Único

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2127 palabras~

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Se escuchaba los sonidos de las máquinas en esa habitación solitaria donde se supone que se encontraba dormido un joven rubio y con carácter fuerte, su mirada se encontraba perdida apreciando la vista que le regalaba aquella ventana, el habiente era algo frío, pero no lo suficiente.

Bakugo solo hizo una mueca cambiando su mirada a la puerta de la habitación, era tarde y a cada estudiante lo obligaron (Junto a sus padres) a irse de esa habitación para que pudiera dormir tranquilo, pero le parecía casi imposible.

Imposible cuando para él cuando se enteró del estado actual de casi todos y solo se limitó a sentirse algo inútil.

Inútil por no ser capaz de salvarlos, por no poder salvar a Aizawa, Midnight y simplemente todos, aunque suene estúpido porque a Midnight le era imposible salvarla, pero aun así se sentía inútil por no ser lo suficiente fuerte para ella.

¿Cómo iba a ser el héroe número uno si no es capaz de salvar a nadie? Era ilógico y solo tenía que entrenar hasta llegar a ser lo suficientemente fuerte para serlo. Jamás superaría a Deku o a él bastardo mitad y mitad si seguía así.

-Bastardo- susurro levantándose rápidamente de la cama y quitándose la mascarilla de aire recordando los sucesos anteriores respecto a él.

Aun recordada las parabas de Dabi o Touya no mentiría que le sorprendió, cuando miro a Todoroki a los ojos pudo apreciar el dolor que trasmitían ellos, la culpa y esa chisma que una vez tuvo como se fue apagando lentamente.

Cuando perdió el conocimiento pudo apreciar como Todoroki tenía su mirada perdida creyéndose fuerte ante todos los demás, esas lágrimas que alguna vez salieron dejaron de hacerlo intentándose ver valiente, pero esa mirada perdida lo confirmaba todo.

Sabía que él estaba roto y no quería que nadie se diera cuenta.

-idiota-soltó levantándose de la cama con dificultad porque esa pelea con Mineta lo dejo un poco herido, pero estaba decidido.

Una herida del corazón duele más de lo que él sentía.

Apenas sus pies tocaron el piso sintió el frío de el y su cuerpo se estremeció completo, comenzó a dar algunos pasos lentos por el cansancio físico he emocional del día, toco la manilla de la puerta volviendo a sentir ese frío que ilusamente le llegaba a recordar a ese idiota, ese idiota que, aunque mintiera que con el tiempo se hizo muy importante para él. Abrió la puerta de la habitación con delicadeza asomando su cabeza para verificar que no se encontraba nadie, al ver que estaba solo el pasillo prosiguió a caminar hasta encontrar su destino, pero como era un maldito idiota se le olvidó que no sabía dónde carajos quedaba su habitación.

-Maldición- soltó frustrado al no saber a dónde ir, se recostó en la pared bajando la cabeza y soltando más maldiciones es que era un maldito inútil.

No era capaz de salvar a nadie y ahora no era capaz de encontrar una maldita habitación ¿No es obvio? Como piensa ser el mejor si no es capaz de hacer nada bien.

Una joven enfermera con un lacio cabello plateado, la piel blanca como la nieve y ojos azules como la noche se acercó con elegancia al joven llamando de alguna forma su atención, Bakugo al notar su presencia la miro desconcertado porque era hermosa y juraría jamás la ha visto por acá.

-Esta al fondo girando a la izquierda-dijo ella en un tono de voz lento y con cariño, Bakugo solo la miro confundido apreciando como se marchaba después de soltar aquellas palabras.

𝑴𝒆𝒅𝒊𝒂 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 TodobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora