Capítulo 1

9 2 1
                                    

Abre paso niña, Darla va a pasar!_.  me sorprende una colegiala, de pelo rubio y estirado partido al medio en su cabeza, despertándome del trance en el que me encontraba, admirando la gigantesca entrada estilo griego de mi nuevo colegio, que poseía 7 u 8 escalones de mármol blanco tan brillosos que podía ver perfectamente mi imagen reflejada en el piso, con cuadradas columnas gruesas y altas, y un techo en forma triangular con unos dibujos preciosos, pensando: “que instituto tan grande y glamuroso para este pueblito sin chiste!” Los nostálgicos pensamientos me arrancaban suspiros mientras recordaba los pocos amigos que había hecho en estos últimos dos años, y que ahora, había dejado atrás gracias a mis ocupados padres, y a sus continuas mudanzas por cuanta ciudad había en el país. Me sentía como una de esas tribus nómadas que vagan incesantemente por el vasto desierto, de un lugar a otro sin raíces, sin un lugar al que poder llamarle hogar. La chica me atropella empujando literalmente mi hombro hacia un lado.

Ey!!!!!_. le grito trastabillando por el impulso, y me giro sorprendida cuando logro recuperar el equilibrio, la vista me dirgire a una chica hermosa que se acerca, alta con cabellos color miel que resbalan como cascadas sobre sus hombros, la luz solar incidía sobre ellos dándole una brillantez casi cegadora, haciendo aún mas admirables los grandes y brillantes bucles que se deslizaban en su espalda. Su cuerpo esbelto irradiaba perfección, venía rodeada de 5 chicas más que le servían de lacayas, adulándola en todo momento. Era lo más parecido a una princesa que había visto en la vida, rodeada de sus doncellas, sólo que ella tenía la actitud de una bruja y una mirada desdeñosa hacia todo lo que la rodeaba que hacía que ante mis ojos luciera ordinariamente corriente, y así su encanto físico, se desvanecía en el aire. Mi mente divagadora me llevó repentinamente al primer día de mi primer curso escolar. Mamá y papá me habían dejado a la entrada del colegio y se habían marchado ya cuando me vieron entrando. De pronto, se aparca en la acera una limusina estrafalaria  y enorme, de color rosa chillón, que gritaba a los 4 vientos: "CONTEMPLADME!".

Un mozo vestido con una casaca gris abrió la puerta inclinándose para indicarle a la pasejera que saliera del interior, sólo faltó extender una alfombra roja a la que pudiera pisotear a merced mientras se dirigía al colegio dando pasos cortos, una piernita delante de la otra, su nariz respingona demasiado alta para su pequeña estatura, dos coletas rubias se balanceaban hacia adelante y hacia atrás, mientras otro mozo con casaca gris correteaba detrás de ella sujentando su mochila y lonchera.

_ Aparta niña, estás en el camino de Marie Ann!!_.  me dice el mozo con voz temblorosa cuando se percata de la cara de berrinche a punto de ocurrir de la niña, que detuvo su paso interrumpida por mi presencia.

"Es un maldito deja vu", pensé poniendo los ojos en blanco.

_ Oye tu Chocolatina_.  dice Darla la "brujesa". Que significa? Se preguntarán ustedes. Es una palabra recién inventada por mi y que en esencia significa: bruja disfrazada de princesa.

Me sorprende lo rápido que se encontraba ya encima de mi, luego de mirarme de arriba a abajo con expresión de desprecio

_ No la escuchaste? Apártate que voy a pasar.

Comencé a recitar en mi mente los productos del 12 y del 13..... Contar  hasta el 10 no iba a resultar esta vez.

_ Dile eso a alguien que le interese_.   le dije arqueando una ceja y cambiando así el peso de mi cuerpo a la otra pierna, mostrando mi apatía.

Mi expresión no debe haber sido de póker, eso se me da fatal, tal vez de Monopoly, siempre ganaba en ese juego por medio de la falsa intimidación.

Una de las chicas lacayas me dice en un susurro:

_Acaso no sabes con quien estás hablando?_.  su advertencia se sentía real, como si hubiese sufrido en carne propia aquello que quería evitarme a mi.

Declaración de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora