Fellow Detention | Awase x Bakugō

iii. Bakugō Katsuki.

Limpiar el vestidor después que el club de fútbol lo usara era un asco. Apestaba como el demonio y el ambientador lo empeoró con el hedor entremezclado de esos trogloditas.

─Es tú jodida culpa ─masculló su compañero de castigo como si fuera lo más adecuado que pudiera decir para mejorar el momento despegando goma de mascar bajo las bancas sentados uno contra la espalda del otro.

─Como digas, extra.

No estaba de humor para montar una escena, no cuando tenía a la vista al capitán del equipo vistiéndose frente a él. Alto y fornido en proporción, rubio, de ojos azules y sonrisa perlina. Togata Mirio podía ser todo lo que estaba bien en la academia, porque comparado a sí mismo, él no era gay ni gustaba ver los cuerpos de sus amigos al cambiarse como un idiota pervertido ─aunque sus deseos eran de lo más vírgenes deseando un amor─. Tan ensimismado que se sobresaltó al escuchar que cerraba la taquilla, apartando su mirada a la velocidad de la luz.

─Lamento que tengan que soportar esto con lo apestosos que somos ─dijo riendo entre la vergüenza, pasando la corbata del uniforme al cuello─. Me gustaría acompañarlos pero debo atender unos asuntos. En verdad espero puedan terminar pronto ─Sonrió con todos los dientes al despedirse, tan radiante con el sol en el rostro.

No siguió raspando con la espátula de metal siendo consciente de la mirada sobre el hombro del extra. No le pondría atención pensando en que, como el mayor, también esperaba acabar lo más rápido posible y alcanzar a comprar algo de la máquina para cenar encerrado en su habitación esa noche de viernes. Sólo eso.

─¿Te sientes bien? ─preguntó al fin más que por simple compromiso.

─Qué te importa.

─No sé por qué demonios me preocupo por ti. Juro que no lo sé pero no seas terco. Si lo necesitas puedes salir a tomar aire, con que no me abandones de nuevo estaré bien.

─Por más que quisiera... ─Se interrumpió para morderse la lengua─. Terminemos esta mierda y larguémonos de aquí.

Fue lo que dijo pero no terminarían así de rápido, sabía que el castigo por escapar de detención se extendería al fin de semana limpiando otros clubes junto a ese tipo. Tenía el cabello lindo, olía bien. Quizá resultaría menos desagradable que soportar el olor a medias sucias. Cualquier cosa era mejor que quedarse en el dormitorio.