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Seungcheol había conducido con rapidez hasta la casa de los Kim. La dirección fue proporcionada con facilidad así que apenas la puerta de aquella casa se abrió Seungcheol golpeó directamente el rostro de Mingyu.

—Te dije que no te metieras conmigo y Jihoon— Seungcheol dijo totalmente furioso y Mingyu que estaba en el piso se tocó el labio notando la sangre y solo sonrió.

—Siempre me sorprendes con un saludo nuevo, hola también Seungcheol— Mingyu se levantó y luego suspiro. —Ahora que hice— Mingyu dijo como si aquello fuera normal.

—Le dijiste a Jihoon sobre Jenie maldito desgraciado. Te dije que no podías abrir la boca respecto a ello—

—Siento decepcionarte, pero cuando me volví a reunir con Jihoon él ya lo sabía— Agregó Mingyu sin miedo alguno.

—¡Estoy seguro de que se lo dijiste! Eres el único que nos descubrió—

—Lamento partirte el corazón, pero si lo hubiera hecho no te parece que ese chico ni siquiera me hablaría al saber que sabiendo la verdad no se lo dije antes. Era malo para nuestra amistad mencionarlo así que yo no lo hice— dijo Mingyu enfatizando las últimas palabras. —¿Por qué no lo consultas con la perra de Jenie?, sé que siguen en contacto— Mingyu le dijo antes de cerrar la puerta con rapidez, evitando de esa manera cualquier otro golpe.

Seungcheol estaba realmente frustrado al respecto, pero era cierto. Si quería llegar al fondo del asunto debía hablar con Jenie de manera directa.

Cuando Jihoon llegó a su hogar eran los cuatro de la tarde, Seungcheol había regresado por algo urgente según le dijo Suny así que no le dio la menor importancia, estaba exhausto, así que, se dispuso a quitarse el abrigo cuando escucho los pasos apresurados de alguien que definitivamente usaba tacones, el sonido era particular y no tenía que ser un genio para saber de quién se trataba. Aun así, le resultó extraño ya que la muchacha no debía volver hasta dentro de dos meses.

—Honnie— grito eufórica la muchacha abalanzándose sobre el como si fueran amigos cercanos. Y es que en el pasado lo eran, pero en ese justo momento tenía ganas de sujetará por el cuello y zarandearla como un trapo viejo.

La idea le divirtió en su cabeza, sin embargo, sólo correspondió el abrazo de Jenie.

—No sabes cuanto te extrañe Honnie, espero que no te moleste, pero Seungcheol Oppa me dijo que me quede aquí algunos días— Dijo como si nada la chica. En seguida Eun, la sirvienta de Jihoon se acercó hasta el muchacho para tomar su abrigo.

—¿Desea comer joven Choi? — preguntó la empleada.

—No gracias, estoy realmente indispuesto hoy— Jihoon dijo bajamente y luego le sonrió a la chica. —Tuve un día agotador así que me iré a dormir por favor acompaña a Seungcheol a la cena— Jihoon tocó su hombro mientras observaba de cerca aquella sonrisa hipócrita.

—No te preocupes Honnie déjalo en mis manos— agregó Jenie segura de sí misma.

Mientras subía las gradas hacia su habitación se percató que Seungcheol estaba a unos cuantos peldaños de él. Ni siquiera lo había notado.

—¿Qué haces aquí? — Seungcheol dijo fríamente y Jihoon suspiro, no tenía ganas de pelear. Sin embargo, el mensaje al parecer no fue dirigido hacia él ya que la mirada de su esposo se trasladó hasta el final de las escaleras en donde Jenie se encontraba.

—Oppa llegue hace unas horas y Honnie me pidió que me quedara— dijo despiadadamente la muchacha sin dejar de sonreír y entonces Jihoon la volteó a ver con una cara inocente.

—No dijiste que Seungcheol te pidió que te quedarás— Agregó Jihoon fingiendo muy bien incluso su expresión facial.

—Bueno, ambos lo hicieron cuando me marche, dijeron que era bienvenida siempre a su hogar. Además, a Oppa no le ha importado que me quedé— Dijo Jenie sin tapujos pensando que Jihoon aún seguía siendo un inocente y tonto chico.

Aún te amo -Jicheol ❤️-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora