Alas.

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Nota|oneshot reeditado, publicado con anterioridad en mayo de 2018. Si no mal recuerdo, este fue mi primer aruani, así que hoy sólo corregí algunos errores de ortografía. Cabe mencionar que amé escribir esto. Amo a Armin tanto como amo a Annie. Amo demasiado el aruani; sólo queda decir eso.

Por otra parte, tengo varios oneshots de esta pairing por ahí, pero aunque aún son borradores y situados en AU, quería preguntarles si les gustaría leer algunos, para publicarlos por aquí antes que en cualquier otro lado :)

Cuando lean esto espero disfruten mucho, y si tienen alguna duda o algún comentario, no duden en hacérmelo saber; se los agradeceré mucho, es mi única manera de saber si les gustó o no. Saludos a todos.

Los personajes que aquí aparecen son obra de Hajime Isayama.

Alas.

P

oco sabía ella acerca del origen de los mares u océanos. De hecho, siéndose sincera, nada concretado sabía.

¿Cómo llegaron a existir en la tierra?

Recurrente era aquella pregunta que, quizás nunca, nadie podría responder con seguridad; quizá existían en el mundo por azares de un destino, tal vez eran producto de aquel diluvio del que alguna vez ella escuchó en no-recuerda-dónde de pequeña. Posiblemente tenía más ciencia de la que podría imaginar o siquiera comprender.

De cualquier forma, el hecho era que poco sabía acerca de lo que, para algunas personas, era tan anhelado, aunque superficialmente lo conoció cuando tenía no más de doce años.

Sobre los ríos o lagos, que sólo llegó a conocer cara a cara cuando estuvo dentro de su ahora lugar de residencia, sabía bien que era única y humilde agua simple, comúnmente llamada agua dulce, aunque de dulce no tenía nada.

Por eso, cuando escuchaba a Armin vociferar ese tipo de preguntas a cualquiera de sus compañeros más allegados sólo podía recordar a las aguas que el buque que abordó había acariciado cuando tuvo que comenzar su misión: cristalinas olas que golpeteaban la costa en la que anclaron y el olor salino y raro que inundó sus fosas nasales cuando comenzaron a navegar en el mismísimo mar abierto. Inmenso hasta donde la vista alcanzaba y azulino como el cielo que se extendía sobre sus cabezas, ¿podría ser aquello algún complemento para lo otro? Seguían siendo incógnitas hasta pera Annie, que podría pavonearse―secretamente y en su mente― de conocer el mar.

― ¿Ustedes qué creen? ―preguntó él, en la noche puesta del día de su cumpleaños. A su lado, los ligados amigos que siempre lo acompañaban guardaron un silencio que jamás ella les había notado.

Aquella noche, antes de que tocara la campana para la hora de irse a dormir, Armin la había alcanzado en la orilla del pozo de agua que utilizaban para abastecerse. Luego, como solían Eren y Mikasa, como sombras adheridas, llegaron a él. Aunque la última, más neutra que nunca, permaneció siendo un tótem a lado sus amigos. Eternamente imperturbable.

―Tal vez sea muy complicado―Eren palmeó la espalda de su amigo, examinando sin atención el firmamento que hacía horas se había oscurecido―. Pero algún día lo sabremos, Armin.

Era su cumpleaños y muchos lo sabían, pero los presentes que recibió fueron pocas cosas que se podían conseguir sin salir de las barracas o del lugar de entrenamiento. Y aunque Eren y Mikasa lo resguardaron aún más de lo habitual desde que comenzó la mañana, sonriéndole a menudo cada que lograba verlos, podía intuir que deseaba más de lo que recibió. Así de egoísta como sonaba, pues no todas las personas podían ser cien por ciento amabilidades. Algo de egoísta tendría que tener Armin; era un humano al fin y al cabo.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2021 ⏰

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