Konoha: De vuelta a casa

1.9K 259 400
                                    

Yin

«Tenía la mirada agachada, noté como había sangre en en el piso y al levantar la vista, observé a varias personas, muertas.

Sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Rápidamente, fui hacía algunas personas, para verificar si tenían pulso, pero no era así.

¿Quién habría hecho esto?

Todas las personas de aquí, eran muy amables, demasiado humildes, no entendía quien haría algo así.

Seguí mirando a mi alrededor, todas las personas estaban muertas, niños, jóvenes, adultos, ancianos...

—Yin...— hablo Jiraiya.

—Siento un chakra.— dije con cierto enojo.

Apreté mis puños con mucha fuerza.

Sea quien sea, pagará por hacer algo así.

Jiraiya y yo, seguimos caminando por todo el pueblo, viendo como todos los cuerpos, habían sido asesinados de una forma demasiado cruel y este mismo escenario, me recordaba a la masacre de mi clan.

Ví a una persona de espaldas, el único chakra que sentía.

—¡Oye tú!— grito Jiraiya.—¡¿Quién eres y por qué has hecho esto?!

Él no respondió.

Ví como clavo el Tantõ, en el cuerpo de un niño.

Eso aumento más irá. Rápidamente, me dirigí hacia él, ignorando el llamado de Jiraiya. Tome al sujeto del cuello, e inmediatamente, me di cuenta que se trataba de un niño, de aproximadamente 14 años. Lo mire sorprendida, sus pupilas estaban dilatadas.

Solté al niño, mientras daba un paso hacia atrás.

Él... Él está siendo manipulando.

Saque un Kunai, dispuesta a descubrir dónde se encontraba el cristal, pero al hacerlo, el niño se hizo un gran corte en el abdomen y antes de que pudiera acercarme a él, se dirigió a una pared. Con su sangre había escrito dos palabras.

Uchiha Yin.

Mis ojos temblaron ante ello. Me acerqué al niño, el cuál cayo de espaldas, debido a la sangre que estaba perdiendo.

—¡Oye!— grite.— ¡Resiste!

Puse mis mano en su herida, mientras utilizaba el ninjutsu médico, pero era imposible, él estaba muriendo. Noté como soltaba lágrimas. Apesar de ser manipulado, sabía lo que estaba haciendo.

—¡Vamos!— dije nuevamente.

No era su culpa.

—Yin...— llegó Jiraiya a mi lado.— Déjalo, no podemos hacer nada por él.

—¡No!— exclamé.— Se que puedo hacer algo...

La Última VoluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora