—Ahhh... —suspiraba Shail mirando una foto—. Qué recuerdos... —dijo con contenida emoción.
—¿A ver? —inquirió la joven celeste con curiosidad—. ¡Oooh! —exclamó al ver qué había provocado aquella reacción en su marido.
—Ese día... Esa foto... —le costaba hablar—. Es de cuando fuimos al museo británico de Londres Alsan, Victoria, Jack y yo. Fue la única excursión que hicimos todos juntos sin haber estado en peligro. Nunca imaginé que sería la última...
De repente, de los ojos Shail brotaron dos lágrimas nostálgicas. Desde aquel fatídico día en que tuvo que decir adiós para siempre a los dos jóvenes a los que había acogido y cuidado durante tanto tiempo, de vez en cuando se encontraba cosas que le recordaban a aquellos días en los que la Resistencia luchaba unida. Todos esos años en los que los ejércitos de las distintas regiones de Idhún, incluidos los Nuevos Dragones, habían puesto a Jack, Victoria y Kirtash en busca y captura, se había dedicado a entrenar su magia hasta el punto de casi tener el rango de archimago. También, cuando las lunas de Idhún brillaban más, salía por la noche a buscar personas a las que concederles la magia con el cuerno de unicornio que Victoria le concedió —el primero que tuvo, el que Ashran le arrebató—. Debía ser un secreto, por lo que a cada mago que consagraba le borraba, mediante un hechizo, la parte de la memoria que correspondía a su rostro, dejándole únicamente la maravillosa sensación que experimentan aquellas personas que sienten por primera vez la magia corriendo por sus venas. Cada vez que lo hacía no podía evitar acordarse de la que una vez fue su aprendiz y, sobre todo, su amiga. Una chica de la Tierra a la que salvó cuando era pequeña y que fue perseguida por Kirtash, que, en aquel entonces, no estaba de su lado. También ella fue el último unicornio que sobrevivió a la conjunción astral, que él salvó y llamó Lunnaris —que en idhunaico significaba «portadora de magia», que hacía referencia a la capacidad de los unicornios de entregar la magia a las personas a las que rozaban con su cuerno canalizando la energía del mundo a través de él.
Nunca fue capaz de volver a Limbhad a verlos, pues no disponía de la energía suficiente que requería el conjuro para abrir la puerta interdimensional que conectaba los dos mundos. Esta, en su momento, fue prestada por el báculo de Ayshel que portaba Victoria. Por ello, una de las razones por las que entrenó tanto fue para hacerse más fuerte y conseguir volver a verlos de nuevo, un sueño que le estaba costando mucho trabajo y esfuerzo y que no imaginó que, diez años después, todavía seguiría sin lograr.
—Los echo tanto de menos... —lloraba—. ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que acabar así? ¿Por qué sigo sin ser capaz de repetir aquel conjuro? ¡Llevo diez años entrenando para mejorar mi magia y, aun así, sigo sin conseguirlo! —exclamaba con impotencia—. Oh, ¿qué puedo hacer, Zaisei? He perdido la esperanza —sollozaba aún más fuerte—. ¡El hecho de que hayan seguido surgiendo magos consagrados hace pensar al mundo que ella sigue aquí y que, por tanto, esa niña con ascendencia shek vive aquí! ¡Los Nuevos Dragones siguen enviando patrullas cada mes a realizar búsquedas para encontrarlos y matarlos!
Zaisei abrazaba a Shail para consolarlo. Ella, además, sentía profundamente el gran dolor por el que había pasado Shail durante toda esa década, y en ese momento las lágrimas de él también empezaron a ser suyas. Su condición de celeste le hacía experimentar los sentimientos de los demás tan claros como el agua. Ella también los echaba de menos.
—Sé que lo lograrás. Estás muy cerca. Yo confío en ti.
También habían estado investigando sobre las eras anteriores a la conjunción astral, aprendiendo más sobre lo que sucedió antes de que Ashran exterminara a dos de las tres razas más poderosas de Idhún. Trataban de obtener información útil sobre la era de Talmannon, el emperador oscuro en cuyo cuerpo habitó el Séptimo. Shail indagaba sobre todo en los libros que hablaban de puertas dimensionales y dioses. Seguía sin comprender cómo estos abandonaron su mundo habiendo estado a punto de destruirlo sin escrúpulos.
ESTÁS LEYENDO
Redención - Fanfic de Memorias de Idhún
Fantasía¡Hola! Mi nombre es Apollo :D Este fanfic trata sobre lo que, en mi imaginación, ocurriría después del último libro de Memorias de Idhún. La historia se sitúa 10 años después de Panteón :0 Es necesario haberse leído los tres libros para entenderla y...