3. CONOCIÉNDONOS (POR HERMES WESTCOTT)

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Me senté en mi sitio y me quedé mirando a Maddox embobado. Quería saber qué estaba escribiendo en una hoja, así que disimuladamente saqué mi cámara y enfoqué la ficha que estaba haciendo. Era la recuperación de Geometría. Le faltaban dos ejercicios. Me levanté de mi sitio, cogí mi mochila y mi cámara y antes de que viniera la señorita de Literatura Contemporánea me senté a su lado y le pregunté...

-¿Necesitas ayuda?

Me tenía que juntar con ese chico musculoso, no solo para poder apreciar la perfección de cuerpo que tenía. También era para poder usarlo. Sí, sé que usar a alguien es una cosa mala, pero tenía que hacerlo. Porque necesito algo de respaldo en el instituto. En los partidos que yo he ido, él mismo y sus amigos se han burlado de mí. Me tenía que buscar la vida para no ser acosado por todos los del equipo, entonces podría fingir ser su amigo para que no me joda la vida. ¿Y cuál es la mejor forma para hacer eso? Ayudándole con la recuperación.

-Sí, por favor... Me queda este ejercicio, otro más y los acabo, pero no los entiendo... -me miró algo extrañado, porque no me conocía de nada. Desde el principio sabía que necesitaba ayuda, esos ejercicios eran difíciles. Así que accedí a ayudarlo.

-Este primero va así y este otro así -le expliqué los ejercicios con ejemplos diferentes para que él pudiera hacer los suyos.

Maddox empezó a hacer sus ejercicios y yo mientras, guardé mi cámara. No sabía qué me estaba pasando: ¡fui amable con un futbolista del instituto sin que él me mandase!

-Así entonces, ¿no? -preguntó al terminar.

-Sí, es así.

-Gracias -me sonrió.

-No es nada. Además, para eso están los compañeros de clase -lo miré y luego me fijé en la tarea de Geometría. La hizo entera bien, y me impresionó bastante.

-Supongo...

-¿Cómo que supones? -lo volví a mirar, y justo en ese momento entró la señorita de Literatura Contemporánea.

-No todos son así -me susurró.

-Pero yo sí soy así, futbolista número 39.

-¿¿Cómo te sabes mi número?? -me preguntó flipado.

Me estaba empezando a gustar esto de marear al pobre chaval, me quería hacer el interesante y ya de paso hablar con este chaval que en un principio me había caído bien.

-Soy uno de los fotógrafos del instituto, me han llamado unas cuantas veces para haceros fotos en los partidos. Pero claro, no os fijáis en los fotógrafos. Por eso me sé tu número del equipo -dije mientras empezaba a sacar mis cosas para tomar apuntes de Literatura.

-Ya, no suele ser tiempo para fijarse en el público en general...

La profesora nos miró con mala cara y nos mandó a callar. Recuerdo que nos dijo que si nos volvía a ver charlando, que nos mandaría a limpiar todas las aulas de clases, el gimnasio y los cuartos de baño. A mí me da igual estar limpiando, es más, me he presentado como voluntario para ayudar al conserje. Pero dudo mucho que a mi nuevo compañero le guste hacer eso. Me callé, pero saqué mi libreta y empecé a escribir en ella.

-Pues hacemos un gran trabajo los fotógrafos, la verdad -cuando terminé, le pasé la libreta.

El chico sonrió. Supongo que sería porque fui listo y para que no nos castigasen usé un método eficaz para comunicarme.

-Sí, algunos sí.

-Como yo, claro -le escribí y le puse entre paréntesis que era ironía.

-Sí, creo que hay varias fotos que tú me hiciste en mi Instagram. Son las mejores fotos que tengo, la verdad.

365 Días Para Enamorarte De MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora