así tú cabeza cayera de golpe. Hajime rió al escuchar tu quejido y te miro.
—Ups.–dijo y sacó su lengua en forma infantil.
—Eres un tonto.–comentaste cruzándote de brazos.
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El asiento se encontraba totalmente acostado, tu brazo derecho estaba tapando tus ojos y tu boca estaba un poco abierta. Jadeos salían de tu boca. Tu otra mano libre estaba sosteniendo la muñeca de Hajime, tratando de alegarla de tu entrepierna.
—Iwa~ para...–murmuraste.
Hajime no hizo caso. Se inclinó un poco más para besar tu abdomen mientras su mano seguía moviéndose. Sus dedos entraban y salían de ti suavemente. Mientras que con su dedo pulgar masajeaba tu manojo de nervios. Su otra mano se encontraba en su erección. Bombeándola el mismo, mientras tus jadeos llenaban sus oídos.
Un muy hermoso sonido.
Hajime se separó de ti y lamió sus dedos. Te miro y sonrió. Tu cabello estaba echo un desastre. Tu blusa estaba por arriba de tus pechos, tu falda un poco arriba y tus bragas... bueno, esas ya no las tenías.
—Ven aquí.–dijo, aún masturbándose.
Tú hiciste caso, te posicionaste en su regazo. Tus rodillas a un lado de sus piernas, recargaste tus manos en sus hombres y esperaste a que él se acomodara. Sacó un condón de su billetera y se lo puso. Con una pequeña mirada te hizo saber que estaba listo.
