Hay algo allá afuera

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13 de diciembre 2019

1:20 a.m

A las afueras de un  pueblo de la región Hokkaido



Inuyasha sentía su cabeza palpitar, tenia frio y solo podía oír el viento fuerte que azotaba las ramas de los arboles, sus ojos fueron abriéndose poco a poco, con un poco de dificulta comenzaba a distinguir que lo rodeaba, aun estaba oscuro en el bosque y por entre las gruesas ramas de los arboles entraba tenuemente la luz de la luna, Inuyasha escuchaba pasos acercarse y recordó de nuevo los acontecimientos anteriores, esto lo hizo asustar mucho ya que no sabia como fue que se había salvado de ser devorado por ese ser que mas bien parecía un zombie, trato de pararse de nuevo, su pie ya había bajado un poco la hinchazón, así que seguro debió pasar mucho tiempo para que esto sucediera, pero aun no se sentía seguro, tenia hambre y mucho frio, y en el bosque es seguro que esa cosa regresaría.

Los pasos se acercaban cada vez mas, pero también pudo escuchar unas voces, Inuyasha fue caminando hacia el pueblo y entre mas se acercaba mas oía esos pasos y mas voces, voces que se les hacia conocidos, cada paso que daba Inuyasha miraba hacia atrás sintiendo como si fuera observado, esto lo hacia sentir con mucho temor pues no sabia que había sucedido y como despertó sin ninguna mordida o convertido en zombie, si es cierto lo que dicen de ellos, pero tampoco estaba seguro de que eso fuera totalmente cierto, pues estaba oscuro y la imaginación le pudo jugar una mala jugada, si, seguro fue eso, trataba de autoconvencerse.


Las voces cada vez se hacían mas claras, su tono eran de preocupación y alteración, esto hizo que Inuyasha se tranquilizara pues una de esas voces era de su pequeño hermano, Shippo, un pequeño niño huérfano que la madre de Inuyasha se encargo de adoptar y cuidar como propio, para Inuyasha era como tener un pequeño hermano fastidioso, pero que se querían mucho, aunque pelearan bastante, ya mas cerca pudo distinguir tres siluetas, dos altas y la pequeña que supuso seria Shippo. Inuyasha quiso correr hacia ellos pero aun dolía un poco su pie y no podía correr como quería él, se sintió aliviado al ver ya mas cerca a las tres personas que estaban cerca y pudo respirar mas tranquilo.

-Inuyasha- grito el pequeño Shippo con hipo de haber llorado tanto -tonto me tenias preocupado, ¿Dónde estabas? ¿Por qué no llegaste temprano a casa? ¿sabes que mamá esta también muy preocupada por vos? eres un perro idiota- ese sobrenombre hizo sonreír  a Inuyasha ya que siempre que peleaban se ponían sobrenombres de animales.

-Ya estoy bien mocoso idiota- suspiro mas tranquilamente Inuyasha, y devolviéndole el abrazo al pequeño

-¿Estas bien?- pregunto uno de los hombres que estaban allí con ellos, era alto, cabello negro ondulado y largo, y ojos rojos. 

-Si subcomisario, disculpen la molestia, pero salí tarde del trabajo, así que corrí, no me di cuenta y tropecé con un tronco de un árbol, y caí colina abajo, me desmaye y no supe mas de mi, hasta ahora- Inuyasha no quería decir lo que vio y vivió pues seguro lo tacharían de loco, además no estaba seguro de que si fue real o no.

-Dime Naraku, Inuyasha, no estamos en guardia, aparte ya nos conocemos ¿no?- lo dijo sonriendo y mirando de reojo a su compañero que aun no hablaba y estaba muy serio, pero no dejaba de mirar al joven frente a ellos.

-Eh, si claro, Naraku, disculpa y gracias por venir por mi y por las molestias que causo me hermano- Inuyasha solo se sonrojo y rasco la nunca con nerviosismo pues el otro hombre no dejaba de mirarlo.

-Yo no soy ninguna molestia, tonto-dijo molesto y sacando la lengua, apartándose del abrazo de Inuyasha un cabreado Shippo- yo solo....- no pudo seguir discutiendo porque el otro hombre los interrumpió.

-Si ya todo esta bien y ya lo encontramos es mejor que regresemos al pueblo, no perdamos más el tiempo- dijo aquel hombre que apenas ni hablaba y cuando lo hacia era poco y muy cortante, sobre todo con Inuyasha y esto lo ponía muy ansioso y molesto a este ultimo. 

-Si, gracias comisario Sesshomaru, como dije antes, no debieron preocuparse- dijo molesto y comenzado a seguir a aquel hombre. yo no les pedí ayuda y mi hermano ciertamente tampoco debió hacerlo-dijo aun más molesto y andando mas rápido tratando de llegar a su casa y olvidándose de su pie lastimado, llevando arrastras a un pequeño muy sorprendido pues su hermano siempre se comportaba de forma extraña con aquel comisario el cual todos querían en el pueblo, Rin una amiga de Shippo dijo que él era una buena persona, aunque Shippo lo dudaba pues este siempre tenia su rostro una expresión muy seria y fría.

El comisario solo observaba atónito aquel gesto del joven, aunque ciertamente no dejaba ver ninguna expresión en su rostro, Inuyasha siempre le pareció un joven muy valiente, pero ingenuo, aunque muy inteligente, trabajador y muy preocupado por su familia, es por eso que le llamaba tanto la atención, aparte de que es un joven muy guapo, él no quería que nadie se diera cuenta cuanto le atraía aquel chico, por eso se molesto cuando Naraku le coqueteo tan descaradamente y él solo se sonrojo, eso fue lo que mas rabia la había dado,  puesto que nunca lo había visto comportarse de esa forma con nadie.

Cuando Inuyasha llego a su casa, observo que su madre estaba esperándolos en la entrada de la casa, así que corrió lo más que pudo hacia ella y la abrazo, su madre solo sollozaba y acariciaba el cabello de su hijo, Shippo se les unió en el abrazo feliz de tener otra vez su familia completa, desde lejos Naraku y Sesshomaru  miraban esa escena, complacidos de que aquel joven no fuera una mas de las victimas desaparecidas de aquel recóndito lugar, se iban a marchar cuando la mujer mayor les hablo.

-Comisario Sesshomaru, subcomisario Naraku, por favor, entren y les daré un té caliente, deben tener frio, además quiero agradecer por buscar a mi hijo- dijo la mujer con una sonrisa suave en sus labios, Naraku y Sesshomaru se miraron y el primero hablo.

-Gracias mi señora, pero ya es tarde y debemos descansar un poco, ya que entre poco amanecerá y debemos seguir trabajando, de todas formas gracias por el ofrecimiento, seguro otro día le tomamos la palabra para tomar el té-con eso dicho los dos se marcharon no sin antes mirar de nuevo a aquel joven que al verse observado se sonrojo de nuevo y desviando la mirada de aquellos hombres. Cuando quedaron a solas, la familia entro e Inuyasha le conto a su madre lo mismo que le dijo a los oficiales, la verdad es que Inuyasha no quería que su madre se preocupara o Shippo se asustara por lo sucedido y el mismo aun se sentía perdido por todo lo acontecido. Su madre le dio un café caliente y un pedazo de pan, los tres se fueron a  dormir puesto que se encontraban cansados y con mucho sueño. Shippo quería decirle algo a su hermano, algo que vio allá afuera mientras lo buscaban, pero no estaba seguro de que fue lo que realmente era, parecía una persona que caminaba lentamente hacia su hermano mayor, pero de un momento a otro ya no estaba, era como si se tratara de un fantasma, eso le causo escalofríos y decidió que más tarde se lo comentaría a su hermano.

-Se que vi algo allá en el bosque pero no estoy seguro- era el ultimo pensamiento que dio Shippo antes de poner su cabeza en la almohada con un gran bostezo.


Mas tarde ese día una joven se despedía de su madre para ir al bosque a recoger frutos y ramas secas pues se acercaba el invierno y ya hacia falta esas cosas en su hogar, iba distraída revisando su celular, ya estaba lejos de la casa muy cerca del lugar donde fue atacado Inuyasha, la joven no tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió que era derribada y que sea quien fuera estaba devorándola viva, ella grito muy fuerte, mas nadie la escucho ya que en aquel desolado lugar casi nadie pasaba, allí solo quedo un celular roto y un rastro de sangre y resto de lo que una vez fue una joven del pueblo.

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora