Y de nuevo, tú ||ChanBaek||

I / III

"Tenga más cuidado la próxima vez, Sr. Kim" regaña suavemente BaekHyun al hombre mayor sentado en la camilla frente a él, terminando de asegurar la gasa alrededor de su cabeza. "Usted ya no tiene veinte años y aunque los tuviera, un traumatismo craneoencefálico no es broma."

El viejo hombre luce una sonrisa apenada, su añejo rostro contorsionado en una mueca de molestia por los remanentes de dolor y el ardor de los puntos cosidos en su frente. "Ya sé para la próxima, Dr. Byun. ¡Pero sigo insistiendo en que ese árbol salió de la nada!"

BaekHyun suspira pesadamente. Es la segunda vez que Kim se presenta en su consultorio en lo que va de mes. La primera vez fue por una erupción en brazos, cuello y cara por rozarse con plantas venenosas típicas de la zona. Ahora, una herida en su frente a la cual le tuvo que dar seis puntadas porque el hombre no vio un tronco caído y terminó golpeándose la cabeza contra el suelo pedregoso.

"Bueno, nada de trabajos para usted por el momento, ¿vale? Le recetaré unos antiinflamatorios y analgésicos; ya sabe que esa herida debe ser cuidadosamente lavada, no queremos infecciones" dice mientras prescribe el método.

Busca en el armario de medicamentos que está al fondo de la sala y no puede evitar fruncir el ceño al ver que parecen faltar bienes. Su atención vuelve al señor mayor cuando éste resopla. "Esto no es nada, Dr. Byun."

BaekHyun niega. En su opinión el Sr. Kim es demasiado mayor para seguir haciendo trabajo de campo. Además de que es humano. El pobre hombre está perdiendo facultades a causa de su edad pero está tan comprometido con su trabajo que ni siquiera una caída que bien podría haber acabado en un traumatismo craneal severo, parece que vaya a hacerlo desistir. El hombre no entiende que su cuerpo no es lo que solía ser.

"No me quiero enterar de que está haciendo algo indebido, Sr. Kim. Siga mis instrucciones y dentro de poco estará de vuelta." El canoso hombre asiente renuente y BaekHyun lo despide desde la puerta del consultorio.

Cuando lo pierde de vista se dirige al armario. Revisa el interior concienzudamente, tratando de dar sentido a lo que le llamó la atención. El rincón de los opiáceos mayores parece un poco vacío. La morfina parece ser menos que la que el recuerda haber visto cuando tuvo que sedar a una de las trabajadoras humanas que fue mordida, un mes antes.

Tal vez es a causa de la cantidad masiva que tuvo que usar en la pobre mujer. Los profundos rasguños en su muslo y la mordida en su torso así lo requirieron. No rememora haberle pedido tanta a su enfermero, pero hace una nota mental para preguntarle luego de que éste vuelva de su permiso.

Vuelve a cerrar bajo llave los fármacos y sale de la sala rumbo a la cafetería. Su estómago está gruñón ya que té es lo único que le ha llegado en todo el día.

Su busca sonó poco después del alba para lo del señor Kim y casi va a ser mediodía. Lo único que tuvo tiempo de tomar fue la bebida antes de salir. Y no hubiese demorado tanto en terminar con el hombre si no hubiese tenido que esperar a que él y su grupo llegaran de su trabajo de investigación campestre. Así que su cuerpo se encarga de recordarle con desagradables sonidos que necesita alimento.

Piensa comer un bocadillo y regresar a la oficina. Como médico de las instalaciones su principal deber será atender a los heridos y podrá no involucrarse directamente en las investigaciones que se llevan a cabo, pero él también debe hacer papeleo aunque sea tedioso.

Y aprovechará de una vez y hará su propio listado de inventario. Su ayudante, el enfermero Gwak, es el encargado de eso pero el cambiaformas está de permiso y él puede hacerlo en su lugar. Hará todo eso, y luego podrá quedarse tranquilo.

☆☆☆

BaekHyun se estira, sus músculos tensos y agarrotados crujiendo sonoramente cuando levanta los brazos sobre su cabeza. Los ojos le arden por el esfuerzo continúo de estar observando la pantalla de la computadora, sus dedos resentidos por estar actualizando las notas en los registros clínicos de algunos pacientes.