II. El Encuentro

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Estaba caminando por un bosque, podía ver un claro lleno de flores silvestres, se sentía en calma, como si fuera su único hogar, aquello que había perdido hace mucho, podía oír todos los sonidos con claridad, sabía que estaba buscando uno en específico, un latido que demuestre la sangre que corre por el pequeño cuerpo del animal, lo encontró, sentía cerca una pequeña manada de ciervos, uno solo le bastaba, para poder quitar la sed de sangre, solo una gota, se movía cautelosamente, no quería asustarlos, debajo de sus pies las pequeñas hojas crujían, un paso más y lo tendría entre sus manos, corrió para tenerlo, lo ansiaba, el animalito comenzó a correr, cuando lo tuvo lo vio luchando por su vida, y le encajó los dientes...podía...





HABÍA SIDO UN SUEÑO, el mismo desde que nació, antes no lo podía entender, me asustaba y nunca se animó a decirle a alguien, con el paso de los años imagino que se marcharían, y lo hicieron, pero por un tiempo, Forks le traía recuerdos, quería saber la razón de ello, porque eran tan importantes esos sueños, podía verse en el reflejo del un río con la piel pulcra, hermosa si eso era posible, con pozos negros como ojos, siempre en el mismo bosque.

Su mañana empezó fría, una densa niebla se observaba desde la ventana de su habitación, siempre le había gustado el clima húmedo y lluvioso. El paisaje era hermoso, por supuesto, todo era de color verde: los árboles, los troncos cubiertos de musgo, el dosel de ramas que colgaba de los mismos, el suelo cubierto de helechos. Incluso el aire que se filtraba entre las hojas tenía un matiz de verdor.

Se levantó rápido, se ducho como alma que lleva el diablo, iría al instituto, aun le faltaban dos años más para graduarse, luego considerándolo se podría tomar un año, colocó la ropa que había usado en el cesto, volteo y se contemplé el rostro en el espejo mientras cepillaba y secaba su cabello, se tiró un beso como todas las mañanas, salió del cuarto de baño y fue hacia su armario eligió un conjunto sencillo, mientras se vestía reviso la hora en el despertador, aún le daba tiempo para desayunar.

Iba a cruzando por el pasillo, me di un reojo en el espejo y sonrió, llegando a la cocina pudo sentir el aroma a huevos y tocino junto con el del café, también escuchó a su padre tarareando un canción, la misma que le cantaba cuando aún era pequeña, eso solo significaba que estaba feliz.

- ¿Qué tal Nikolas Grey?

- ¿Cómo amaneciste pequeña?

- Muy bien papito, ¿Te ayudo en algo pa?

- Claro, empieza a poner los platos, vasos y cubiertos, tenemos que apurarnos a sí podemos hacer muchos pendientes hoy, primero iremos a matricularte.

- ¿Enserio?, mejor así puedo empezar deprisa y no atrasarme, ¿aunque ya empezaron las clases o todavía no?

- No, creo que empiezan todavía en una semana más, nos da tiempo de conseguir todos tus útiles, pero primero debemos preguntar.

- Si sería excelente, ¿iremos al hospital hoy no?

- Si, solo tengo que pasar por unos papeles a la administración, revisarlos para que el nuevo orden esté completo.

- Eso sería estupendo además nos quedaríamos más tiempo, me gusta aquí

- Lose a mi igual.

Le gustaba hablar con él sobre todo lo que hacía en el hospital, era increíble observar en su trabajo, el hospital de Forks no contaba con tanto personal, por eso cuando le ofrecieron el trabajo, no dudo en aceptar, aún no sería jefe pero estaba segura que iba a hacer grandes cambios.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2021 ⏰

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Flame━━ Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora