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Byul Yi miraba de lejos a la recién presentada omega, se había enterado por medio de su padre que la hija del emperador por fin se había presentado, y no sabía porque la felicidad le había inundado por completo cuando escucho que era un omega.

Sonrió al ver como la princesa se la pasaba sonriendo al ver que había hecho un buen trabajo al cortar aquel pequeño árbol que le había regalado su padre, sentía como si algo le indicase que se acercara, solo a saludar, y no sabía si era lo correcto.

A Byul Yi le había comenzado una atracción demasiado fuerte hacía la princesa del palacio, la futura emperadora, pero no quería acercarse, ¿qué tal si no le hablaba? Y ¿por qué sentía aquello? No lo comprendía en su totalidad, y tal vez tardaría en hacerlo, le preguntaría a su madre sobre lo que estaba sintiendo, tenía que saberlo.

- ¿Qué quieres? -ni siquiera se había percatado cuando ya estaba frente a la princesa .

- Lo siento -hizo una reverencia.

La princesa dejo de mirarla, había rodado los ojos.

- Para ser una alfa, no eres discreta.

- Lo lamento, no volverá a suceder.

YongSun  escaneo a Byul Yi de pies a cabeza, miraba las ropas que utilizaba, demasiado harapientas, y esos cabellos algo desordenados, no podía creer que aquella que ahora se encontraba enfrente sería su alfa, no definitivamente no aceptaría para nada una alfa como ella.

- ¿No piensas irte?

Byul Yi estaba extrañada, en los pocos años que ha estado en el palacio ayudando a su padre, no había visto a la princesa comportarse de esa forma, y no entendía la razón del por qué prácticamente la
estaba corriendo de su vista.

- Bueno..

- Será mejor que te vayas, no quiero verte -la alfa de inmediato dio un asentimiento y se fue de la vista de la princesa, YongSun  soltó un resoplido, estaba molesta, lo que menos quería era ver a esa alfa.

Byul Yi caminó dentro del palacio, estaba cabizbaja, no sabía la razón
por la que aquellas palabras le habían dolido tanto, sentía como su pecho se había oprimido lentamente al recordar lo que había dicho aquella omega.

¿Por qué estaba comportándose de esa forma?

Siempre la había visto saludar feliz a los demás, siempre era amable y a veces ayudaba en algunas cosas, claro usualmente le gustaba acomodar la mesa cada que iban a comer, o a tener una cena importante, pero...

-ByulYi -la voz de su madre había hecho que dejará de agachar la cabeza- ¿Por qué tan decaída, pequeña?

- Yo... no lo sé -negó la alfa para volver a agachar un poco la cabeza y apretar sus labios hasta formar una línea.

Su madre era la encargada de mantener en orden toda la limpieza del palacio, siempre debía lucir reluciente para que el emperador se sintiera de cierto modo más tranquilo.

- Cariño -escucho como los pasos de sus madre se acercaban más, y luego cuando estaba frente a ella, se coloco de rodillas para estar a su altura- ¿Estás bien?

- Bueno, me siento extraña.

- ¿Qué sientes?

- Es que -la alfa sintió un poco sus mejillas calentarse- Yongsun... me he sentido extraña cada que veo o estoy cerca de la princesa.

Su madre se vio solo un poco sorprendida, el emperador le había informado a ella sobre que la princesa es la pareja predestinada de su hija, y eso si que le había sorprendido, y ahora que ByulYi le decía aquello, sabía que el emperador no era un mentiroso, pero por unos momentos había creído que eso era mentira.

- Cariño -su hija le miro- es tiempo de que te diga el por qué.

Así fue como Byul  había quedado más que feliz al escuchar todo lo que su madre le dijo, si eso era verdad, entonces, estaría dispuesta a que la princesa la acepte como su alfa, después de todo los predestinados siempre quedan juntos, ¿no es así?

La omega que no quería a su predestinada [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora