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Unas risas burlonas se escucharon en cuanto Dasom dio un paso dentro de su consultorio, allí estaba por quién tanto han surgido problemas en el palacio, Dahee , su hermana.

- Querida hermana, es un gusto poder verte de nuevo -Dasom notó aquella escabrosa sonrisa de su hermana, era más parecido a una mueca de diversión.

- No sé si podría decir lo mismo -respondió Dasom-, sé que haz sido tú la causante de esto.

- Es divertido jugar con el destino de algunos, ¿no crees querida hermana? -preguntó Dahee soltando otra suave risa-, pronto todo
dará el giro que debe llevar de ahora en adelante.

- No deberías jugar con el destino, sabes lo peligroso que puede ser para ambas.

Dahee soltó un suspiro, no se sentía para nada arrepentida, en cuanto la princesa krystal obtenga lo que quiere, ella también
obtendrá lo que desea y eso será todo, el imperio que está pisando en esos momentos, le pertenecerá en cuanto la princesa dé su ultimo aliento de vida.

- Esa advertencia está demás, Dasom -sonrió sin ningún toque de dulzura-, mi pequeño hechizo funcionó.

- ¡No sabes las consecuencias que esto traerá!

- ¡Claro que las sé! -Dasom frunció el ceño hacia su hermana-. Si no las sabría, ¿crees qué lo hubiera intentado? Querida, todo está planeado, y no puedes evitarlo.

- Tal vez no pueda hacer algo, pero sé que la princesa YongSun sabrá lo que debe hacer.

- ¿Esa omega tonta? Dasom, en cuanto se cumpla el lapso de tiempo, la alfa líder sabrá que tiene que irse con su nueva destinada, y eso sabes que será prácticamente inevitable, la princesa  morirá en cuanto se sienta dolida y separada en totalidad, y la alfa líder de igual forma al saber de su traición a su verdadera destinada, ¡el final perfecto!

Para nada lo era, Dasom sabía que su hermana quería siempre obtener el control sobre el imperio que se había creado en aquel mismo lugar, nunca pensaba en nada más, quería el total control, y al no poder evitar que el emperador se casara con su destinada,
entonces decidió que lo mejor era matar a la  primogénita, claro que Dasom advirtió al emperador antes de tiempo, y su hermana fue desterrada. Dahee es lista, y puede camuflarse de inmediato para no ser vista por los guardias, y así poder ingresar al imperio.

- No permitiré que algo como eso suceda.

- El destino lo dirá, todo a su tiempo, hermana, pero claro, si resulta como lo he planeado, dile adiós a todo esto.

- ¡Alfa! -Yongsun se removía de un lado a otro no pudiendo seguir dormida, se sentía sofocada, con demasiado calor encima, y con su lobo como un loco, quería ver a ByulYi de inmediato, sabía que prácticamente la alfa líder le había dicho que no la ayudaría, pero en verdad quería estar con ela-. ByulYi.

La alfa líder se encontraba afuera de la habitación de la princesa, había mandado a WheeIn a traer las hierbas que ayudarían a YongSun en su calor, pero se estaba tardando mucho, el aroma penetrante de la omega llegaba cada vez mucho más fuerte, pero ByulYi tenía que permanecer allí mismo para poder proteger a la princesa  en lo que
WheeIn regresaba.

- ¡ByulYi! -de nuevo otro grito de parte de la princesa, ByulYi soltó un suspiro, no quería entrar, sabía que si lo hacia YongSun le pediría que la calmars, y no quería hacerlo.
Su lobo se sentía mareado por aquel aroma, era obvio, pero solo los destinados perdían el control cuando se trataba de sus celos, con eso ByulYi solo podía confirmar que no eran destinados, esas solo se trataba de mentiras para estar con la princesa, lo sabía.
Pero ¿por qué la princesa mentiría de tal forma solo para estar con ella?

Aún tenía demasiadas dudas dentro de su cabeza, y su lobo se removió incómodo al sentir de nuevo el aroma de la omega, no lo
entendía, era aturdidor, no se había sentido de tal forma antes, y era muy extraño, había estado cerca de otros omegas que a veces
entraban en celo, pero el aroma era demasiado fuerte y no podía soportarlo, odiaba los demás aromas.

Y esté no estaba siendo una excepción, pero por alguna razón se sentía levemente atraída por él, definitivamente tenía que entender
que es lo que estaba pasando con ella.

- ¡Alfa! -la voz de YongSun, suplicante, dejó que ByulYi dejara esos pensamientos para mirar detrás-. ByulYi, por favor...

Y luego se escuchó un suave sollozo de parte de YongSun , lo que alertó a la alfa líder, a regañadientes decidió entrar y al ver a la  princesa en posición fetal soltando suaves sollozos mientras se tomaba el vientre y temblaba levemente pudo bajar un poco la guardia, por más que sabía que sería incorrecto acercarse, no le hizo caso a su lado racional y camino hacia YongSun.

- YongSun... omega -de inmediato la princesa la miró, sus mejillas empapadas en lágrimas, dejó de sollozar y trató de levantarse pero ByulYi fue más rápida y se sentó a su lado-, tranquila, estoy aquí.

- Alfa -Yongsun de inmediato sonrió y se apego hacia él restregando su mejilla sobre el pecho de Byul, y acurrucándose por completo en la alfa líder, esperando que por lo menos le diera una caricias. ByulYi a duras penas y luchando consigo mismo, logró comenzar a darle caricias a la omega, pasando de sus cabellos hacia su espalda, haciendo que YongSun cerrara los ojos satisfecha con aquel simple pero agradable contacto.

- Tranquila, omega -ByulYi no sabía porque razón quería darle un pequeño beso en la cabeza, no entendía lo que le pasaba, ¿por qué su lobo se comportaba así? Pero, si su lobo quería hacerlo, no lo detendría, depósito un pequeño beso sobre la frente de la omega,
provocando que YongSun sintiera sus mejillas calentarse-, perdone, princesa.

- No me molesta, alfa -YongSun se volvió a acurrucar escondiendo su rostro en la hendidura del cuello de ByulYi-, quédate, ¿sí?

- Lo haré, YongSun, lo haré...

La omega que no quería a su predestinada [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora