¡ TRIGGER WARNING ! (Aviso de desencadenante): Abuso sexual explícito. Podría herir la sensibilidad de algunas personas.
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Las luces de la sala parpadeaban con la beat de la música. El ritmo subía cada vez más y la gente estaba eufórica con las canciones que estaban poniendo. Cada vez se unía más gente a la pista, todos bailaban con todos. Algunos no requerían de privacidad para besarse, a otros se les desbordaba el alcohol de su copa inquieta por su baile, y se podía decir que nadie estaba apartado. Era la única fiesta en la que había una inclusión al completo, y eso no la hacía sino más interesante. T/N podía ver cómo todos sus amigos se movían al son de la emoción, y más apartados estaban los más mayores, en los que los gemelos, que no solo destacaban por sobrepasar las cabezas de los alumnos, sino que tenían una expresión de estar pasándoselo en grande como nunca antes. Se intercambiaban miradas de vez en cuando, se dedicaban bailes y movimientos, y en aquella sala ya no sé respiraba otra cosa que excitación adolescente.
T/N despareció por un momento, nadie pareció darse cuenta, todos estaban demasiado ocupados en pasárselo bien. Se acercó al baño de chicas, al otro lado del pasillo donde, poco a poco, podía escuchar como el ensordecedor sonido de los altavoces se disipaba y parecía cubrirse por una densa cantidad de agua. Definitivamente había bebido demasiado.
[...]
"Por favor... Ya basta." Suplicó entre sollozos sin poder siquiera oponer resistencia.
"Cállate si no quieres que te haga daño de verdad, zorra asquerosa." Amenazó moviéndose de una manera mucho más brusca de lo que la chica podía soportar.
Ella gritó, sus gemidos eran de un dolor tan profundo que ardía todo su interior. Las lágrimas caían desde su mejilla hasta el blanco mármol del lavabo. Su maquillaje estaba absolutamente corrido, y la desesperación de sus gritos y la impotencia ante su vulnerabilidad no hacían más que excitar cada vez más a su agresor.
Era incontrolable, su velocidad era un despecho animal más cruel que la propia naturaleza y sus manos se colocaron en sus pechos. Los estrujó sin ningún tipo de consideración. Los pellizcó para luego retorcerlos, y cuando se cansaba, subía su mano hasta su pelo para tirar de él y mostrar de tal manera su cuello, que ya de por sí la estaba ahogando.
Le apretaba la garganta, le azotaba el culo con sin compasión y el núcleo de la chica estaba a punto de explotar. Escocía, dolía, la poca lubricación no hacía más que contribuir, y lo peor fue, sin duda, sentir el calor del líquido dentro de ella cuando él terminó con una sonrisa triunfante.
Una imagen absolutamente denigrante.
[...]
George quiso admirar de nuevo el movimiento de la castaña, pero no la veía por ningún lado. Podría pensar que había ido a otro lugar de la pista, pero para nada fue lo que pensó. Su instinto le advirtió de una terrible desgracia, pues, daba igual cuánto tiempo pasara, ella no volvía.
La buscó por todas partes, gritaba su nombre y pensó en dirigirse a tres localizaciones: el baño, su habitación o el lago, y por economía del tiempo, la primera opción fue su camino, cosa de la que se arrepintió demasiado. Se escuchó desde fuera un grito desgarrador junto a un golpe que no deparaba nada bueno. A veces, odiaba tener razón.
"¿T/N? ¡T/N! ¡T/N, qué ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto?" El pelirrojo se encontró a la chica tirada en el suelo. Su pelo estaba desordenado, su cara completamente sucia y su vestido estaba incluso desgarrado por algunas partes. Un completo desastre a juego con las heridas y moratones que, visiblemente, cubrían sus extremidades, pero que no dudaba que el resto de su cuerpo estuviera exactamente igual.
"É-Él-." Estaba desfallecida, le temblaban las piernas y su respiración era incontrolable y alterada.
"¿Él quién, T/N?" Se acercó a ella, tocándola con mucho cuidado de no hacerle más daño de lo que ya había sufrido. La incorporó y la sentó en uno de las tazas de los váteres para, al menos, poder tener quedar a su altura y acostumbrar sus piernas.
