Era esta la cuarta vez que leía las últimas líneas de aquel libro de romance.Jung SuBin, un amante de la lectura y novelas orientales se había enamorado por primera vez de la que prometía ser una historia inolvidable para quien la leyera.
Sus ojos brillaron al leer su nombre nuevamente- Paradise, ¿eh? —y luego una sonrisa
Con sus dedos acarició celosamente las páginas beige. Trazando líneas verticales.
Leyó una y mil veces más, aquellos párrafos que habían arremetido con su corazón.
—Cabello negro, suave; como el azabache en su ciclo perfecto. Labios finos y con el rojo carmín que se asoma desde su boca hacia afuera. Manos delicadas y dedos finos muy elegantes. Su piel como el jade pura y blanca, apenas se muestra con miedo a ser profanada por la ignominia de los hombres.
Tantos detalles dio el escritor de aquella obra y cada letra le revolvía el estómago a SuBin.
Era él.
Han SeungWoo, el protagonista masculino de la novela. El que hace hasta lo imposible, humillándose hasta las últimas instancias para conseguir el amor de aquella hermosa princesa con el corazón de piedra. Un joven maestro de corazón puro.
SuBin hubiera preferido que hubiera sido un tirano que miraba a todos desde arriba, ¡eso es lo que se merece!, no sufrir por una mujer llena de vanidad. Pero así también, SuBin amaba tanto la bondad de su alma que no pudo evitar imaginar sus suaves manos cuidando de él.
Lo había imaginado en tantas ocasiones, contando con las descripciones de la novela. Lo había dibujado a mano y tantas veces como le fue posible. Han SeungWoo le daba vida a su corazón de una forma incomprensible.
—Es sólo un personaje.
Pero, ¿por qué su corazón palpitaba tan deprisa?
—Un joven maestro de una novela de romance.
Pero sus ojos se humedecieron, no con tristeza, si no con conmoción.
—No existe.
¿Por eso no podía amarlo?, claro que no.
—Han SeungWoo —dijo con los labios fríos y cerró el libro a su lado
En su habitación había una gran cama con múltiples cojines y entre ellos el cuerpo cálido del joven lector. Una lámpara de luz amarillo/naranja iluminaba todo el cuarto con tanta sutileza que tocaba el borde de la oscuridad sin sumergirse en ella. Los estantes con libros sólo le daban un olor a papel que era apaciguado con el olor del arce rojo que desprendía la bolsita aromática en su habitación.
Mientras pasaban los minutos, menos lograba dormir, y eso comenzaba a molestarle. Como si un resorte hubiera en su espalda se levantó a quedar sentado y miró la luna desde su cama.
—¡Me he enamorado de un personaje!
Gritó sin ánimos de un escándalo, sólo quería dejarlo fuera.
—Me enamoré... de un personaje
Era tan maravilloso y catastrófico que lágrimas confusas acudieron a sus ojos.
—¿Eso es posible?
Y claro que lo era.
Y se dijo así mismo que si él fuera aquella princesa le brindaría todo su amor a aquel joven maestro que sufrió tanto por conseguirlo.
⇘ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇙
⇛ P R Ó X I M A M E N T E ⇚
⇗ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇑ ⇖
ESTÁS LEYENDO
ᵗʰⁱˢ 𝘀𝗶𝗱𝗲 ᵒᶠ 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘••『 SeungBin』
FanfictionSuBin miró a su alrededor: parecía estar flotando en un vacío espacio, tan oscuro que no podía ver su mano frente a él. En medio del vértigo, una voz le preguntó suavemente junto a su oído. -...¿Joven amo?, mi señor, ¿puede oírme? SuBin se estremeci...