capítulo tres

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Cuando Harry regresó a Grimmauld Place, se perturbó al ver que había enormes, pero de buen gusto, jarrones de cristal con flores en cada habitación. Las cortinas también habían cambiado. Ahora eran uniformemente de seda gruesa, rica seda, en diferentes colores. Un amarillo dorado en la sala de estar, seda verde en la biblioteca, rojo intenso en el comedor. Harry paseó por su casa a la luz de las velas, admirándola.

Al día siguiente, recibió una carta de Malfoy. Fue entregada por Hogarth, en vez de vía Floo, como habían sido sus cartas hasta ahora. Harry se sintió un poco aprensivo al abrirla, seguro que le regañaría por lo que había pasado en la cocina, pero no mencionaba nada de eso.

Potter,

Gracias por venir anoche, hiciste la semana de Scorpius. Otra vez.

Tu casa debería tener una bodega si lo pides amablemente. A ver si te da una botella de Chateau Perrault para la fiesta de Eve, le encantaría. Los detalles para el viernes están en el anverso. No sientas que tienes que venir si no quieres.

Con gratitud,

D. Malfoy

Su casa tenía una bodega y Harry eligió una botella de Chateau Perrault como Malfoy había sugerido.

Estaba muy nervioso antes de la fiesta de vino y queso de Eve, aunque sabía que los amigos de Malfoy no eran elegantes. Pero había ido a la noche de películas para Scorpius, ¿no? Era solo él pasando el rato con Malfoy y sus amigos. De buena gana.

Sin embargo, ni siquiera se le pasó por la cabeza no ir. En parte porque estaba realmente intimidado por Eve, pero principalmente porque no había hablado con nadie desde la noche de cine. Había caminado por Diagon Alley con su capa, sintiéndose un poco inútil, y anduvo en su casa cada vez más hermosa, y voló un poco por la tarde. Normalmente eso era suficiente para cansarlo, pero el viernes, se dio cuenta de que tenía muchas ganas de hablar con la gente.

Ayudó, por supuesto, que los amigos de Malfoy no lo consideraran el Elegido.

El piso de Eve era mucho más grande que el de Malfoy y estaba lleno de gente. Ella lo dejó entrar con un chillido y se embelesó con el vino que había traído. Resultó que ella coleccionaba botellas con etiquetas inusuales, y el Chateau Perrault, con su intrincado patrón de cuento de hadas, sin duda calificaba.

Eve lo dejó caer al lado de Nick, y fue a mariposear en su fiesta. —¿Dónde está Flora?— preguntó Harry.

—Está en casa con los niños. Scorpius también está con ella—, dijo Nick.

—Bien.

—Realmente vamos a extrañar a Scorpius. No falta mucho para que se vaya, ¿verdad?

—No—, dijo Harry. Agosto estaba llegando a su fin y Scorpius pronto abordaría el Hogwarts Express.

—Todos estamos muy preocupados por él.

—Hará amigos—, dijo Harry, tranquilizadoramente.

—No por Scorpius. Draco.

Señaló con la barbilla hacia un rincón de la habitación, donde Malfoy sonreía educadamente a un joven animado con una chaqueta de jean. El joven parecía totalmente encantado por Malfoy, que se veía exquisitamente guapo en una camisa blanca con puños arremangados y el pelo suelto alrededor de la cara. El moretón en su pómulo de alguna manera solo se sumaba a su buena apariencia.

—Oh—, dijo Harry.

Nick era un tipo grande, pero tenía ojos gentiles, que ahora se volvieron hacia Harry. —Escucha... lo conociste antes...

Papá dice... ᵈʳᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora