"Es por tu bien"
Esa era la frase que siempre le decía el rubio al pelinegro, que cada día se sumergía más y más en la oscuridad de lo que alguna vez fue un hogar dulce y lleno de amor.
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Bromas hirientes.
El pelinegro y el rubio estaban tranquilamente viendo una película sentados en el sofá, compartiendo una sabana que cubría a los dos por completo, mientras que por debajo de esta se tomaban de la mano.
Estaban viendo una película sobre fantasía y ese tipo de cosas, casualmente estaba pasando por un canal que el niño nuevo puso aleatoriamente y la trama de esta atrapo a los dos jóvenes.
Era la noche perfecta de películas para la joven pareja que desde hace ya un tiempo se habían mudado a una casa para vivir juntos. En el tiempo en el que ambos se habían mudado, el hogar no de estos no podía ser más empalagoso y lleno de amor.
Esa noche era perfecta, al menos lo era hasta cierto punto.
-Oh, lo esta curando - dijo con un tono de sorpresa el rubio observando detenidamente la pantalla.
Dovahkiin, que estaba más concentrado en admirar la hermosura de su pareja, miro a la pantalla para ver que era cierto. Uno de los personajes estaba malherido y otro lo estaba curando con magia.
-¿Recuerdas cuando todos jugábamos? - pregunto Butters con una sonrisa recordando como conocio a la persona con la que estaba al lado.
Por parte de Douchebag, que seguía siendo llamado así de vez en cuando por sus amigos, dio un si con la cabeza.
-Recuerdo que cuando jugábamos, en la mayoría de mis turnos tenía que curarte o tomabas pociones de salud. Realmente no soportabas ni dos turnos jeje - menciono Butters seguido de una cuantas risas más.
Como era costumbre en el pelinegro, este no dijo nada. A pesar de que sabía que su pareja lo decía a modo de broma, realmente eso no le sentó nada bien, había puesto su vida en riesgo aquella lejana vez solo para que ahora hiciera una broma.
Su mirada bajo ligeramente a la vez que su agarre se aflojo, cosa que no paso desapercibida por el rubio, el cual conocía bien el lenguaje corporal de su pareja y se dio cuenta que se había pasado con aquella broma.
Butters no dudo ni un solo segundo en acercarse a la mejilla del contrario para plantarle un dulce beso y entrelazar sus dedos con los de Douchebag, y a su vez ofreciéndole una disculpa sincera.
-Lo siento Dovah, no debí hacerlo - dijo con una expresión enternecedora.
Las mejillas de Dovahkiin se pusieron de una tonalidad rojiza mientras daba una pequeña sonrisa tras escuchar su nombre salir de los labios de su pareja. No le gustaba mucho demostrar sus emociones, pero Butters era el único que podía sacar su lado más dulce.
Ambos apretaron el agarre de sus manos sin querer soltar la mano del otro jamás, se amaban y no querían separarse jamás. Habían pasado un montón de cosas juntos, habían tenido una bonita relación desde que tenían 9 años y no querían que todos esos años que tardaron en darse cuenta que se amaban se fuesen al caño.
Porque al fin y al cabo, todo había sido solo una broma hiriente e iba a quedar ahí, ¿Verdad?
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