Capitulo 1

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Narra trolli :

La bendita alarma me despierta, recordandome que tengo que ir a la universidad. No puedo tener mas flojera, no esperen si puedo. Estiro el brazo para apagar el sonido que hace que me sangren los oídos pero lo que hago es tomar la alarma y reventarla contra la pared; pero... No funciona. Sigue sonando y esta intacta.

-Dios, si estas ahí ayudame - doy una plegaria y me levanto como enfermo para ir a tomar una ducha.

Al terminar me cambio, bajo a desayunar la comida que preparé , tomo las llaves de la casa y del auto y me voy.

Al llegar lo primero que me encuentro o a quien me encuentro es a acenix, una chico-gato obsesionado con el yaoi.

Me desespera y molesta. Siempre esta con su "¿ya encontraste a tu uke o es que eres uno?" y esas cosas. No lo aguanto; y lo peor de todo es que es mi amigo.

-¡¡Trolli!! - grita acenix como siempre; con alegría y entusiasmo que se refleja en todo su ser - ¿Como está mi seme en la mañana de hoy?

Ruedo los ojos. Creo que no he tenido ni una relación con un chico para que me vea de esa manera y no quiero ni pensar lo que se ha llegado a imaginar.

-Con la flojera de todos los días - contesto con poco entusiasmo a comparación suya y caminamos a nuestra primera clase - ¿Que tal tú?

-Que aburrido. A comparación de ti yo estoy excelente - sonríe de oreja a oreja. A veces me asusta.

-Siempre estas así - puede que no lo admita pero me da algo de celos ya que yo también quisiera ser así pero simplemente mi personalidad no da para más.

Llegamos al salón, yo sintiendo miradas en mi que podrían encender me en llamas si continúan, pero mantengo la calma.

Las clases pasan bastante rápido, lo que agradezco. Jamás he sido un mal estudiante, por lo contrario y no quiero presumir pero no me esfuerzo mucho para tener buenas calificaciones. Camino al estacionamiento para regresar a casa pero algo me detiene. Unos humanos mitagatos están molestando a un pequeño perro amarillo que esta asustado en un árbol. Miro con un poco de curiosidad. ¿Que les pasa? ¿Que de divertido tiene molestar a alguien más indefenso que ellos?

¿Debería ayudarlo? Peor es mirar u no hacer nada. Me acerco a ellos y les digo:

-Dejen de molestarlo.

Ellos me miran con una sonrisa muy cínica capaces de golpearme a mí también por meterme.

-No te metas en donde no te llaman - dice uno de ellos para luego seguir molestando - acabaré con esta bola de pelos.

Los demás ríen. Miro al pequeño perro que esta prácticamente muriéndose de miedo, sus garras están enterradas en la corteza del árbol. Los mitagatos le tiran piedras y me entra la ira. Me acerco a ellos sin dudar los golpeo e inmediatamente dejan al perro y vienen por mi. Tres contra uno no parece justo pero sé artes marciales así qué...

-Las pagarás - dice uno de ellos mirándome con odio mientras intenta arañarme pero lo esquivo con facilidad y lo golpeo en el rostro rompiéndole la nariz. Los otros se acercan y acabo con ellos de una vez dejándolos inconsciente. Miro al pequeño perro amarillo que ahora esta llorando.

-Ven - extiendo mis brazos hacia él y sonrío tratando de mostrar que puede confiar en mí pero sus ojos y cuerpo temblorosos dudan por un momento - baja de ahí.

Solo unos segundo y se lanza a mis brazos acurrucandose en mi pecho. Ahora que lo veo mejor, su cabello es marrón , sus orejas amarillas y cola . Es muy lindo y pequeño. ¿Y ahora qué? ¿De repente me voy a enseñar con esta cosa?

-Oye, ¿donde vives?

Levanta la vista dejando ver sus hermosos ojos castaños algo hinchados por llorar.

-No lo sé - dice de una manera tan adorable que cualquiera hubiera sido encantado. Este pequeñajo me hará sentir ternura. Si acenix viera esto, ya diría que tengo algo con este neko.

-Bien te llevaré conmigo - lo abrazo porque sus brazos me aprisionan con fuerza y aun esta temblando un poco. Durante el viaje no dice nada, ni siquiera se despega de mí, sus ojos solo están pegados a la ventana. Entro a la casa, mi mamá aun no llega y aprovecho para conocer más a este pequeño.

-Dime ¿como te llamas? - pregunto sentándome en la mesa de desayuno con el a horcajadas en mi regazo. Creo que se está acostumbrado demasiado rápido a esto y yo aún así no lo Quito de encima. ¿Pero qué estoy haciendo?

-Me llamo Mike . Gracias por rescatarme de esos perros - sus mejillas enrojecen y se ve ten lindo, parecen dos manzanas que dan ganas de morder.

-Soy Trollino y te quedarás esta noche conmigo hasta ver de donde te escapaste - puedo ver como sus ojos brillan y me abraza por el cuello.

-Gracias.

-No es nada - lo abrazo un poco - ¿Cuantos años tienes?

-16.

¡16! Parece de 14. Ok, ok.

-Bien, te daré algo de leche - lo siento en un taburete y le sirvo la leche tibia.  Lo miro con atención. Sus rasgos me resultan conocidos pero no puedo identificar a quien.

Suspiro pasando una mano por mi cabello y preguntandome qué demonios estoy haciendo.

-Está muy rica - sonríe mostrando sus lindos dientes. Es tan tierno que me produce escalofríos.

Como no pude predecir que tendría alguien en casa, la habitación de invitados no está lista del todo, pero solo será una noche. Lo cargó llevándolo conmigo hacia esa habitación.

-Trolli tengo sueño - dice mi nombre en diminutivo mientras bosteza y se soba un ojo. Es adorable. Contrólate trollino.

-Te prestare algo para dormir - lo dejo en la cama y voy a mi cuarto. Busco en mi armario algo de ropa y saco una camiseta que de seguro le quedará grande y un bóxer que me queda pequeño. Volteo y para mi sorpresa Mike me siguió pero esa no es mi sorpresa, es que solo está en ropa interior. Su piel se ve tan suave que...¡Controlate! Respiro profundamente, - Trolli.

-¿Si?

-Ten - le doy mi camiseta y se la pone. Le queda grande pero se ve aún más tierno - bien, puedes dormir, y-yo iré a terminar unos trabajos.

-Gracias otra vez - se pone de puntillas y besa mi mejilla y las siento arder pero su cara es todo un tomate. Sale de mi cuarto y me aseguro que este cómodo. Se mete entre las cobijas y al poco tiempo lo escucho ronronear.

Ok, mañana debo averiguar de dónde viene. Hago unos pendientes de las clases con rapidez y cuando acabo me doy cuenta que es tarde.  Me cambio por mi pijama y me meto a la cama.

-¿Trolli? - me sobresalto, sintiendo mi corazón querer salir directamente de mi pecho al escucharlo.

¿En qué momento entró?

-¿Que haces? - pregunto mirándolo con atención me solo se esconde un poco entre las sábanas.

-Es que, no me gusta dormir solo.

Lo que faltaba. Pienso en si dejarlo o no, pero sus ojos mirándome fijamente con cara de súplica me hace caer.

-Esta bien - suspiro dejándome vencer.

-Estas caliente - siento sus manos abrazar mi torzo y su cola me hace cosquillas en la pierna. Esto es demasiado. Solo acaricio su cabeza haciendo que ronronee y poco a poco se va quedando dormido.

¿Ahora soy como un padre?
¿En qué me he metido?

Cuidaré de ti - Mikellino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora