Introducción

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Hacía mucho tiempo no salía de su casa, tres semanas exactamente.  El otoño estaba terminando y el invierno se acercaba. Su rutina consistía en dormir, leer, escribir, comer y usar su computadora. Pasaba horas en ella.  No hablaba con muchos adolecentes, tenía solo una amiga y un amigo. Su amigo, Lucas, la llamo durante quince días consecutivos para saber cómo estaba, pero ella no contesto, se resignaba a hacerlo. Muy pocos entendían que era lo que pensaba, vivía en una nube turbulenta, oscura.

Una mañana, su teléfono volvió a sonar, y por algún motivo, ella decidió atender.

Quizá porque ese día se despertó sintiéndose cómoda, casi feliz, rara vez ocurría. Era Lucas, estaba muy preocupado por no tener noticias de ella por tantos días.

 Lucas la amaba, estaba loco por ella,  pero no se lo decía. La conocía desde hacía muchos años; siempre estuvo cerca.

Él era la única persona que entendía porque ella actuaba de ese modo tan extraño desde hacía dos meses. - La muerte de su madre la hundió en una profunda depresión. Nunca había tenido una buena relación con ella, pero su ausencia la lastimaba de todos modos. –

 Lucas le dijo que la visitaría y aunque ella insistió para que no fuera, él lo hizo.

Llego a la casa de ella con unos jeans clásicos gastados, un jersey beige corte en v, unas viejas botas all stars blancas y un gorro negro.

Lucas era alto, de hombros anchos y abdomen definido,  sus ojos eran  oscuros, oscuros como la noche, su mirada profunda y misteriosa pero al mismo tiempo dulce y apacible. Su cuidado cabello dorado  no se lucia demasiado debajo de su gorra negra.

Ella abrió la puerta, llevaba puestas unas pantuflas rosas, un canguro blanco y unas leggins negras. Cuando Lucas la vio,  la tomo entre sus fuertes brazos, la apretó con fuerza y contuvo las lágrimas.

 Su abrazo sin previo saludo dejo a la muchacha anonada, no lo devolvió. No porque no lo quisiera sino porque le costaba reaccionar ante gestos afectivos.  

Después de retirarse  Lucas sonrió, su sonrisa era hermosa, al reír un hoyuelo se acentuaba en su mejilla,  usaba ortodoncia, sus dientes eran horribles.

Ella gesticulo una pequeña mueca, y le dejo entrar. La chica aclaro su garganta  lo invito a su habitación se sentó en su cama y Lucas en un sillón, el puso música y comenzaron a charlar.

Estuvieron así durante horas y horas, el tema de conversación era variado, pero eludiendo la muerte en todo momento.  

Comenzó a llover y ella invito a Lucas a cenar.

 Cenaron y la lluvia no cesaba, así que volvieron a la habitación de ella.

Estaban recostados sobre la cama leyendo, escuchando música y riéndose, increíblemente Lucas lograba que ella olvidase todo, era feliz junto a él.

 Lucas acarició la mejilla de ella con  suma delicadeza, ella no se movió, permaneció con su mirada fija en la de él.  Se acercó a ella, la distancia era tan corta que sentían perfectamente la respiración del otro. Suavemente sus labios se encontraron, un leve roce que a medida que los segundos transcurrían fue intensificándose. Sus dientes la mordían con fuerza, los labios de ella casi sangraban, el apretaba la cintura de ella contra la de él, ella besaba su cuello una y otra vez.  Lentamente, después de la efímera adrenalina se separaron y quedaron inmóviles acostados, escuchando el ruido del agua al caer. Así estuvieron por horas, mudos, hasta quedar completamente dormidos.  

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Queridas lectoras, esta novela la comence a escribir con 13, no se si sea algo muy exquisito gramaticalmente pero en su momento fue muy simbolico, creo que la siguire, para concretar un proyecto de hace timpo. 

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