Una cansada Carol llegaba a la casa, si bien se limpio el cuerpo con unos paños húmedos y cambiado de ropa para evitar traer consigo el hedor del incendio su cuerpo estaba molido, con una mala postura jorobada entro, intentando no llamar la atención fue directamente a su baño para poder tratar su cuerpo ante la necesidad de agua, su padre quien estaba en la sala logro verla con la pésima postura gracias a la distancia no pudo oler la esencia del humo aún en ella solo pensó que estaba deprimida por la situación de su hermana. Al ducharse pudo notar varios hematomas en su cuerpo, el agua caliente ayudaría pero estaba claro que debía usar ropa de mangas largas para ocultar sus marcas.
—Por suerte use el casco aún siendo un gran inconveniente para moverme — pensó la joven al recordar el golpe recibido con la madera.
“No tienes experiencia en peleas de verdad”
Las palabras de aquel hombre retumbaban en su mente, sus limitaciones se remarcaban tras su primer altercado.
—Existe un límite en la fuerza que puedo adquirir en mi condición actual, sería por eso que mi hermana usaba nudilleras, buscaba hacer el mayor daño posible para evitar los contraataques — analizaba Carol recordando que incluso se valía de la intimidación para lidiar con los maleantes — entiendo todo esto pero no creo ser capaz de ser tan brutal, quizás esté mal pero..
Los recuerdos del tipo con la cara incendiada le impidieron terminar la oración, haciéndole de su conocimiento la desfiguración hecha hace unas horas atrás.
—¿Puedo decirme eso realmente? Yo hice algo terrible aún fuera un tipo peligroso — expreso Carol mirando como sus manos temblaban ante lo acontecido — cualquier cosa que diga es una excusa.
Tras un largo baño y un cambio la joven fue a la sala para saber si alguien más estaba en casa el daño recibido le pesaba necesitaba de algunos medicamentos en el estudio de su padre, sabía de antemano que siempre dejaba en la casa en caso de cualquier situación o de una consulta externa, al llegar encontró a su padre viendo las noticias.
Un hombre fue detenido como responsable de los incendios ocurridos, usando esta situación de caos para asesinar personas, en estos momentos inspeccionan los cadáveres del los incendios, testigos aseguran que un vigilante se hizo cargo del agresor cuando esté último estaba con una víctima atrapada en el fuego, ella dejo una declaración.
—Fui salvada gracias a Chimalli, quien arriesgó su vida para salvarme, paso entre el fuego y lidio contra ese hombre, para luego salvarme — declaraba la mujer para mirar a la cámara fijamente — si estás viendo esto quiero que sepas que estoy realmente agradecida contigo.
—Que te parece hija, ese vigilante resulta ser una mujer quien lo diría — hablo su padre quien miraba las noticias sin notar el impacto generado en su hija.
—Si, no lo imaginé — respondió para irse de la sala, teniendo en cuenta que su padre no estaría allí por siempre.
—Necesito algunas pastillas, dudo que aguante con este dolor otra ronda de vigilancia — se decía a si misma ante el dolor — ¿Me auto llame Chimalli? Espero no incomodar a mi hermana cuando sepa que ya tenemos nombre. Hermana..
El evocar su nombre le llevo a rememorar su realidad, la perdida, el dolor y su nueva responsabilidad, así nuevamente se llenó de fuerza, su voluntad la volvía a poner en marcha.
—Esto lo hago por ti y por las personas, haré pagar a quienes te dejaron así — se dispuso la joven a tomar represalias contra los desconocidos.
Tras tomar un poco más de lo necesario fue a su habitación para descansar, apenas logra recostarse la puerta suena.
—Carol, hija debemos hablar — entro su padre con una expresión seria.
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México: Sangre De Dioses
General FictionTodo inicia con un sueño, una voluntad y el deseo de ayudar al prójimo así Carolina Castillo Mendez emprende su camino de justiciera, sin saber que tiene un destino que cumplir y que ello conllevaba un gran sacrificio.