Mientras estaba tumbada en la rama de un árbol en medio de aquella ciudad abandonada, con los brazos detrás de mi cabeza, escuchaba música con los auriculares conectados a mi teléfono móvil.Abrí los ojos quitándome un auricular y asomándome a ver el suelo desde aquella rama que estaba a cuatro metros del suelo, viendo que mi sexto sentido de saber en qué momento se podían torcer las cosas no había fallado, habiendo un monstruo pasando por debajo del árbol.
Lo mire con mi mirada fría de siempre, he de decir, que pocas veces he cambiado esa expresión.
Vi al monstruo marchar sin enterarse de mi presencia hasta que se esfumó entre las ruinas de un edificio. Después de asegurarme que se fuera, me agarre a varias ramas para bajar del árbol.
Una vez abajo mire mi alrededor y eche a andar guardando mi móvil en la mochila que llevaba colgando a un lado de mi cuerpo.Aquel lugar estaba plagado de monstruos, puesto que no pertenecía a ningún grupo.
Los grupos o clanes, como les queráis llamar, son grupos de personas que se asientan en un territorio en el que vivir. Pueden ser grandes o pequeños, teniendo a personas con poderes o personas a las cuales no les afectó la vacuna. Deben defender el territorio de monstruos y de otros grupos que quieran atacarlos.
Si, esto puede ser una especie de “Juegos del Hambre” pero con monstruos intentando acabar con la raza humana.
Seguí andando hasta llegar a un edificio que parecía un bloque de oficinas. Mi sexto sentido no me decía nada de que hubiera monstruos, así que entre para ver si encontraba algo interesante.
Subí varios pisos hasta llegar a uno en el que había un montón de escritorios y mesas amontonadas, haciendo de muralla.
Suspire y le di varias patadas a una de las mesas, dejando un hueco por el que pasar.
Soy de esas personas que hace falta que le digas “No lo hagas” o “No vayas por ahí”, para que lo haga.
Me escabullí por el hueco, viendo que había un gran espacio al otro lado con varias cajas haciendo un círculo con carbón en medio, como si alguien hubiera estado allí antes haciendo hogueras.
Tras ver eso no quise saber más de aquel edificio, si ya había habido alguien antes que yo ya habría arrasado con todo lo que hubiera sido de importancia. Me di la vuelta y salí por el mismo hueco, sin volver a poner la mesa.
La verdad es que me daba igual si averiguaban que había estado allí.
Volví a salir del edificio, tras haber comprobado que no había ningún monstruo, eché a andar de nuevo por una carretera con coches abandonados por en medio, al igual que escombros de edificios.. . .
Abrí los ojos al notar mi sexto sentido, escondiéndome debajo de un coche abandonado, escuchando una multitud de pasos.
Aguante la respiración a ver varios pares de pies pasar cerca del coche, hablando sin miedo alguno de que algún monstruo los escuchara.
Me di cuenta enseguida que iban en dirección al edificio del cual había salido hace apenas una hora.Espere a que se alejaran lo suficiente para salir de debajo del coche sin que se dieran cuenta de mi presencia.
Salí mirándolos de reojo, me gire hacia ellos al ver el dibujo que había en sus chaquetas: un círculo blanco con una cruz en rojo. Lo que significaba que eran proscritos.
A decir verdad yo tambien podia ser una proscrita, pero no me gusta llamarme con etiquetas.
Me levanté del suelo y les eché un último vistazo antes de echar a andar en dirección opuesta a la que iba ese grupo de cuatro personas.
La verdad es que hacía aproximadamente un mes desde que no me cruzaba con ningún humano. No soy muy sociable, para que engañarnos.Seguí andando sin importarme mucho si me habían visto o no, tampoco me importaba a dónde se dirigían o si iban a atacar a algún clan o como si se los comía un monstruo, la verdad no me importaba.
Iba a girar la esquina de una calle para perderlos oficialmente de vista, pero algo me hizo levantar la vista, frenando.
-Malditos cabrones que no me espe…- estaba diciendo un hombre con barba y con una cicatriz en el cuello, mirándome.
Mi sexto sentido había fallado, o simplemente ignoré el hecho de que cuando entré en el bloque de oficinas, había cinco cajas alrededor de las cenizas.
-Pero… ¿Cómo cojones has llegado hasta aquí?- me preguntó el hombre algo sorprendido.
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El cambio
Teen FictionDespués de que una pandemia aparezca en la Tierra, crean una vacuna se supone que debería de habernos ayudado a deshacernos de ella, pero lo único que hizo fue empeorarlo todo. La mitad de la población existente murió de una forma horrible, una par...