Capítulo Único

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Se enamoraron un invierno, donde los días eran grises, las noches heladas y las tardes sabían a café caliente y galletas.

Enamorarse del chacal que alguna vez fue un buscado criminal de guerra no estuvo en sus planes, para él, era algo imposible. Simplemente no creía que algo entre ellos funcionara.
Pero tampoco era noticia que una fuerza poderosa a él -quizá un Dios, el universo, no lo sabe- lo tenía como una marioneta, llevándolo a hacer cosas que no pensaría hacer ni en sus mas profundos sueños.
Y es así que el primer invierno donde el chacal -luego de un par de años y buena conducta- se le fue otorgada la libertad nuevamente, decidió hacer frente a sus sentimientos.

Por un momento creyó que era broma, una muy cruel para su gusto. Estaba a tan solo segundos de agarrar al chacal de su larga melena y arrojarlo de nuevo en una celda para que se pudriese ahí por siempre. Nadie, absolutamente nadie, jugaría así con él.
El de ojos heterocromaticos había correspondido a sus sentimientos, y el azabache no se lo creía.
Y antes de que éste cometiera el crimen que ya estaba sucediendo en su cabeza, el chacal con pasos acompasados se acercó un poco más a él. Ni muy cerca, ni muy lejos. Lo justo para que la mirada rubí chocase contra el ámbar y el zafiro. Lo justo para que el moreno pudiese ver el ligero sonrojo en sus mejillas que no era producto únicamente por el frío de ese día.
Lo justo, para que Shadow pudiera ver en el otro la verdad, que no era el único cuyo corazón galopaba cuando lo veía, que no era el único que se volvía torpe y que no eran sus mejillas las únicas en adquirir más color en situaciones de más cercanía de la normal.

Fue así, que avergonzados por el momento -y algo tímidos-, entrelazaron manos y se dirigieron a ningún lugar en particular.

···

Siempre escuchó la misma frase por parte de diferentes personas a su alrededor: "los polos opuestos se atraen" decían, suspirando llenos de anhelo por un nuevo amor. Y él, siendo un ignorante de la materia, les creyó.
Y esa fue una de sus primeras teorías de porque el chacal heterocromatico y él no serían compatibles en términos románticos.

Oh, cuanto se había equivocado.

Con el tiempo fue descubriendo que su relación no era una clase de física, y ellos no eran dos imanes. Que no era una fuerza de atracción magnética lo que los unía. Sino que eran las similitudes que tenían entre ellos.

Compartían tardes enteras viendo películas de horror, de aquellas crudas, calificadas como inapropiadas o hasta prohibidas en diferentes lugares al rededor del mundo. Otras tardes simplemente se limitaban a leer en el sofá de la sala, escuchando jazz o algunas sonatas de pianistas famosos.
Compartian las horas matutinas de entrenamiento, donde el chacal no quería olvidarse de todo lo aprendido hasta ese momento en su vida, y el moreno lo requería para su trabajo.
Si estaban de humor, acordaban un combate cuerpo a cuerpo, a veces quizá hasta armados. Y aunque generalmente era él quien ganaba, habían veces en las que se le dificultaba seguirle el ritmo o hasta perdía. Por momentos le sorprendía, y siempre se preguntó por qué no demostró ese mismo potencial la primera vez que estuvieron frente a frente, y lucharon por primera vez.

Pero pese a todo eso, tenía sus momentos favoritos que relucían aún más en los fríos días de invierno.

Por las mañanas, si era el primero en despertar, haría el desayuno para ambos.
Infinite sabía que el café era prioridad para el moreno. Más amargo que dulce, lo suficientemente caliente para no enfriarse en las últimas sorbidas, y quizá, un poco de leche para darle otro color y sabor. Junto a las galletas de vainilla favoritas del heterocromatino. Dedicaría todo de él haciendo el café perfecto para el vetado, porque sus ojos dislumbrando emoción y sus pequeñas mejillas tiñendose de un dulce rojo fresa a la par de una sonrisa murmurando un "gracias" lo valían.

En las noches, el chacal se acurrucaría contra el moreno, rodeando sus largas piernas al rededor de las del contrario y le susurraría un "buenas noches" contra su pequeña oreja mientras éste reposa su rostro en el pecho del albino. Y lo adoraba. Adoraba lo suave que podia ser el pelaje del chacal, y el calor que emanaba era perfecto en las noches de fuerte ventisca y lluvia. Le enternecia lo mucho que su pareja podía aferrarse a él en las noches, escondiendo su rostro entre las púas de su cabeza, como si fuera un niño.

Otras noches, cuando el calor en el cuarto aumentaba y la necesidad en sus cuerpos se hacía presente, las grandes manos del chacal recorrerían todo su cuerpo. Sus delgados dedos irían en sus zonas de peligro y, solo para provocarle, con la punta de sus uñas recorrería lenta y pausadamente todo el camino de su columna, erizandolo y provocando pequeñas cosquillas cerca de la cadera.
Sus besos serían una extraña combinación entre necesidad, amor y pasión. Sus labios se juntarían con rapidez, casi frenéticos, como si llevasen años buscando aquello perdido, aquello que se les fue arrebatado. Cederían ante la necesidad de aire, y luego volverían a unirse con lentitud, casi con miedo como si estuvieran tocando fuego. Como si el más mínimo roze brusco terminase por romper al otro, pero a la vez, como si fueran de sostén haciéndose saber todo lo que no podían decir con palabras.
Al final, se dejarían llevar y se desarían de todo malestar; dejando los problemas a un lado, los miedos debajo de la cama y aquello que creían perdido lo encontrarían con ellos entre las sábanas.

Los días de invierno eran los mejores, porque ellos se encargaban de hacer los días grises un espacio cómodo de mutuo disfrute y entretimiento. Porque las noches habían dejado de ser frías y las tardes sabían al café perfecto de Shadow acompañado con las galletas favoritas de vainilla de Infinite.

···

N/A: Creo que pasó un buen tiempo desde que escribí algo jsjsjs ¿cómo están? uwu
Okay, ahora procedo a dar datos que a nadie le importan:

» Amo a estos dos. Y me caga que el videojuego (Sonic Forces) no haya desarrollado bien la personalidad de Infinite (o al menos es lo que sé de parte de mucha gente, porque yo no jugué el jugo juas juas) y lo haya hecho parecer un imbécil, egocéntrico y patético. Así que, esto da libertad de interpretación al personaje.
Personalmente no tengo palabras clave para definirlo, pero al menos sé qué tan patético no sería (aunque la haya cargado un buen par de veces)

» Todo esto se desarrolla años después de todo lo ocurrido en Sonic Forces. Si, hubo una guerra. Si, murió mucha gente y hubo destrucción, lo que llevó a Infinite a cumplir una condena de x cantidad de años, que por buena conducta se le fue disminuida. PERO tiene que cumplir con ciertas obligaciones y tener a alguien a su supervisión (para que no haga cagadas viste) acá es donde entra Shadow, que al ser miembro de G.U.N y uno de los ayudó a acabar con la guerra le dieron esa responsabilidad. Con esto, tendrían el tiempo suficiente para convivir y a la larga enamorarse y bla, bla, bla.

» Mientras Infinite estaba en prisión Shadow loves visitaba un par de veces a la semana, con la excusa de ver qué tan "patético" se veía dentro de una celda lol.

» Infinite es, al menos, 10cm más alto que Shadow. Hechos, gente, h e c h o s.

» Infinite también es unos añitos más grande que Shadow (todavía no tengo un número específico, sorry) y los dos viven en una pequeña casa con aires a cabaña en un bosque, porque a ninguno de los dos les gusta el exceso de gente. Y los vecinos. Los vecinos son lo peor.

» Lo del "café perfecto de Shadow" en realidad es como a mí me gusta el café lol.
Eeh, creo que no hay nada más ¿? Así que, si llegaron hasta acá ¡felicitaciones! Ganaron una tarde para tomar café y comer galletas con Shadow (????

Lol mentira. Pero aún así ¡muchas gracias por su tiempo y háganme saber qué les pareció! Toda opinión (siempre que sea con respeto) es bienvenida uwu<3

Invierno (Infinadow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora