Harry despertó al darse cuenta de que los brazos de Louis ya no estaban alrededor de su cintura y que el calor del lado contrario de la cama había desaparecido. Saltó de la cama con el ceño se fruncido, pues no era normal que Louis no estuviera en la cama un domingo a las 9:00 am, sobre todo por el hecho de que los domingos se quedaban abrazados hasta tarde.
Harry buscó en el baño y en toda la planta alta de la casa, preocupándose un poco. Louis no parecía estar en ningún lado y eso era extraño. Intentó recordar si el ojiazul había mencionado que saldría a algún lado, pero no recordaba nada. También revisó su teléfono por si tenía algún mensaje que le diera alguna pista sobre su paradero. Decidió revisar la planta baja de la casa antes de llamar al teléfono de Louis.
—¿Lou? —Llamó mientras bajaba rápidamente las escaleras. Mientras más se acercaba al primer piso más le llegaba un olor a comida, lo cual le hizo contemplar la posibilidad de que alguien se hubiera metido a la casa, pero luego se dio cuenta de que nadie se metería solo para preparar unos huevos y luego irse.— ¿Estás en la cocina?
—Sí, amor —Harry se dirigió hacia el cuarto y abrió mucho los ojos al darse cuenta de que Louis estaba cocinando, pues Louis nunca cocinaba, siempre se excusaba en que no sabía cómo hacerlo. El castaño notó su mirada y soltó una carcajada mientras hacía un ademán para que se acercara. Harry obedeció y rodeó su cintura con sus brazos, dejando un tierno beso en su mejilla, el cual ocasionó que el mayor sonriera.— Hola.
—Te extrañé, ¿por qué te fuiste?
—Quería llevarte el desayuno a la cama, lo arruinaste.
—No sabes cocinar.
—¿Entonces qué estoy haciendo, Harold?
—Un desastre. —Harry giró el cuerpo de Louis, pegándolo al suyo para luego juntar sus labios. Louis puso sus brazos alrededor del cuello de Harry y acarició su cabello, mientras que éste acarició sus caderas. Después de un rato, Louis lo apartó, ocasionando un puchero por parte de Harry.— ¡Oye!
—Los huevos van a quemarse y entonces tendremos un verdadero desastre, mejor ayúdame poniendo la mesa.
—¿Por qué estás haciendo el desayuno? ¿No es un día especial, verdad? ¿Es 28? ¿Lo olvidé? Harry vio como Louis se reía de él y negaba.— ¿Entonces?
—Sólo quise hacer algo lindo porque tengo algo que decirte.
—Te escucho.
—Bueno, en realidad lo escribí, pero quiero que desayunemos primero. —Louis colocó los platos en la mesa y antes de sentarse acarició el cabello de Harry, haciendo que éste sonriera.
El desayuno transcurrió de manera normal, con Harry elogiando la comida que Louis había preparado, con Louis sonrojándose un poco y con las manos de ambos entrelazadas todo el tiempo. Cuando terminaron de desayunar y de recoger todo, Louis le pidió a Harry que lo siguiera al sillón.
—Te escribí una carta. —susurró Louis mientras le entregaba un sobre a Harry.— Creí que sería más especial de esa manera.
El sobre era blanco y tenía el nombre de Harry escrito con letras verdes en el centro. Harry podría decir que Louis lo había hecho por sí mismo debido a los dobleces irregulares que mostraba. Lo tomó y lo abrió con delicadeza, teniendo cuidado de no dañarlo. Dentro del sobre, encontró una carta, la cual no tardó en desdoblar y comenzar a leer.
"Hazzie:
Iba a empezar la carta con el típico 'Querido Harry', pero luego pensé que sería algo muy cliché y a decir verdad me dio un poco de pena ajena. Pero este no es el punto.
Te preguntarás 'Louis, ¿por qué me escribes una carta en lugar de decirme las cosas de frente?' y la respuesta es que estoy muy nervioso. Hazz, después de 10 años aún me pones nervioso y aún me pone nervioso decirte cosas importantes a la cara, así que prefiero escribir, creo que soy bueno en eso.
Iré al grano. ¿Recuerdas aquella vez cuando me dijiste que querías anunciar que estamos juntos porque me amas y está bien que el mundo lo sepa? Te dije que aún no estaba listo, y no es porque no te ame, porque claramente lo hago, pero simplemente estaba asustado.
Asustado de lo que los demás pensaran, de lo que los demás dijeran. Me causaba terror porque la gente puede llegar a ser cruel y no estaba seguro de poder soportar algo así. Tal vez suene un poco tonto, pero es que en serio me asustaba. Y cuando te lo dije lo entendiste enseguida y dijiste que no importaba, que lo haríamos cuando yo estuviera listo.
Y entonces me di cuenta de cuánto me amas. Quiero decir, ya lo sabía, pero es que me di cuenta de que llevas 10 años cuidándome y que aún cuando yo intento protegerte tú siempre terminas cuidándome y salvándome, ya sea directa o indirectamente. Porque lo haces, Harry, siempre me salvas. Y eso está bien. Y está bien que el mundo lo sepa.
Está bien que el mundo sepa cuánto nos amamos, sin importar lo que piensen o digan. Porque te amo por sobre todas las cosas, te amo con locura Harry Styles. Y está bien que el mundo lo sepa.
Ya no quiero vivir a escondidas Hazz, ya estoy listo para que seamos libres de tomarnos la mano y de demostrar cuánto nos amamos.
Gracias por esperarme Hazz, ya estoy listo.
Eres lo más importante para mí, y te amo con locura.
Sinceramente tuyo,
Louis Tomlinson."
Harry terminó de leer la carta y miró a Louis, la mirada del ojiazul estaba clavada en su regazo y mordía su labio inferior con nerviosismo. Harry lo tomó por el mentón y lo hizo levantar la mirada con delicadez.
—Oh, Lou.
—Yo...— Louis dejó que una risita saliera por sus labios. —N-no sabía cómo decírtelo, estaba muy nervioso. —Pero es cierto, te amo tanto y yo sólo...
Louis fue interrumpido por los labios de Harry sobre los suyos. El beso era lento y bastante dulce. Harry acariciaba su mejilla con delicadeza y parecía como si quisiera comunicarle cuánto lo amaba. Harry se separó poco a poco para que ambos pudieran respirar.
—Estoy tan orgulloso de ti Lou —susurró con los ojos aún cerrados. —Eres muy valiente.
Louis atrajo a Harry hacia sí, con una sonrisa en su rostro. Lo acomodó de manera que la cabeza del ojiverde terminara sobre su pecho y comenzó a acariciar su cabello con delicadeza. —Tú me haces valiente — susurró cerca de su oído.
Y así fue como poco a poco, se quedaron dormidos, sintiendo una enorme tranquilidad porque sabían que sin importar que, se tenían el uno al otro. Y sabían que todo estaría bien.