"Correr, correr es lo único que nos queda, y ocultarnos."
"Años han pasado desde que te fuiste maestro, extraño es lo que nos rodea ahora, aún te recuerdo cada día, como si fuera ayer que te perdí a manos de Darth Vader"
La mente de Ahsoka no para de repetirse todos los días como habría sido su vida si hubiera logrado salvar a su maestro, a su amigo, a su hermano, casi como su padre, pasó tanto a su lado, que le es imposible aceptar su realidad.
"Si tan solo no te hubiera abandonado, no debí irme, no debí dejarte solo" pensó mientras dejaba escapar un sollozo.-Dejar ir la culpa debes, pequeña Padawan. -Escuchó Ahsoka una voz lejana que ella recordaba muy bien.
-¿Maestro Yoda? ¿Es usted? -Dijo con temor a que solo fuera otra de las manipulaciones de Sidius, pero quería tener esperanza y confiar en la fuerza cuando cayó desmayada.Un profundo trance la envolvió, se podía ver parada en medio de la oscuridad donde solo una leve niebla iluminaba el lugar, se encontraba en una especie de pantano, lo sentía debajo de sus pies, pero no lograba ver nada más allá de su cuerpo.
-Tarde fue nuestro encuentro, pero al fin verte puedo, hablar debemos, pero la oscuridad atrapandonos podría estar.
-¿Maestro Yoda qué es esto? ¿Dónde estamos? -Preguntó Ahsoka confundida, porque solo podía escuchar su voz, pero no veía nada, sabía que era el maestro Yoda, eso no podía ser sólo obra del mal, confiaba en que no.
-Dagobah. -Dijo la voz del maestro Yoda para luego desaparecer.Luego del algunos minutos comenzó a despertar sintiendose mareada pero con un objetivo en la mente, Dagobah, recordaba que el maestro Yoda no decía mucho, pero cuando decía algo era muy importante.
Tenía claro que necesitaba viajar a ese planeta, no sabía con exactitud qué encontraría, un pensamiento rodó por su mente, "Quizás el este vivo, quizás este allí" Tomo sus cosas y partió de Takodana, lugar donde se estaba ocultando desde que fue salvada por Ezra, se escondió en una nave de carga que partiría a un sistema cercano a donde creía que Dagobah estaba.Luego de largas horas de espera, llegó a un sistema conocido, Naboo, todo en aquel lugar le provocaba nostalgia, recordaba los días que pasaba con Padme; no eran muchos, por las misiones que le encomendaban y las largas juntas de Padme en el senado, pero sin duda ella se convirtió en una hermana para ella, inclusive una madre.
Ahsoka adoraba recibir los consejos de Padme, y su apoyo siempre que la necesitó, ¿y ahora qué?
Todo terminó, el lado oscuro acabo con su pequeña familia por la que daría incluso la vida, a pesar de que para los Jedi, los apegos estaban prohibidos. Que error del consejo, tantos errores cometidos por todos aquellos que juraban ser defensores de la paz y no hacían nada más que ser los líderes tras cada batalla; tan cegados con una idolatría desmedida hacía su preciado código Jedi mientras prohibían los apegos.Sin duda todo habría sido diferente si Anakin no hubiera caído al lado oscuro, si Padme no hubiera muerto, si los Jedi no hubieran muerto, si ella no hubiera abandonado a su querido Rex solo para protegerlo, todo sería diferente si el pasado hubiera podido ser diferente.
Caminó con una túnica sobre su cabeza para que nadie la reconociera, después de todo, ella nunca había sido una Jedi, pero sí era buscada aún. Se escondía tras unos comerciantes mientras la guardia imperial pasaba revisando identificaciones, y corrió por unos túneles que llegaban a diversos lugares de la capital; mientras los recorría, una lagrima cayó por su mejilla, recordando con tristeza las veces que los recorrió con Anakin para llegar a la senadora Amidala.
"Siempre sospeché que ellos estaban juntos, pero yo esperaba que fuera él quien me lo dijera; se veían tan enamorados, ella lo hacía feliz" Pensó Ahsoka mientras subía por una escalera que llegaba a un bar en una de las pocas zonas que no eran tan hermosas como las demás.
Ahsoka buscaba algún cazarrecompensas que pudiera llevarla por pocos créditos, ya no le quedaba mucho, pero debía llegar a Dagobah lo antes posible. Se sentó en la barra y sintió una mano en su hombro.
-Ahsoka, ¿eres tú? No puedo creerlo. -Dijo el hombre misterioso, mientras se lanzaba a abrazarla.
-¿Tú? ¿Cómo es posible?. -Ahsoka lo miraba con total sorpresa y correspondió el abrazo.
-Jamás creía que volvería a verte, pensé que habías muerto después de que el canciller declarara que los Jedis eran traidores y debían ser asesinados.
-Yo tampoco pensaba encontrarte y mucho menos en Naboo, y no creas que no quiero hablar contigo después de tantos años sin vernos, pero debo partir hacía otro planeta, aquí aún me buscan y además debo estar allí pronto.
Él la miró y le dio una sonrisa triste, pero asintió, ella se disponía a dirigirse a hablar con un cazarrecompensas cuando él la llamó de nuevo.
-Ahsoka, espera. -Dijo que él con cierta ilusión.
-¿Qué sucede?
-Yo podría llevarte, no sé a dónde vayas, pero no me niego a acompañarte, tengo una pequeña nave que recuperé hace algunos.
-Agradezco de verdad la oferta, pero no sé qué encontraré a donde voy, y no quiero arriesgarte.
-Entiendo, no insistiré, solo cuídate Ahsoka. -Le dijo sin poder mirarla a los ojos, porque después de todo a él le habría gustado volver a ser su amigo o algo más.
-Tú igual cuidate...
Y aquí está el siguiente capítulo, prometo actualizar más seguido, ya estoy en clases y a veces es algo complicado.
Comenten qué les parece hasta ahora y quién creen que es ese chico misterioso.
Espero que les agrade la historia.
Comandante fuera. <3
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El camino
FanfictionCada sendero existente conduce a un futuro diferente. Nada está escrito, en movimiento el siempre está. Cuando Ashoka comienza el camino tras la búsqueda de la sabiduría, logra entender el poder que necesitará para cambiar el destino de los gemelos...