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Kuro estaba molestó, ¿razón?, su terco Eve se tardó mucho en clases y ahora al momento de regresar a casa, el sol lo estaba cocinando adentro de la mochila, como pudo abrió el cierre de esta y se acomodó en la cabeza de Mahiru.

-Kuro-. Sintió como subía a su cabeza. - Te andabas asando adentro, ¿cierto?-. Mencionó divertido el castaño mientras seguía caminando.

-Mahiru, vete por la sombrita...-.

- Lo sé Kuro, a ti no te gusta el sol-.

- No lo digo por mi, ¿acaso no sabes que el sol derrite a los chocolates?-

-Kuro!!-. Mahiru levantó la mano y le dio un golpe, sin notar que una niña junto a su madre lo estaba viendo.

-¡Mamí, mira!, ese chico está golpeando a un pobre gatito-. Jalaba la manga de su madre mientras señalaba a Mahiru.

-Hay personas muy crueles-. Siguieron su camino.

- Lo ves Mahiru, eres una persona cruel-.

-¡¡¡CALLATE, KURO ESTAS EN ABSTINENCIA!!!-. De camino a casa sólo podíamos ver a un castaño enojado y un montón de personas que lo miraban raro, ya que no sabían con quien hablaba.

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Piropos KuromahiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora