Noche Negra

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Lluvia, 13 de Julio de 2006

Como os dije antes la lluvia ha sido de las cosas mas importantes de mi vida, y esta fue la primera que atesore.

Ella, saltada con su cuerda, tan libre, tan alegre, tan rota, tan frágil, tan fuerte..

Tenía unos ojos que hipnotizaban, que te robaban el aliento y a la vez te daba miedo...

Cuando llegue a ese parque y la salude se quedo callada unos minutos pero luego sonrió y dijo que si quera saltar con ella, al final no la arreglamos y saltamos juntos.

Reímos, hablamos de bobadas de como porque el color del cielo es azul, porque las hormigas van en grupo o de porque ella era morena y yo blanco... 

Llovió, una lluvia que calmaba el alma, estar con ella, ser por primera vez yo mismo... Hablar... ¿Saben cuanto tiempo había durado sin hablar? Ella le dio brillo a mi día.

Me fui, pero le dije que nos viéramos aquí al siguiente día...

No llegó.

Jueves.

Viernes.

No regreso.

El sábado fui temprano esperando que estuviera ahí... 

Un columpio, una maleta y lagrimas..

Era tan hermosa.. ¿Por qué lloraba? 

La fui a abrazar.

Solo dijo que escapo de casa y la habían corrido de la casa que arreglaba porque rompió un plato... Para verse tan pequeña pero para ser tan mayor, ese era su estilo.

Nunca pregunte de su vida, del porque escapo... Solo dijo que no era de ahí, vivía a dos ciudades, dijo que buscaría trabajo aunque su edad no daba.

Huir... Me pregunte muchas veces si eso tenia que hacer... Pero amaba a mi hermano, no lo dejaría.

Una mujer viuda, de edad, que tenia ya cuatro gatos decidió quedarse con ella, la chica morena de ojos verdes... Como os dije antes, nunca supe su nombre, pero sonreía hermoso; vivió varios años con la señora, fue a la escuela, aprendió a cocinar, en las noches solíamos salir, comíamos, jugábamos, ella me mostro un mundo completamente diferente al que mi padre que obligo a ver. Ella se volvió mi faro, el lugar donde podía dormir en paz, donde hablaba y hablaba y ella no se cansaba, ella se volvió mi mundo entero. Teníamos ese tipo de conexión que no desaparece que con el tiempo... Me enamore, perdidamente, no había vuelta atrás. 

Empecé a elogiarla más seguido... Pero era tan penoso que no pude decirle nunca hasta la señora se dio cuenta. 

El que un chico como yo volviera a confiar en alguien... Era algo imposible, pero ella solo tenia que sonreír, me lo dije tantas veces... 

Hasta el momento en que empezó a salir con alguien, me toco aceptar que ella no era mas mía, que ya tenia a alguien mas. 

En lo que antes nos veíamos en el parque cada día ahora se había reducido a vernos a dos veces por semana y así disminuyo a vernos una vez por mes.

El dolor tan fuerte que tenia en mi fue bastante fuerte y por mucho tiempo, mientras ella planeo su futuro con ese chico yo empecé a crecer y salir con muchas chicas también, mi físico ayudaba y para entonces hablar era mi fuerte...

Hasta que caí.

Caí en el fondo.

Y ella ya no estaba.

-El oro que solía haber-