Inspirado en Centimilimental, opening del anime Given.
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"Cierra los ojos, imagina que tus sueños se cumplen junto a aquellos que te importan. Sonríe. La verdadera pesadilla surgirá cuando abras los ojos. Entonces podrás llorar."
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Un sueño repetitivo aparentemente sin importancia, la continua aparición de los mismos acontecimientos durante la paz de la noche, de alguna forma, se convirtió en mi todo.
Recuerdo una pugna constante entre nosotros por averiguar a quién le pertenecía la respuesta correcta. Recuerdo decirle que, para recorrer completamente el mundo, por desgracia, debíamos avanzar miles de millas. Él, negando con vehemencia, contestaba que un paso bastaba para regresar a nuestro punto de origen. Últimamente pienso en eso, más por obligación que por deseo propio. Lo estoy viviendo, me temo. He comprobado que se puede recorrer el mundo con un paso, porque lo he estado buscando con desesperación y he tardado lo que tarda un suspiro en desvanecerse para regresar al mismo lugar. El paisaje no cambia, no se transforma en ningún sentido, mas puedo notar cómo pasan las estaciones y, al cabo de 365 pasos, realmente me encuentro de vuelta en el punto de partida. Sigue sin aparecer, pero lo siento a mi lado.
Y una vez más, Jeon Jungkook tiene razón. Soy un hombre de poca imaginación. Durante cada sueño, el mundo que recorro se limita a un inmenso espacio de iluminación sombría y colores opacos, escalas de grises que se oscurecen a medida que se pierden en la lejanía y una marca roja en el suelo que indica cuánto espacio debo recorrer cada noche. A veces me canso, porque por muy poco que sea los pies me pesan como si tuviesen pegados dos balones de oxígeno y levantarlos requieren un esfuerzo sobrehumano. Aun así, recorro el bendito paso diario y me detengo a buscar, ilusionado, un hombro sobre el cual apoyar mi cabeza. Hoy, por alguna razón, el aire se siente enrarecido y un sentimiento sobrecogedor me embarga. Planteo la opción de que finalmente sea el día, pero es un pensamiento demasiado complejo para una mente derrotada.
A apenas segundos de resignarme ante la idea de avanzar o de averiguar a qué se debe el cambio que presiento inminente, se produce ese evento que no esperaba en lo absoluto; Jungkook diría que es una sorpresa, yo prefiero llamarlo casualidad. Otra marca roja parpadea como una estrella cautiva en el suelo y, una vez más, se me permite avanzar. No me detengo a pensar por qué, es demasiado evidente que no habría en este sitio alguien tan amable como para responderme; no debería hacerlo parecer tan dramático, simplemente no hay nadie. Tambaleante, concibiendo mi centro de equilibrio fuera de su lugar, caigo de rodillas sobre el sitio donde se supone que se encuentre la marca. Se supone, pues no está ahí. En apenas segundos los colores cambiaron y pasé a estar dentro de lo que, sin lugar a dudas, es un recuerdo.
