Prólogo

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Miró de nueva cuenta el sobre y una sonrisa escapó de sus labios antes de guardar el mismo en uno de los cajones de su habitación, siendo resguardado por sus tantos libros.

Escuchó el sonido de la puerta y entonces cerró brevemente los ojos antes de qué sus labios dejarán ver una de sus sonrisas de gomita, las qué más le gustaban a JungKook, su esposo.

Salió de su habitación para bajar las pequeñas escaleras y entonces sus ojos se encontraron con los grises del Jeon quién sólo dejaba su maletín en uno de los sofás.

Sin poder evitarlo se lanzó a sus brazos antes de dejar cortos besos en el rostro de su pareja y entonces, cómo tantas otras veces, percibió el ligero aroma a canela y su corazón se apretó un poquito más, casi dolorosamente.

— Bienvenido a casa, alfa —y es qué él sabía, él sabía qué había hecho en ésa semana de negocios, él sabía con quién había estado realmente.

Él sabía qué JungKook le era infiel.

...

Apretó la pequeña caja entre sus manos cuándo miró la escena delante suyo, a simple vista no estaban haciendo nada malo, eran solo dos amigos riendo mientras conversaban pero sí ponías atención, podías ver qué la mano del Jung estaba sobre el muslo de su esposo, haciendo caricias distraídas y qué lo ojos del Jeon miraban los labios del pelirrojo, quizá queriendo besarlos...

— ¿YoonGi? —ladeó la cabeza y le dedicó una enorme sonrisa a NamJoon, la mano derecha de su pareja, el alfa le miró antes de abrir los ojos en grande ante la escena qué ocurría unos metros más adelante.

— La dejó en casa, dijo algo acerca de un obsequio a un socio pero... es para él, ¿no? —el Kim le miró no sabiendo que contestar, al menos no lo creían tan estúpido como para no percatarse de lo qué pasaba justo frente a sus ojos.

— Él... Él te ama —el balbuceo del moreno quedó atrás cuando simplemente dejó la caja en sus manos, caminando después, alejándose de lo qué probablemente era un secreto a voces.

Un secreto qué cada vez más parecía ser gritado a voces.

...

El ligero aroma a canela le mareo, de repente sus piernas se sintieron débiles y su lobo chilló al percatarse qué su alfa apestaba a aquél omega, se sostuvo a penas de una de las paredes mientras el agua se detenía en la ducha.

Instantes después la puerta se abrió y JungKook le miró sorprendido, quizá porqué estaba despierto a ésa hora, quizá porqué esperaba verlo dormido y así él pudiera lavar sus pecados.

— YoonGi, creí... debes estar en cama ya, es de madrugada, terminaba algo de papeleo y no ví la hora —y lo increíble es qué hablaba con convicción, qué parecía no estar mintiendo en absoluto pero lo hacía y lo sabía.

Sus ojos le miraron y notó los ligeros arañazos en su espalda cuándo se dió la vuelta, probablemente buscando una muda de ropa, entonces no dijo nada, sólo camino de vuelta a cama, cerrando los ojos en un intento por dormir y despertar... rogando porqué todo fuera un sueño.

...

— Ah, han sido meses desde qué no te veía, sigues igual de hermoso, quizá por eso JungKook... —sin poder evitarlo se alejó del contacto con el pelirrojo quién le miró ligeramente sorprendido y... asustado.

— Lo siento, tengo qué usar el sanitario —e importándole poco las miradas de los comensales de aquella reunión se levantó de la mesa, casi escapando de ahí, luchando por obtener algo de aire.

Y mientras giraba en la dirección a los sanitarios lo vió, JungKook le susurró algo al inclinarse y el Jung solo asintió riendo suavemente... su lobo aullando de impotencia y dolor.

— ¿YoonGi? —de repente chocó con alguien, el aroma a manzanas llenó sus pulmones, de repente una punzada lo hizo gemir de dolor, el médico le sostuvo en brazos a penas.

— No le digas... no se lo digas —le murmuró suavemente, sintiéndose cada vez más pesado... cada vez más a la deriva.

Y finalmente sus ojos se cerraron, haciéndole saber qué un día no podría ocultar su condición...

...

El reloj avanzaba mientras él estaba en la cama, sus ojos estaban hinchados de nueva cuenta, debido al llanto qué nuevamente lo había asaltado al saber que no vendría, que nuevamente estaba en sus brazos.

Su omega gimoteo antes de echarse aún aullando de dolor, rogando porque su alfa dejara de lastimarlos, de hacerlos sentir insuficientes.

Quizá ya era hora de aceptar qué Jeon JungKook le era infiel... con Jung HoSeok.

...

Gracias por leer. Vengo con algo cortito. Les quiero.

Our Last Days [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora