El tiburón que cabalgó un caballito de mar| Larry Stylinson adaptación.

Epílogo.

Diez años más tarde

Louis escaneó con nerviosismo el sitio de la construcción en la distancia. Venía aquí con regularidad para supervisar el proyecto, pero hoy en particular, sentía mariposas en el estómago.

Sabiendo que estaba haciéndose tonto, se concentró en la carretera. Podría conducir con una mano atada a la espalda, pero no cuando tenía dos niños de diez años de edad discutiendo en el asiento trasero.

—Niños, compórtense — dijo a sus hijos con una sonrisa.—Ya casi llegamos.

—¿En serio?—, preguntaron Layton y Morgan al mismo tiempo.

Louis se rio.

—Sí, de verdad.— Robó una mirada en el espejo retrovisor a sus dos hijos. Los grandes ojos verdes de Layton se encontraron con los suyos y su hijo caballito de mar hizo un gesto. Morgan pasó un brazo alrededor de su pequeño hermano y le preguntó.

—¿Es cierto que esta va a ser nuestra escuela?

—¿Quién te dijo eso?—, preguntó Louis a su hijo.

—Preston—, ofreció Morgan. —Me dijo que estaba celoso porque él y su hermana no consiguieron estudiar aquí, como nosotros.

—Hermano— corrigió Louis. —Y sí, si Dios quiere, esta va a ser su escuela. 

—Me alegro de que no estén aquí con nosotros—, comentó Layton casi viciosamente. —No quiero verlos. Son horribles.

—Malcolm Layton Tomlinson- Styles, no puedo creerlo.— Louis brevemente se volvió para mirar a su hijo. —No te enseñé a pensar esas cosas.

—Oh, no quiere decir eso, papi—, respondió Morgan. —Sólo está enamorado.

—No seas tonto.— Layton dio un codazo a su hermano en el estómago. —Y Preston está bien. Es sólo que Corbin me enoja, tan alto y poderoso.

—Bueno, cariño, es mucho mayor que tú. Él y su hermano están obligados a conocer más sobre el mundo.

Layton se burló, pero no hizo ningún comentario y Louis ocultó una sonrisa. Layton podría ser un caballito de mar, pero sus ojos, esos ojos que eran tan iguales a los de Harry, eran de hecho la ventana de su alma. Layton era tan parecido a Harry que parecía increíble. En contraste, Morgan había heredado el tamaño de Harry. Incluso para su corta edad, ya era mucho más grande que los niños mayores que él. Sin embargo, su corazón era todo de Louis y más a menudo, sólo utilizaba su fuerza para proteger a su hermano más travieso.

A veces, era realmente difícil creer que hubieran pasado diez años desde el nacimiento de los niños. Los chicos de Garth eran hombres jóvenes ahora, buscando sus propios compañeros y fortunas. Los niños de Carson pasaban por sus años de adolescencia, mientras que Shiloh y Daniel, de forma similar a Louis, cuidaban de su mimado niño de diez años de edad. Después de un difícil embarazo, Annabelle Wade también había dado a luz. El tercer hijo del anciano Kevin Wade, Isaac, ahora estaba pasando por sus primeros años también.

El tiempo había pasado volando en un torbellino, hasta el punto de que Louis a veces se preguntaba dónde se habían ido.

Pero entonces otra vez, todos ellos habían estado tan ocupados en los últimos años, ocupados tratando de crear un futuro seguro para sus hijos.

Afortunadamente, con la colaboración del presidente delos Estados Unidos, Harry había conseguido finalmente convocar una reunión de los jefes de estado bajo la atenta mirada de las Naciones Unidas. Louis todavía recordaba el día en que había ido a reunirse con los hombres más importantes en el mundo y volviendo a pensar, todavía no podía creer que hubieran sobrevivido. La persecución debido a la diferencia de especie era ahora oficialmente ilegal y un crimen de odio.