Mi "hermosa" y "perfecta" vida [Reescribiendose]

En busca y captura

Sábado, sábado... ¿Qué iba a hacer yo un sábado? no tenía ni exámenes ni nada. Sam y Fireya estaban todo el rato juntos y de verdad no lo entendía, además que a Jade le dejé de ver el pelo hace ya rato, tampoco la llamo ya que si ni le llegan los mensajes menos mis llamadas, y no quiero pagar de másas por dejar perdidas; mis padres trabajaban todo el rato y últimamente Owen estaba demasiado independiente para que su hermana mayor le ayudará a comer o ir al baño (Tenía 1 año por Dios). Al final no me decidí entre no hacer nada o respirar y me volví a dormir.

A la semana siguiente tuve un sueño muy extraño, todo estaba en llamas y solo escuchaba gritos. De repente había un hombre delante de mí con un mechero; el hombre era de mi estatura aproximadamente, vestía con una camiseta de tirantes y un short, pero parecía que iba borracho por las pintas, además que me daba la sensación de ser el tipo hombre borracho de 40 años divorciado (y el pobre estaba un poco calvo, las cosas como son) Al percatarse de mi presencia empezó a sollozar y no dudó ni un instante en tirarme el mechero a la cara, en menos que canta un gallo me incendié de arriba a abajo, no tardé en despertarme después de eso.

          -Era solo otro sueño de homicidios, ya estás acostumbrada, no es nada raro.—Eso pensaba.

Cuando tenía 15 años empecé a soñar con gente matando y un año después cuando mi madre me llevó al psicólogo él me dijo que empezará a dibujarlo para aque el lo viera, a pesar de dejar de ir seguí dibujando y soñando con eso, hacía 2 años de la última vez que ocurrió.

A la hora de comer estábamos los 4 sentados en la mesa cuando alguien tocó la puerta y mi madre se levantó para abrir la puerta.

          -¿Quién es usted?
          -Me llamo... Bueno eso a usted no le interesa y tampoco es importante. Quiero hablar con...— Se miró la palma de la mano dónde tenía unos nombres apuntados.-Zoey ¿Esta es su casa? ¿Sigue viviendo aquí?
          -¿Para qué la busca?—Mi padre se levantó lentamente de la mesa y se puso cerca de mi madre para evitar que la persona de la puerta viera mucho al interior de la casa y también para mirarle la cara, se ve que no le gustaba nada.

          -Tengo que hablar con ella, es sobre Liam.
          -Yo llevo 1 año y medio sin hablar con Liam Gamage.—Grité desde el salón.
          -Es importante, además ni siquiera sabía que ahora llevaba ese apellido.—Susurró el.

Fui a la puerta para acabar con esto, no porqué Liam me preocupara lo más mínimo, sabía que mientras él estuviera lejos de aquí estaría sano y salvo (física y mentalmente).

Al ver quién estaba en la puerta me vino un sudor frío al cuerpo, era el señor con el que había soñado la noche anterior, el mismo que me quemó viva (casi literalmente), solo que iba vestido con tejanos y una camisa azul de cuadros.

          -¿Qué quiere?—Preguntó mi padre. Estaba temblando, no podía ni hablar. Nunca había visto a nadie de esos sueños o al menos que yo recuerde.
          -¡Llevo repitiéndolo 10 minutos!
          -¡A mi hija no le grité mugroso!
          -Atrévete a repetirlo musculosos.
          -Voy a llamar a la policía.—Los dos se calmarían cuando mi madre alzó la voz (por suerte) y mencionó a la policía, al parecer a él tampoco le hacía mucha gracia eso.
          -No me importa que hables con el, quiero hablar de él contigo. Me llamo Bastian.
          -Primero ¿Y si me niego?
          -Pues.
          -No me interrumpa. Segundo ¿Qué tiene usted que ver con él? No necesita a nadie y menos a alguien como usted.
          -¡Soy su maldito padre!—Mi padre volvió a mirarlo intimidatoriamente y se volvió a relajar.-No quiero hacerte más anula, se que tuviste algo muy fuerte con mi hijo y quiero hablar de porqué.
          -Yo no voy a hablar sobre mi relación con nadie y ahora que se quién es usted menos, le pido que abandone mi patio y se marche.—Después de decirle eso, mi madre cerró la puerta dando un portazo y él le dio una patada a la puerta que la dejó un poco destrozada.
          -¡Saldrás algún día y me contarás lo que sabes sobre él! ¿Me entiendes? ¡Vamos Zoey, se buena con tu suegro!

Se cansó de gritarle a la puerta y se fue a la media hora. Nos quedamos espantados por lo que acababa de pasar, me alegré mucho que Owen nunca recordara esto. No volvimos a la realidad hasta que escuchamos a Owen tirar su vaso de plástico con agua al suelo .

Mis padres se sentaron a comer pero yo había perdido el apetito por completo. Me encerré en el baño con el teléfono en la mano, dudando de si bebería llamar a Liam o a Sam y de si contárselo a mis padres. Al final decidí llamar a Liam; sabría que sería incomodo llamarle después de tanto, pero esto era otro extremo de necesidad.

Al marcar el número de memoria (que ni se como lo hice de los nervios) tardó unos 5 segundos en responder que para mi fueron horas, al contestar me arrepentí de haberle llamado, ya que no contestó él, sino su padre.

          -¿Ya quieres hablar, eh?—Colgué enseguida, ahora entendía por qué me prohibieron llamarle y avisar a Sam antes de nada.

Le dejé una perdida a Sam y Fireya, pero ninguno contestó, solo me quedaba esperar a que dejaran de hacer "cosas de novios" y que vieran los putos mensajes de una vez porque estaba jodidamente asustada de salir de casa para ir a hablar con ellos para preguntar qué debía hacer ahora.

Al final tuve que salir del baño porque me moría de hombre y le conté a mi madre sobre el sueño que tuve.

          -Deberías habérmelo dicho cuando ese, ese Gorila estaba en nuestra puerta. Sigo sin poder creérmelo. 
          -Tu abuela también tenía ese tipo de sueños, los tuvo justo antes y después de morir tu abuelo.
          -¿Y se cumplían?
          -Bueno a ver, predijo la muerte de tu abuelo así que... Sí.
          -Voy a morir por mi no-suegro...
          -Vale, es mejor no hablar de ello.
          -Deberíamos llamar a la policía, esto no me gusta nada.
          -No quiero causar más problemas y menos a Liam. Y se que a papá le molesta la policía.
          -Gracias hija, pero ahora importa más tu seguridad que mis preocupaciones.
          -Uhg, Sam lleva todo el día sin contestar al teléfono.—Dije mirando el móvil.
          -Mañana te llevaré a verlo, hoy mejor que no salgas de casa.