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Incluso entre las ramas de los árboles, frondosos y sombríos algunos de ellos; entre las hayas y los robles, los pinos y sicómoros, pudimos notar cómo el ambiente de aventura con el que habíamos entrado, se desvanecía para convertirse en una sensación de vacío y frialdad, de tristeza y una presión negativa en el pecho.
Tomé la mano de George más fuerte que nunca mientras miraba a todos lados en busca de la causa de este sentimiento de desolación casi inaguantable.
Él me acercaba cada vez más a su cuerpo, me repetía una y otra vez que todo estaba bien, que nada malo iba a pasar. Y yo, con miedo, sin saber si temía más por mi vida o por perderle, escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, reconfortante, con un característico olor a canela que calmaba todos mis nervios.Y allí comenzaron a aparecer, unas criaturas de apariencia esquelética escondidas bajo un manto negro como la noche misma. Sus dedos largos y afilados parecían poder desgarrarte con solo rozarte. Parecían tragar cualquier mota de luz, cualquier destello de felicidad. Dementores.
Entonces, la presión en mi pecho se expandió todavía más. Nunca había sido capaz de conjurar un Patronus, ni siquiera me imaginaba qué forma podría adquirir.
Y George lo sabía."No te muevas de mi lado." Fue lo único que dijo antes de ponerme aún más cerca de él. Me ponía tras su espalda. Era mucho más alto que yo, me sentía protegida tras su protección, pero a qué precio.
Comencé a hiperventilar, cada vez se acercaban más de sus iguales y temía perder todos los recuerdos de él que me hacían feliz, temía perderle a él por completo.
Él había podido conjurar su patronus dos veces en clase, una preciosa urraca que me rodeó volando y se posó en mi hombro la primera vez que la vi. Lo veía temblar, parecía que él no sabía si podría conjurarlo.Lo intentó una vez sin resultados. Me puso detrás de él. Yo trataba de decirle cuánto le quería, cuán de importante era para mí. Le di un beso en la espalda, en uno de los lunares que él sabía que tanto me gustaban. Pero los dementores se acercaban poco a poco, parecían vacilar ante aquella desesperante situación, como si supieran que ante un destino fatal, la tortura era la mejor de las opciones.
Pero para cuando me quise dar cuenta, escuché un grito desesperado, agonizante. Dos de los dementores se habían atrevido a acercarse a él. Pude ver cómo rápidamente y a la vez de manera tan lenta que era agónica, cómo le arrebataban los recuerdos. Un humo gris, espeso, salió de él por la fuerza.
"¡George! ¡George, no! Su rostro se tornó de un pálido escalofriante, sus ojos se pusieron en blanco y cayó al suelo justo delante de mis pies.
Apreté el puño izquierdo mientras empuñaba la varita con la otra mano. Cerré los ojos y me concentré enfada e impotente. Cuando los abría, los veía acercarse y alejarse, acercándose peligrosamente a él de nuevo.Dudé, dudé de mí misma y de si podría hacerlo. Pero lo vi, con espasmos contra mis pies, y entonces lo tuve claro. Antes de hacer nada, se resbaló de mis labios un "Te amo, George. Te amo más que a nada." Y con todas mis fuerzas, grité.
"¡Expecto Patronum!" Grité con todas mis fuerzas. No visualicé un recuerdo en particular, pero sí sentí cómo un fuerte sentimiento me embargaba por completo. Podía notar sus caricias en mi mejilla, sus dulces besos en mi labio inferior, cómo entrelazaba sus dedos por las hebras de mi cabello y su dulce aroma inundando mi olfato.
Me embargó un sentimiento tan grande de felicidad y amor que una gran barrera del tono más blanco y luminoso que jamás había visto, comenzaba a formarse. De ella, un animal, un ave, comenzó a surcar los cielos alrededor de aquellas criaturas. El águila los rodeada, les llenaba de luz mientras la pantalla los alejaba. Hasta que el frío desapareció.
Caí sobre mis rodillas, cansada, exhausta del esfuerzo que jamás fui capaz de lograr. Caí sobre el pecho de George, que subía y bajaba sin mayor complicación sin saber lo que acababa de pasar.
Posé un beso suave y cansado sobre su pecho mientras le mecía para tratar de despertarle en un intento tan fallido que terminé por dormir junto a él en aquel lugar, aún encima sobre él, aún escuchando los latidos de su corazón.
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Esta ha sido mi primer intento de escribir solamente una escena en concreto de una posible historia, en lugar de una narración de principio a fin. Serán más cortos, pero espero que os guste y me digáis si queréis más así. ♡