Compañía inesperada

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A veces, mientras dejo caer el vino espumoso en los recipientes, me pregunto qué se sentiría estar del otro lado del mostrador, dejar atrás años y años de una maldita herencia.

Me gustaría creer que mi propia vida es sólo mía. ¿Acaso podría entrar alguna vez a una taberna como cliente, con amigos y sentarme a reír con ellos?

No puedo dejar de hacerme las mismas preguntas una y otra vez: ¿Qué sería de mí si, aquel fatídico día, mi padre no hubiera muerto? ¿Estaría trabajando para los caballeros de Favonius? O tal vez ¿estaría en alguna alocada aventura derrotando Hilichurls? Es más, podría estar probando la dulce boca de Jean, envolviéndola entre mis brazos.

Aunque estos son pensamientos vacíos que parecen ser de otra persona, de otro Diluc.

En mis hombros llevo mucho miedo de volver a perder a alguien querido. Tal vez debería hacerle caso a kaeya, dejar pasar el tiempo y ser aquel joven sonriente que fui alguna vez pero no puedo. El yo de ahora, el que sale por las noches a buscar justicia arde en mi pecho cual fénix vigoroso buscando cielos que partir.

Tengo que tomar una decisión, encontrar un propósito y es que el destino parece ponerme a prueba.

Un día, mientras estaba sentado en el viñedo apreciando los rayos de la mañana, llegó una joven que captó mi atención. La acompañaba una extraña niña que levitaba y que, cada vez que hablaba, emitía un tono agudo y burlón.

Desde el segundo piso las observaba mientras no podía evitar preguntarme por ellas...¿Quiénes eran?

La curiosidad me invadía, nunca antes las había visto en Mondstadt ¿serían viajeras provenientes de Liyue? Lo pensé un segundo pero negué con la cabeza, sus ropas eran diferentes, su esencia también.

No podía dejar pasar aquello, sentía mi alma estremecerse. Había algo en ellas, sobre todo en la joven viajera, que me atraía y provocaba que mi espíritu reaccionara.

A través de la ventana seguí sus movimientos cual halcón vigila su presa, en silencio y expectante.

Vi a la muchacha de cabellos rubios acercarse decidida a la entrada y entablar diálogo con las empleadas del viñedo. Desde la distancia en la que me encontraba, solo podía oír leves murmullos de su conversación. En un momento la joven asintió y emprendió su camino hacia un lado de la residencia.

A pasos leves, casi levitando como aquella niña extraña, caminé hacia la otra ventana para ver mejor el panorama.

Sus voces resonaron. Podía oír claramente lo que decían y por lo que hablaban, descubrí lo que tanto habían murmurado entre ellas y las empleadas: la viajera había aceptado su encargo de deshacerse de las hojas que estaban esparcidas alrededor, a cambio de un poco de dinero.

"¿Y ellas qué están haciendo?" Gruñí apretando los labios en una mueca de desagrado que rápidamente se reemplazó en un gesto de sorpresa ante lo que estaba escuchando venir de las chicas extrañas:

—Entonces lo mejor sería quemar las hojas y el problema se resolverá en un dos por tres—La niña voladora sonrió triunfante mientras reía.

Incrédulo, volteé a ver a la viajera que solo atinó a asentir mientras sacaba un mechero de su bolso.

—Pero... ¿Por qué?—Murmuré atónito mientras veía arder las hojas y todo alrededor del viñedo se llenaba de humo.

No pasó mucho tiempo para que todos salieran asustados a ver qué ocurría. Por supuesto yo también lo hice, aunque ya estaba acostumbrado al fuego y eso no me molestaba en lo absoluto. Solo lo hacía para poder verla, saber qué era lo que me atraía de ella.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2021 ⏰

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Un nuevo amanecer - Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora