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Mis ojos caen encima del rubio delante de nosotros. Sus ojos marrones oscuros me miran fijamente por lacónicos segundos antes de que mis nervios se hagan presentes y decidir que apartar la mirada y mirar el filo de la mesa es lo más sensato.
—Así que…—comienza pero mi voz lo interrumpe.
—Así que eres amigos de Christopher.—sus ojos se conectan con los míos.—Es decir, el otro día dijiste que no lo eran y…
—Bueno, la gente hace cosas ¿no?—pregunta alzando una de sus cejas.
—Sí, obvio.—asiento de inmediato.—Solo se me hizo un poco extraño, eso es todo…—hago una pausa.—¿Quieres algo de beber?—cuestiono poniéndome de pie.
—¿Qué no se supone que Penny fue a buscar algunos tragos?—Me rio en voz baja ante su pregunta tan inocente y niego.
—En realidad cuando Penny dice eso no vuelve más…—anuncia encogiéndose de hombros.—Mira…tal vez eres el nuevo amigo de Christopher y si en serio vas a pertenecer a nuestro selecto grupo de amigos…—ironizo.—realmente tienes que comenzar a leer a las personas entre líneas…Penny no volverá porque en lugar de ir a buscar trago probablemente fue de cacería…
—Cacería…—repite.
—Ya sabes…un hombre. Un buen polvo…—él asiente lentamente.
—Entonces supongo que si tú me dices que irás por unos tragos yo debo asumir que también te irás de cacería en busca de hombre para tener un buen polvo porque tengo que aprender a leerlas entre líneas…—mi boca se abre con sorpresa y niego un poco.
—No realmente…—susurro.
—¿Quieres bailar…?—pregunta tomándome por sorpresa.
—No pareces el tipo de chico que le guste bailar…—comento.
—Si vamos a ser amigos entonces supongo que tendrás que comenzar por saber que nunca debes juzgar a un libro por su portada, mucho menos a un hombre…—anuncia ladeando un poco su cabeza.—Puedes verme por fuera pero eso no significa que sepas como soy…
—¿Y cómo eres?—quiero saber. Los ojos de Zabdiel me miran fijamente y una amplia sonrisa se forma en sus labios.—¿De verdad no puedes ver más allá de ellos?
—¿Tendría que hacerlo…?—alzo una ceja.
—Los humanos deberían de hacerlo…—responde.
—Los humanos.—pregunto divertida.—¿Y que eres tú…? ¿Un extraterrestre…?
Una risita se escapa de sus labios.—Soy un montón de cosas…—bromea encogiéndose de hombros.—Soy lo que quieres que sea así que…solo pide…
—¿Qué tal un chico lindo que deja el misterio de lado…?—Chasquea la lengua y niega lentamente.
