«Atte: Kookie» TaeKook/VKook

Segunda Temporada/ ~01~

Un suave diluvio cubría la ciudad y la fría brisa del invierno invitaba a tomar algo caliente.

Una cafetería un poco alejada del centro de Seúl se había convertido en el lugar preferido de Tae y Jungkook. Iban cada vez que podían y que el trabajo se lo permitía.

Los ojos del mayor se posaban sobre el azabache, recorriendo cada detalle de su rostro. Una sonrisa involuntaria se formó en sus labios, mientras sus pensamientos se encontraban en otra parte.

—¿Tengo algo en la cara?—preguntó Jeon preocupado de lucir mal frente a su chico.

Taehyung simplemente se limitó a sonreír y acariciar la barbilla de "Kookie" como él le decía de cariño a su pequeño Jungkook.

—Solo pienso en el día que encontré las galletas en tu mochila ¿Lo recuerdas?—Kim mantenía su sonrisa ante tan agradable momento.

—¡Ah! Fue tan vergonzoso...—se encogió de hombros, tímido.

Cada uno tenía una perspectiva diferente de aquél día en que todo comenzó, pero aún así el desenlace era el mismo.

—¡Estabas más rojo que un tómate!—expresó Tae en una leve risilla— No sé si lo sepas, pero te descubrí un poco antes de la cita doble con Yoongi y Jimin.

La cara de Jungkook no tenía precio. Sus ojos más abiertos que nunca eran un chiste y al igual que esa vez, su corazón se aceleró de golpe.

—Una vez me dejaste una nota diciendo que me tropecé contigo de camino al salón mientras miraba mi teléfono—Kook asintió.

Recordaba la nota perfectamente, pero aún no lograba entender a dónde quería llegar Tae.

—Como sabia que siempre dejabas las galletas antes de clases, quise adelantarme a ti. En realidad no iba mirando cualquier cosa. Tenía abierta la cámara frontal, y cuando me choqué contigo te vi por mi teléfono.

Jeon estaba al borde de desmayarse. Si no hubiera una pared detrás de él probablemente lo habría hecho.

—Cuando llegué a mi asiento ahí estaba el paquete de galletas—se detuvo un momento—Tal vez podría haber sido una coincidencia, pero cuando al día siguiente me dejaste una nueva nota diciendo que me habías cruzado, me sentí tan feliz de confirmar mis sospechas.

Jungkook escuchó atentamente el resto del relato. Una historia de Sherlock Holmes no se comparaba a lo que había hecho su novio para averiguar su identidad.

—Al parecer el "zombie" fui yo—dijo haciendo referencia a aquella nota.

Lo cierto era que Taehyung fue alguien popular durante el instituto. Tenía a casi todos babeando por él, y hasta llegaban al punto de comprarle cosas costosas con tal de ganar su atención.

Pero nadie había sido tan original, tierno y dulce como Jungkook.

Taehyung entendía bien el trabajo y esfuerzo que llevaban unas galletas, y además de eso molestarse en escribir palabras bonitas para él. Valoró cada uno de los paquetes de Kook, y con cada bocado, el interés por su admirador crecía aún más.

El sentimiento entre ambos duró tantos años que los acompañó hasta su vida adulta. Ahora cada uno trabajaba por separado, y pasaban sus ratos libres juntos.

Jungkook jamás creyó que llegaría tan lejos.

Él soñaba todas las noches con ese chico de cabellera rubia y su sonrisa tan cautivadora y adorable que le habían arrebatado sus pensamientos.

Ahora el corazón de Jeon le pertenecía a Taehyung, y así sería.

Para siempre.