Capítulo I

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Escuchaba el ruido de los comensales, algunos murmuraban sobre qué estaba haciendo solo, en una mesa, esperando durante más de tres horas, honestamente ya no sabía porque estaba esperando, quizá aún mantenía la esperanza de qué llegará corriendo y pidiera disculpas.

— Señor Jeon —sus ojos enfocaron al camarero que había comenzando a atenderlo, miró la copa de agua que era lo único en su mesa y le dedicó una sonrisa de disculpa.

Soltando un suspiro tomó su billetera para pagar, dejando una buena propina debido a las molestias, pronto miró la caja qué contenía el regalo de JungKook de su sexto aniversario.

— Puedes quedarte esto, es un regalo —el camarero lo miró con los ojos sorprendidos y pronto balbuceó algunas cosas así que le sonrió mientras daba ligeras palmaditas en uno de sus hombros antes de extenderle la caja y dar media vuelta para salir.

Camino con la cara en alto sabiendo que sería un gran chisme, el pianista del siglo estaba siendo plantado por su esposo en su aniversario, pronto salió del restaurante y camino hasta el auto que esperaba por él.

Una vez estuvo sentado y el conductor se puso en marcha fue que su omega gimoteo, y finalmente sucedió... cómo tantas otras veces, se rompió en pedazos.

...

Miró el cuerpo tembloroso de HoSeok después del orgasmo y sonrío cómo un niño pequeño, se sentía tan... su lobo se erizó cuando sintió un pinchazo en el pecho, ladeó la cabeza mirando el reloj en la mesita de noche y sintió qué había olvidado algo.

— Kook —sus ojos enfocaron al pelirrojo con una sonrisa antes de dejar un suave beso en sus labios, pronto las risas inundaron la estancia y antes de darse cuenta estaba empujando de nueva cuenta en el apretado calor del omega.

De sus labios salían pequeños suspiros de placer y es qué lo que le daba HoSeok... YoonGi nunca se lo daría.

Su lobo movió la cola feliz de estar con el pelirrojo y es qué ambos lo sabían... ni siquiera el lobo quería al omega de Min YoonGi.

...

Sus dedos se deslizaron por su vientre de dos meses, una tonta sonrisa se formó en sus labios al sentir el pequeño calor en su vientre, su bebé estaba creciendo y eso lo hacía sentir orgulloso.

JungKook aún no lo sabía y le sorprendía qué ni siquiera pudiera oler el ligero aroma a talco y miel, dió un suspiro tembloroso antes de intentar alejar los malos pensamientos.

Hace mucho tiempo qué había aceptado qué le estaba siendo infiel con el secretario de NamJoon, hace mucho que había aceptado qué el lobo de Jeon estaba inmensamente feliz con esté... lo había aceptado todo finalmente y estaba bien.

— ¿YoonGi? —sus manos se detuvieron antes de alzar la cabeza y observar a JungKook, eran las tres de la mañana y quizá pensaba que estaba dormido pero no, su cuerpo se negaba a dormir sin su aroma.

JiMin le había explicado que durante el embarazo, el omega necesitaba muchísimo al alfa, sin embargo, le sorprendía qué todo fuera bien sí su alfa no pasaba mucho tiempo a su lado.

— Feliz sexto aniversario —y el alfa rubio abrió de golpe los ojos, le dedicó una sonrisa antes de levantarse del sofá, un poleron cubriendo su vientre un poco hinchado, pronto estaba encaminándose hacía las escaleras, por hoy había sido suficiente.

— Yo... lo siento, he tenido mucho trabajo y... —y siguió subiendo las escaleras sin detenerse, escuchó los pasos apresurados de su esposo pero solo quería acostarse en su cama.

Dejó sus pantuflas a un lado y gateo sobre la superficie blanda — Mañana te daré tú regalo —le dijo a JungKook con una enorme sonrisa antes de cubrirse con las mantas, dando por terminada la conversación.

Estúpidamente pensaba que insistiría, que quizá por lástima le prometería un viaje que nunca llegaría, sólo que no sucedió, escuchó el ruido de la ducha y lo supo, JungKook pensaba que todo estaba bien pero... no podía estar más equivocado.

...

Soltó una pequeña risa mientras escuchaba las quejas de HoSeok sobre NamJoon siendo cruel con él porque le odiaba secretamente debido al daño que le hacía a YoonGi.

Una de sus manos se posó en su muslo llamando su atención, pronto el pelirrojo enroscó sus manos en su cuello antes de buscar sus labios...

— ¡Señor Jeon, señor Jeon! ¡No puede entrar! —y finalmente sucedió, YoonGi entró en su oficina, no podía moverse, HoSeok se tenso por completo y le miró asustado pero al menos él sabía que había llegado el momento, era hora de decir la verdad.

— YoonGi, no quería qué... —sus palabras se cortaron cuándo el omega pelinegro dejo unas hojas en el filo del escritorio, estiró su brazo para tomarlas y su mandíbula se tenso cuándo leyó las primeras líneas.

— Por favor, firma —su suave voz tenía un borde serio, su esposo no estaba mirando a HoSeok, tan solo a él, en espera de que hiciera lo que estaba pidiendo.

— ¿Has pensando en qué no te voy a dar el divorcio? —su voz inundó la estancia, sintió los ojos del pelirrojo pero no le importó en lo absoluto cuando se levantó de su asiento caminando donde estaba el pequeño omega que no se movió de su lugar.

— No puede interesarme menos, quiero qué firmes, por favor —le repitió las mismas palabras y antes de darse cuenta estaba sujetando su mano con bastante fuerza, mirándole directamente, sin embargo, no causó nada.

— Está bien, voy a hacer qué mis abogados lo analicen y tendrás mí respuesta —le soltó en ése momento antes de girar y sujetar los papeles, sintió la presencia del pelinegro aún así que ladeó la cabeza para verlo.

— No te pido ni un centavo, tienes mí palabra así que necesito que firmes ahora —le gruñó odiando bastante lo testarudo qué era, sujetando el contrato le dió una rápida leída y efectivamente no pedía ni siquiera un centavo, ni alguna de sus tantas propiedades.

Sujetó una pluma antes de estampar su firma y después le extendió las hojas con un gruñido, YoonGi las sujetó y entonces sí miró a HoSeok con una sonrisa... una sonrisa sincera.

— Te deseó una inmensa felicidad con él, muchas gracias por hacerlo feliz cuándo yo no pude y aún más... gracias por permitirme seguir con él todos estos años —y entonces hizo una pequeña reverencia al pelirrojo qué le miró entre asustado y sorprendido.

Pronto dió media vuelta y lo vió salir de la oficina, finalmente había sucedido, él estaba saliendo de su vida pero... ¿dónde estaba la felicidad y alivio qué esperaba sentir?.

...

Sus ojos enfocaron una de las cláusulas y sonrío suavemente, al menos su pequeño cachorro estaría bien cuidado sí algo le sucedía.

— Sigo pensando en qué es una mala idea, honestamente dudó qué él se percate del asunto a tiempo —sus ojos enfocaron a JiMin quién parecía aún molesto por el asunto.

Admiró el paisaje de la pequeña casa que había comprado con sus ahorros, era hogareña y en cuanto la había visto quedó completamente enamorado de ella así que no dudó ni un segundo en ir por ella.

— Quiero creer en él, quiero creer qué se dará cuenta... —le susurró a JiMin mientras el viento hacía acto de presencia, pronto soltó una pequeña risa antes de sujetar la mano del alfa para hacerlo correr a la entrada de su nuevo hogar.

Quería creer qué JungKook se daría cuenta de qué estaba encinta y que le necesitaba más que nunca porque después de todo no tenía una marca temporal en su cuello y aquéllo ponía en riesgo su vida al momento del parto.

Quería creer qué llegaría en sus últimos días.

...

Muchas gracias por leer. Les quiero.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2021 ⏰

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