Capítulo 01

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Todos se encontraban observando a la madre de Chun llorar abrazada al gran árbol de begonia, tenían algunos sentimientos encontrados ante este suceso, sintiendo lastima por la niña, aunque, sin su muerte, muchas mas personas estarían sin vida en ese momento. Ya habían perdido suficientes, ella fue la causante de que su mundo entero se inundara, era justo que pagara por las consecuencias que no tomo en cuenta en ningún momento, siendo egoísta por sentirse culpable, arrastrando a muchas personas con su error.

Nada de esto hubiera pasado si hubieran entregado al pez, su hogar estaría allí, las demás personas que no sobrevivieron estarían allí, la niña también estaría allí.  

—¿Chi..¡ChiSong Zi! — Todos desviaron su mirada de la afligida madre, para visualizar a un Zhu Rong en completo pánico, arrodillado sosteniendo en sus brazos a ChiSong Zi, sus ojos cerrados y su cuerpo flácido contra el pecho del mayor. El grupo se acerco a el par, preocupados por el joven maestro lluvia.

—¿Qué ocurrió?— Preguntó el anciano, poniendo una rodilla en la tierra, y acercando su mano a la frente del chico. Su piel encontrándose tan fría, sus mejillas y nariz apenas notándose el color rojizo con el que estaban tintadas, su respiración siendo jadeos temblorosos  —. Está helado —declaró con preocupación en su voz. 

—No lo se…estaba bien hace unos momentos… él — Zhu Rong se quedó sin palabras, ChiSong Zi estaba a su lado, tranquilo, se veía bien. ¿Por qué no se dio cuenta de que algo estaba mal? Debía haberlo sabido. Abrazó a ChiSong Zi más contra su pecho, cubriéndolo con sus brazos lo mejor que pudo en un intento de alejar el frío del menor, el rostro contra su pecho frunciendo el ceño ante la calidez, la marca en el hombro de Zhu Rong brillando levemente, su expresión preocupada. —. ¿Qué haremos? Todo esta inundado, no tenemos ningún medicamento ¡Ni siquiera un lugar donde quedarnos! —Exclamó mirando al anciano de larga barba, quien volteó a mirar a los demás.

—¿Nadie tiene medicamento consigo? —Preguntó observándolos, todos negaron ante su pregunta. 

—HouTu, ninguno de nosotros estábamos realmente preparados para esto, cualquier medicamento que teníamos lo perdimos en el caos —Respondió aquel chico mitad venado, mirando lamentablemente a Zhu Rong al terminar sus palabras. —. Tal vez sólo necesite descanso. Todo a sido demasiado hace unos momentos, y él también ayudó en el puente, seguro solo se esforzó demasiado —Dijo en un intento de tranquilizar al angustiado maestro del fuego, quien abrazaba con fuerza a ChiSong Zi contra su pecho. 

—¿Y si no es así? —Preguntó mirando al contrario, quien no dijo nada ante eso. — ¿y si se pone peor? Dime ¿qué haremos? Gracias a esa niña y ese monstruo hemos quedado sin nada.

—¡No hables de mi hija de esa manera! — Gritó Feng, la pobre madre aún aferrándose a aquel inmenso tronco, sus ojos rojizos por las lagrimas. —. Ella…ella no sabia lo que hacia — Excusó sin mirar a del cabello fuego, quien frunció el ceño ante la respuesta de la mujer. Abrió la boca para refutar las palabras de la contraria, pero se vio interrumpido ante la presencia del guardián de almas.

—Ella sabía perfectamente lo que hacia, de no ser así, no me habría dado la mitad de su alma — Exclamó con su voz baja, algo rasposa. Todos los presentes abriendo los ojos con esta revelación. —. Ella esta viva., se irá al mundo humano con el gran pez — Agregó. La expresión de Feng volviéndose aturdida.

—E-ella. ¡Debo ir a buscarla! —Exclamó la mujer mayor, sus lagrimas dejando de caer ante la noticia de su hija, con rapidez se levantó y sin nada mas en mente, se apresuró a dirigirse a la grulla que descansaba tranquilamente lejos del grupos, agitándose cuando la mujer intento desprevenidamente subirse a ella.

—¡Aléjate de ella! — Zhu Rong enojado, se levanto de su lugar, las rodillas algo entumecidas, pero aún así se coloco entre la grulla y la mujer. ChiSong Zi en sus brazos removiéndose incomodo ante el movimiento. —. ¡Ella se irá al mundo humano y no puedes hacer nada contra eso! —Exclamó con ira, mirando a la mujer frente a él.

Dos palabras, un suspiro (ZhuSong) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora