Fíjate en mí

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                 El aire que entraba por la ventana golpeaba mi cara tan fuerte que mi cabello pretendía quedar como un desastre al bajarme de esta camioneta, me encontraba con los audífonos puestos pero sin música, solo quería que nadie me hablara, los celos estaban a flor de piel, recorrían cada vena de mi cuerpo. Era un viaje a la playa más cercana para un fin de semana, organizado por Karen, se suponía era un viaje donde yo haría mi jugada maestra, pero decidió traer a su prima Debby. —Oye—, dijo Charlie dándome un pequeño empujón con su codo, quité un audífono, —¿Qué pasa?—, dije sin más. 

Era una camioneta repleta de gente, Mike conducía y su novia iba de copiloto, en la parte de atrás, estaban Karen, quién fingía leer una revista, Debby, Calum, seguido y justo detrás de ellos, estábamos Charlie, yo y para terminar todas las  cosas en la parte de atrás junto a Danny. Todos éramos amigos, un grupo de excelentes ejemplares. Charlie quién no dejaba de interrumpir a Debby, es mi mejor amigo, es gay y sabe perfectamente que hay un hombre en esta camioneta que me trae vuelta loca.

—Cuando lleguemos alejaré a Debby para que puedas acercarte a Cal—, dijo Charlie en voz baja con la barbilla apoyada en mi hombro.
—Ella ha estado encima de él desde que nos subimos a esta horrible camioneta—, dije entre dientes hacia Charlie, él me palmeó.
—Haremos una parada para comprar algunas cosas y sobrevivir el fin de semana—, gritó Mike aparcando la camioneta en una tienda exprés de carretera, los novios bajaron, Karen abrió la puerta rápidamente, Danny bajó de golpe.
—¿Quieres algo para tomar Charlie?—, dijo Karen con tono sarcástico, quería que nos bajemos todos para dejar a Calum y Debby solos mientras nosotros fingíamos que todo estaba bien, —No, estamos bien—, dijo con tono sarcástico, los celos ya no me cabían en el cuerpo, Calum me gusta, había hecho acercamientos pero todos han fallado,  Debby susurró algo en el oído de Calum, mis instintos hicieron pararme y pasar por encima de Charlie empujando el asiento de ambos.
—Ay, fíjate—, dijo Debby con tono chillón, —Lo siento, es que ella tiene que ir al baño—, dijo Charlie bajando conmigo. Caminé hacia la tienda, al entrar Danny solo sonrió al verme e iba de regreso a la camioneta, la novia de Mike se acercó hacía mí.
—¿Cómo vas tragando tus celos desde la parte de atrás?—, dijo acomodando su bolsa, a decir verdad, Catelin, era muy amiga de nosotros, así que los comentarios sarcásticos y burlones entre nosotros estaban permitidos. —¿A qué te refieres?—, dije sirviendo un poco el smoothie congelado, —Azul, te hemos visto hacer muecas y rabietas desde que empezó el viaje—, miré a Charlie que abría una bolsa de papas y me evitaba la mirada.
—Es qué no puedo creer que alguien haya invitado a Debby, desde la fiesta de disfraces del año pasado dio alertas que es una mala compañera o invitada—, Mike llegó hacia nosotros, callé pues él y Calum son mejores amigos, Charlie se fue dejándome.
—Yo iré a pagar—, lo miré sorprendida, mi mejor amigo me dejaba, —Gracias—, dije sin más.
—Está molesta porque vino Debby—, dijo Catelin a su novio, yo le hice una mirada de sorpresa que más bien decía ''cállate''. 
—No te preocupes, él lo sabe—, dijo Catelin agarrando la mano del rubio, —¿Qué te gusta Calum?—, dijo mirando de reojo a ambas, yo quedé boquiabierta. 
—¿Le dijiste?—, dije sorprendida, —No, por supuesto que no, ¿por quién me tomas?—, Mike suspiró, —En realidad, lo deduje—, lo miré y con la mirada lo amenacé, —Si le dices algo, te mato—, él soltó una risita dejando ver sus dientes, —Pff... No, obvio no, además, no hablamos de eso, no es algo en lo que me interese estar implicado—, Catelin sonrió, —Pero te apoyamos—, dijo sin más para ir a la camioneta. 

Apoyé ambas manos en la barra, me sentía descubierta, solo pensaba en si él lo sabrá, ¿Soy muy obvia? —Azul, vámonos—, gritó Charlie sacándome de mis pensamientos, al voltear  choqué con Calum, parte del smoothie cayó sobre él, —Ahh... lo siento—, dije agarrando papel para secarlo, —No te preocupes, creo que ya se me quitaron las ganas de un smoothie—, dijo viendo su pantalón manchado del jarabe rojo de la bebida, —De verdad lo siento—.