My Little Yoonmin - Omegaverse

Capítulo 2

Edades en éste capítulo (nos situamos meses atrás del último capítulo de Little Love):

Jimin: 4

Yoongi: 7

Hoseok: 6

Mark: 24

Jackson: 25

Taehyung: 7 años

Jungkook: 4 años

Jin: 20 años

Namjoon: 22 años

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Meses atrás:

Narra Jimin:

Pequeñas risitas salían de mi habitación. Kookie me sonrió cómplice cuando saqué de mi mochila, las galletas recién horneadas de papi.

Había conocido al conejito cuando vinimos a este pueblo en un barco. Papi dijo que quería cambiar de ambiente y papá estuvo de acuerdo.

- ¿Seguro que podemos comerlas?. – Asentí.

- Las galletas de papi son muy dulces Kookie. – El nombrado asintió y sin más comenzamos a comer una tras otra las pequeñas delicias, hasta vaciar la mochila.

Luego de un par de minutos, ambos nos observamos. Y mis manitos fueron a parar a mi pancita, la cual no dejaba de hacer ruiditos.

- Jiminnie...me duele... - El pequeño conejito hizo un pucherito, al cual le seguí al sentir las punzadas en mi barriguita.

.

.

.

Narra Yoongi:

- No entiendo como las sacaron, estaban hasta arriba. – Papi hablaba con papá, mientras Hoseok y yo hacíamos la tarea de la escuela.

- Cariño tranquilo, son solo cachorritos...es una travesura y ya. – El alfa hablaba tranquilo, mientras bebía de su taza.

- Una travesura que les provocó dolor de estómago y ahora Jimin está en cama sin poder moverse. – Mis orejitas se irguieron y dejando las cosas a un lado, me levanté de mi lugar.

- ¿Dónde vas?. – Mi hermano me miró expectante.

- Debo hacer algo... - Susurré y caminé en dirección a la habitación del cachorro menor.

Al abrir la puerta, noté el pequeño bulto bajo las mantas. Me acerqué con cuidado y unas orejitas peludas se asomaron.

- Jiminnie... - Susurré y el menor sacó su carita de entre las sábanas.

- Yoonnie... - Un pucherito se formó en sus labios, mientras me hacía un lugar a su lado. Sin más me recosté y el menor se acurrucó escondiendo su carita en mi cuello. – Me duele...

- Lo sé...¿porqué hiciste eso?, sabes que no debes comer tantas galletas. – Hablé calmo, mientras acariciaba sus orejitas.

- Pero...teníamos hambre...

- Y ahora tú y Kookie están con dolor de pancita. – El menor asintió y se abrazó más a mi cuerpo.

- Quédate conmigo...

- No me iré...siempre estaré aquí Jiminnie... - Susurré casi adormecido al captar un olor a caramelo.

Tiempo después: