Entre sábanas blancas

Giana

.Juliana:

Llevo dos días trabajando en este hotel y no se si voy a poder acostumbrarme, me duele todo el cuerpo, sobre todo los brazos y la espalda, la noche es lo que peor llevo porque es cuando todos mis músculos se enfrían, luego otra cosa y es que todavía no se donde esta exactamente cada lugar y eso quieras o no hace que pierda tiempo, disponemos de veinte minutos para hacer la limpieza de una habitación, claro las otras compañeras llegan bien de tiempo pero yo siempre voy atrasada, de todo lo malo hay una cosa buena y es que al menos el pasillo donde se encuentra la habitación de la engreída de Valentina Carvajal ese lo han quitado de mi zona, al menos algo de bueno tenía que resultar el que tropezara con mi carro, que culpa tengo yo si salió de su habitación tan disparada, vamos tratándome como si fuera una mierda y mira que no, no me gusta decir esa clase de palabras pero es que ufff puede con mi paciencia, cuanta razón tenía tanto mi tía como Guille de que tengo que tener paciencia con ella, no respeta a nadie y no se que se cree que es, para mi ella no es mas que yo, por mucho que sea la hija del dueño si, en mi horario de trabajo no tendré mas remedio que controlarme porque necesito la plata pero fuera en la calle si por un casual me la tropiezo que ni se le ocurra volver con sus humos de chica top porque ahí si que no me callare, al fin y al cabo es una persona como yo y de torres mas altas han caído.

En serio que me pregunto si algún día terminare por adaptarme a este lugar, tenía que estar ahora en la zona de la cafetería y no se ni por donde anda eso, mira que he intentado memorizarme cada rincón de este hotel pero no hay manera, soy muy despistada para estas cosas el sentido de la orientación lo tengo algo estropeado, si al menos viera alguna de mis compañeras le preguntaría pero no veo a ninguna por aquí, solo veo salir algún que otro huésped de su habitación y lo que no voy hacer es justamente preguntarle cuando supuestamente tendría que saber encontrar el lugar.

Quince minutos después por fin encuentro el lugar, madre mía si es que soy capaz de perderme en un bosque de un solo árbol, sera mejor que me ponga manos a la obra no sea cosa que me tropiece con la súper chica agradable y entonces me venga con alguna de sus groserías.

-Disculpe podría ayudarme un momento- es la voz de una mujer.

-Si claro dígame- al voltearme vi que la chica mas o menos sera de mi edad, me llamo la atención su mirada, de estas que reflejan como es su interior, su alma, inspira honestidad- en que puedo ayudarle?- le respondo para no estar mas tiempo callada, otra de mis cualidades es que me suelo quedar mucho en las nubes cuando algo me llama la atención.

-Podría indicarme donde se encuentra el gimnasio? hace años que no vengo a este hotel y por lo que veo esta todo reformado y no se muy bien por donde ir, he empezado a dar vueltas y al final siempre termino en el mismo lugar.

-Uy si es por eso no se preocupe a mi me sucede lo mismo, llevo dos días trabajando aquí y aun no me termino de conocer las instalaciones pero bueno creo que en eso si que puedo ser buena guía, tiene que seguir todo recto, torcer al pasillo de la derecha y luego mas adelante a la izquierda y lo vera.

-Jajaja en serio pretendes que recuerde eso, voy a confesarte algo y es que soy pésima para el sentido de la orientación.

-Que le parece si la acompaño, justamente ahora mismo iba cerca del gimnasio.

-Pues muchas gracias de verdad y por favor no me hables de usted que tendremos mas o menos la misma edad.

-Lo que prefieras, por mi perfecto.

-Por cierto mi nombre es Giana.

-El mio es Juliana, un placer- le extendí la mano y automáticamente ella correspondió para saludarnos.

-Oye dime cual es tu truco para no perderte por aquí si apenas llevas trabajando en este lugar.

-Jajaja de verdad quieres saberlo?