Hablar con mis padres resultó más sencillo de lo que esperaba. Papá sabía que no me detendría, mamá no estaba muy convencida. Sin embargo, finalmente, y al ver el visto bueno de su esposo, dimitió.
- Ese niño está loco- agregó molesta mientras terminaba de preparar la cena- de todos los chicos huérfanos, Larita tuvo que adoptar a este.
- Yannick le dio a Alex el nombre de un tipo que nos ayudaría y...
- Veamos si entiendo- me interrumpió abruptamente- vas a un país cuyo idioma no entiendes, con un chico en tu misma situación y lo único que tienen ¿es un nombre?
- Se que suena descabellado, pero...
- Carys, no quiero que te expongas a esta situación
Era momento de hablar, mi padre se encontraba en silencio, él no diría una palabra, era yo quien debía dar una buena razón para arriesgarme en todo esto
- Te juro que me gustaría ignorarlo, pero, no puedo hacerlo. No es como yo. Tiene amigos, una novia, podría haberle pedido ayuda a cualquiera, pero no lo hizo...- mi madre me observó con ternura luego se enfocó en papá, quien sonrió
- Carys...- esa voz, la detestaba, sabía que una catarata de preguntas sobrevendría - ¿Qué es lo que ocurre realmente? Lo tuyo con Alex...
- Es mi primo...- agregué mientras los nervios se apoderaban de mí
- No trates de mentirme, no funciona conmigo, tú, ¿quieres algo más con ese niño? - cerré mis ojos y dejé mi boca expresarse
- ¿Qué sentido tiene que yo desee algo más? – mi madre entendió que no había otra alternativa, al menos no para mí. Era Alex o nada...
- No voy a presionarte. Tu padre está de acuerdo en que vayas, puedes ir. Sólo te pido que te cuides. Eres lo más preciado que tenemos
Me puse de pie y la abracé, ella tocó mis cabellos como solía hacer cuando era pequeña, y las cosas parecían más simples
- No te preocupes, estaremos bien...
Después de esa noche, los días se hicieron muy cortos y las noches demasiado largas, nos preparamos lo mejor que pudimos para el viaje. Comencé a descubrir cosas que me parecieron interesantes, el alfabeto era como un gran enigma, haciéndome recordar a los jeroglíficos de las civilizaciones antiguas.
Estaba en casa de Alex, de hecho, últimamente pasaba la mayor parte del tiempo allí. Una tarde Kelly llegó disgustada
- No puedo creer que te vayas...- espetó observándome de soslayo, me mantuve en silencio
- Carys, tengo que hablar con ella...
Asentí rápidamente, y salí de la habitación.
- ¿Vas a ir con ella? ¿es en serio? – me quedé detrás de la puerta, estaba mal, pero ¡qué diablos!
- Kelly...
- No voy a aceptarlo simplemente...
La tomó en sus brazos, retorciéndola, acariciándola al punto de hacerla gemir con su toque.
- Tú eres la mujer de mi vida, ella sólo es una niña, es mi hermanita ¿entiendes?
- Pero, ella ve algo en ti, le gustas y simplemente, no puedo pensarte con ella...
Las lágrimas estaban a punto de rebalsar mis ojos, pero me mantuve fuerte.
- Nada de lo que haga hará que cambie de opinión. Te amo, grábalo en tu mente...
Te amo, lo susurré mientras afirmaba mi espalda a la pared al lado de la puerta entreabierta, cerré mis ojos al percibir como el cierre del diminuto vestido se abría. La haría suya, y yo, esta vez, estaba agonizando. No se trataba de Gina, esto era diferente, verlo en acción esta vez me partiría el alma. Me alejé llegando a la cocina. Quería gritar, llorar, golpear al maldito infeliz, arrancarle los ojos para que sólo estuvieran posados en mí.
- Carys, amor, ¿estás bien? – la mano de mi tío Yannick me sacó del trance en el que estaba
- Sí, estoy bien.... me observó e hizo una mueca entre tierna y dolorosa
- No, no lo estás...
- Yo...debo irme...
- Quédate, toma un té conmigo, ¿sí?
El agua hervía, Yannick la derramó sobre las tazas y colocó las tostadas con mermelada de fresa, podía hacer un esfuerzo, era buena actriz después de todo
- Mmmm, mi preferida
- Sí, también es la de Lara
- ¿Cuántos años llevas con ella? – me tío dio un gran suspiro
- Llevamos más de 20 años juntos
- Y se aman del mismo modo – sonrió, sus ojos verdes volando hacia otros tiempos.
- Nunca amé a nadie como a Lara, hubo algunos años en los que, tontamente, creí que no la necesitaba. Dios, agonicé todo ese tiempo, pero me sirvió para reflexionar y darme cuenta dónde estaba mi corazón.
- Sí, papá suele decir que fuiste un idiota... – rio con ganas mientras dejaba de beber para seguir hablando
- ¡Lo era!, sin embargo, reaccioné a tiempo y Lara bueno, pudo perdonarme.,.
- Tuviste suerte, encontraste a tu amor verdadero.
- Cariño, eres muy joven, tú también lo encontrarás
- No, no lo haré...- Yannick suspiró y negó varias veces
- Amor, recorrí el mundo buscando a tu tía para que me perdonara, no tenía derecho a pedir nada a cambio después del dolor que le había causado. La humillé ¿entiendes?, ella me salvó y yo, simplemente, la hice añicos
- Yo no soy como tú o Lara...
- No, pero eres como tus padres, y aceptarás a Alex cuando se dé cuenta que la arruinó
- ¿Alex? – me guiñó el ojo en señal de complicidad
- Cariño, ¿en serio piensas que alguien se lanzaría a lo desconocido como tú sólo por amor de primo?
- ¿Él lo sabe? - mis mejillas ruborizándose
- No, el tonto no ve más allá de sus narices, no te preocupes, todo va a salir bien...
Me marché de la casa de Alex con una sensación rara en mi pecho, por años creí que el amor no se me notaba, sin embargo, al parecer, había sido más que obvia en mis sentimientos. Lo más gracioso de todo es que cada persona que nos conocía había visto mi corazón, había quitado el velo, excepto él.
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Carys - SAGA APASIONADAS (Romance +18) Libro 4
Romance"Hubiera deseado desviar mi vista, que mi corazón no quisiera salir de mi pecho, pero era imposible. Estaba impresionada por la escena, por la maravillosa piel a disposición, por su cuerpo musculoso. No debería sentir esto. Había crecido con él, era...