DOLL HOUSE

De madres excéntricas, cajas musicales y compañeros malhumorados

Foto, foto, sonríe para la foto.

Posa con tu hermana, ¿no serás un buen hermano?

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La puerta no soltó algún chirrido espeluznante. Las paredes no estaban llenas de polvo y en definitiva de los techos no sobresalían telarañas.

Todo estaba en orden. Salvo por la espantosa decoración del siglo pasado. Ahora podía entender un poco el estilo del menor.

¿Papel tapiz? ¿Alfombras cubriendo cada rincón del suelo? Y por qué no, como cereza del pastel una inmensa chimenea y cabezas de animales decorando la pared. Un clásico, lo que él y sus amigos tenían en su hogar.

Sus ojos quedaron fijos en algo después de tanto curiosear, un fotografía familiar en lo alto de la estancia. Un hombre alto vestido con un traje de coronel del ejército de pie a lado de una mujer rubia con brillante sonrisa y hoyuelos con una niña pequeña sentada en sus piernas, dos coletas y una muñeca de porcelana en sus pequeños brazos y por último un pequeño niño con una amplia sonrisa tomando la mano de la mujer. Miró de reojo al adolescente que se estaba quitando su gabardina y lo confirmó, ese niño sonriente era su compañero gruñón.

Vaya principito de hielo eras, Lixie.

━Quédate aquí, iré a ver si hay alguien —no fue una sugerencia, fue una orden clara y el pánico invadió el cuerpo del pelinegro al ver la única persona conocida perderse en un pasillo que sabrá Dios a dónde conducía.

Todo quedó en silencio y podía sentir la tensión en el ambiente, no entendía el porqué, si al final de cuentas lo único que alguna vez tuvo vida eran esas cabezas que parecía que lo estuvieran mirando fijamente.

¡Puff! paranoico.

━Vaya, vaya... ━tan rápido fue dicho eso, sus pies se impulsaron y retrocedió como si del mismo demonio se tratara.

Observó estático a la bella mujer que lo miraba con una sonrisa, alta y castaña vestida como una típica ama de casa de los ochenta con un vestido a cuadros y delantal de rayas.

━¿Quién eres tú? ━su voz delicada demandó con dulzura una respuesta.

━ Yo... Yo soy...

De nuevo esos tontos malos presentimientos. Estaba considerando en pasar unas buenas vacaciones en los retiros de la iglesia a la que acudía su padre. Al menos en ese lugar enloquecería de una sola vez y no sufriría como en estos momentos.

━Mamá —nunca había deseado tanto que Felix apareciera. Pero eso él no tenía que saberlo, lo que si quería entender era el porqué el menor miraba a la que parecía ser su madre con los ojos entrecerrados.

━Felix, amor ¿quién es tu amigo? ━pregunto la mujer tratando de ver detrás de su hijo ya que ni el mismo Felix había visto el momento en que el cuerpo del más bajo se interpuso entre él y la mirada de la mujer.

━Un compañero de mi clase, haremos un trabajo y después se irá, ¿está claro?

━¡Oh! ¿Pero por qué tiene que irse muy rápido? ¡Puedo preparar algo delicioso para la cena y que se quede un rato más? ¡Oh y después!...

━¡No lo creo madre! ━se escuchó la voz de Felix interrumpiendo a la mayor━ Solamente haremos el trabajo y Chris lo llevará a casa, no se quedará a cenar y no insistas.

¿Cómo podía hablarle así a su madre?

Yo le contesto así a mi madre y no vivo para contarlo.