||Capítulo 1.

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Louis entró a su casa con sus prendas totalmente empapadas, pisando el mármol recién pulido de la sala principal. Sacó el casco de su cabeza y lo dejó sobre una mesa de cristal que se encontraba cerca de la puerta, seguido de eso, dejó su chaqueta de cuero colgándola en un perchero de madera.

Giuliana la madre de Louis, apareció con un aspecto de preocupación. Negando con la cabeza mientras miraba a su hijo todo mojado.

–Te dije que iba a llover –comentó la mujer en forma de reproche–. Tuviste que llevar tu auto.

Louis la miró con el ceño fruncido mientras que de su cabello castaño y lacio caían pequeñas gotas de agua, mojando su frente y sus mejillas.

–Prefiero mi motocicleta, no usare el auto.

–Todavía no nos agradeciste por ese gran regalo. Te recuerdo que el dinero no crece de los árboles.

–Técnicamente si, es papel. –contestó Louis irónicamente.

El joven avanzó dejando a su madre con la palabra en la punta de su lengua, donde seguidamente llevó una mano a su frente y comentó;

–Louis hijo, por favor sácate tus zapatillas. Vas a embarrar la alfombra.

El nombrado giró los ojos y soltó un bufido, pero obedeció a su madre dejando sus zapatillas a mitad de camino. Giuliana sonrío mientras observaba cómo se marchaba el muchacho.

(...)

El joven de ojos azules salió de la ducha, cubierto con una toalla en su cadera y en su mano derecha sostenía otra más pequeña mientras secaba su pelo. Este se dirigió a la recámara de su madre, antes tocando la puerta. La voz de su madre se escuchó detrás, indiciando que pase.

–Venía a avisarte que no voy a cenar. –informó Louis mirando a su madre. Ella se encontraba frente al espejo, colocándose su más preciado collar, el cual poseía un diamante rojo en el centro.

–¿A que se debe eso?

–Comí tacos y papas con cheddar con bacon en la casa de Zayn.

–Debes comer más sano. –contestó Giuliana, ya sin verse al espejo y poniendo la atención en su hijo.

–Como sea, iré a mi habitación.

Louis giró sobre sus talones y estaba dispuesto a marcharse, pero su madre habló.

–Vendrán invitados Louis, pensaba que podrías presentarte primero antes de irte a dormir.

Louis frunció el ceño y miró el reloj que colgaba en la pared, el cual marcaba las 21:30 p.m.

–¿A esta hora vendrán invitados?

–Si, vendrá una amiga mía de la infancia. Hay que ser amables porque tuvieron un proble-

–Bueno no importa –interrumpió Louis aburrido–. Que la pasen bien.

Decidido caminó hasta su habitación, sin antes asomarse en la habitación de su hermano menor y observarlo mientras jugaba en su computadora.

"Maldito niño freaky." Pensó Louis mientras que en él se asomaba una sonrisa.

Louis siempre protegió a su hermano, y lo seguiría haciendo día a día. Era la persona que más amaba en el mundo.

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