Capitulo 12

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- Qué incómodo, ¿acaso no podíamos ir directo por flu?
Se quejaba Narcisa esperando que terminará la inspección de su equipaje en la aduana.
- Querida Cissy, esto es un proceso ineludible. Te garantizo que una vez terminen nos iremos directo a Forks por traslador.
Lucius también estaba incómodo, esperaba una atención VIW pero fue recibido cómo cualquier mago del montón.
- Los elfos deben mostrar sus bolsas también - dijo con voz aburrida un empleado.
- Son nuestros elfos personales ¿qué creen que traerán? - crítico Narcisa.
- Hermana - decía Andrómeda intentando calmarla - Solo hacen su trabajo.
La pareja de elfos sostenían sus bolsas contra el pecho, mirando con cautela al mago de la aduana.
Lucius hizo una señal para que obedecieran y al abrir una de las bolsas brotó toda clase de artículos de cocina: cubiertos, palo de amasar, trinchetes, exprimidor, pocillos, batidores, etc.
- Mi elfo es coleccionista - comentó Lucius al aire.
- ¡Cuidado con eso! Es la tetera de infusiones de la ama, no debe ser golpeada - chilló con nerviosismo la elfina.
El mago inspector miró a su compañero que alzó los hombros y decidió dejarlos pasar.

A metros un hombre espigado, con ropa que delataba su estatus económico, los recibió con reverencia saludando formalmente, luego entregó a Lucius un folio y una carta.
- Su ingreso ya ha sido registrado con éxito. No hace falta nada más, pueden continuar su viaje sin otra molestía - el mago procedió a explicar algunas cosas más y al final de la charla hizo entrega del traslador.

En el bosque las cosas parecían tranquilas, pero un lobo solitario se quejaba arañando en la tierra por la ausencia de su pareja.
Severus tuvo que concurrir a una exposición con su maestro, el evento buscaba intercambiar novedades en pociones, el uso de nuevas variedades de plantas o la actualización de avances en alguna investigación, etc. Lógicamente Jacob no pudo acompañarlo, no tenía las credenciales para ingresar e incluso Severus dependía del maestro Atonnion para acceder.
Un chasquido hizo alzar sus orejas en dirección al sonido.
- Independiente de la rapidez y privilegio, no me gustan los trasladores - expresó indispuesta Andrómeda.
- Bao y Hoppy lleven el equipaje a nuestras habitaciones. Informen de nuestra llegada - ordenó Lucius.
La pareja asintió y obedeció de inmediato.
- Vamos - dijo Narcisa encaminándose a la casa.
- Es un lindo lugar - comentó Andrómeda.
- No es tan rústico cómo imaginé, tiene potencial - aceptó Lucius con porte elegante al andar.

Jacob agazapado y oculto, observó a los extraños, no emitían aroma pero el ambiente a su alrededor parecía chispear, alzó sus orejas concentrado en poder escuchar quiénes eran.
- ¡Madre! ¡Padre! ¡Tía Andrómeda! - saludó Draco con los brazos extendidos.
- ¡Draco! - exclamó Narcisa feliz de volver a estar con su hijo.
- Qué grata sorpresa. Me hubieran avisado para ir por ustedes cuándo llegaran al país.
Draco se abrazó con su madre y el resto de su familia, claro que el abrazo con su madre duró más.
- Queríamos que fuera una sorpresa - respondió Lucius.
Draco sonrió y los guió al interior de la casa donde Jacob dejó de poder oírlos.
- ¿Más magos? - preguntó uno de los lobos de manada por el enlace.
- ¿Visitas o se mudaran a vivir al territorio? - preguntó otro.
- Lo sabremos pronto - respondió Jacob.
Todavía no comprendía del todo las conexiones familiares de su impronta, pero sería una buena oportunidad para conocer más sobre Alan.

Un chasquido volvió a escucharse y Jacob corrió hacía el origen meneando la cola al sentir la cercanía de su pareja. Severus sabía que el lobo estaría esperándolo en las inmediaciones de la casa, por eso no utilizó la red flu.
- Deja de babear sobre mí - reclamó Severus limpiando su camisa con magia.
Jacob retomó su forma humana a medio vestir.
- Te extrañé. ¿Cómo estuvo tu presentación?
- Público difícil. Aún así nada que no pueda manejar, estoy acostumbrado a tratar con alcornoques, sólo que no esperé encontrar alguno en tal evento. Y creo que debo ajustar la serie de runas, no comprendo por qué sigues sin poder mantener una camiseta al menos - comentó sosteniendo la muñeca de Jacob dónde había colocado una pulsera encantada.
El mago movió su varita y apareció prendas para la parte de arriba.
- Ayúdame con mis compras - dijo extendiendo su bolso encantado - Compré de todo un poco, ya sea para experimentar cómo para reponer en mí inventario. Ow, ¿qué haces? - expresó sorprendido al ser alzado en brazos.
Jacob no respondió, simplemente rió con picardía.

El ocaso de un amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora