Casa Harper || Nicky Harper Y Tu ||©

CAPÍTULO 3

Todo era tan intenso e incómodo. Solo estaba sentada en la silla apareciendo a Nicky; quien cocinaba tranquilamente mientras miraba una receta por internet.

— Oye Nicky...

— ¿Hmm?.

Me levanté y me acerque a la isla, mire la mezcla que estaba haciendo y se miraba deliciosa aparte de que olía delicioso.

— Podría solo... — trate de meter el dedo.

Nicky accionó rápidamente y golpeó levemente mi mano, la quite al instante. Lo mire enojas y este solo rodo los ojos.

— No agarres, aún no está.

Bufé — Pero ya tengo hambre, Nicky, literalmente estuviera justo ahora comiendo una gran y hermosa hamburguesa.

— En primera, la hamburguesa tiene mucha grasa que podría perjudicar tu salud — alcé una ceja — Y segundo, ya casi está, solo unos minutos más.

— De acuerdo.

Nicky saco el cucharón y lo iba a dejar en el lava platos pero corrí hacia él y quise tomar el cucharón, este era más alto y solo alzo la mano para que no lo alcanzará.

— ¡Déjame probar un poco!.

— No, esto requiere de práctica y eso de chupar el cucharón es asquero... ¡Oye! — chillo.

— Lo siento — empecé a chupar el cucharón.

Nicky solo suspiro y negó con la cabeza, pero siguió haciendo la comida. Yo disfrutaba de ese cucharón, sabía delicioso lo que preparaba. Tenía unas manos mágicas.

Lo mire, ese chico era el único que comenzaba a agradarme, era muy lindo, aún que me haya recibido con un dardo en la cabeza.

Sus facciones eran simplemente perfectas, sus delgados pero marcados labios... Es...

— Perfecto — suspire.

— ¿Perfecto?.

Volví a la realidad, sentía mi cara roja de la vergüenza. Baje la mirada; mostrando mi nerviosismo.

...

La comida estuvo deliciosa, por poco paso mi lengua por el plato. Pero eso sería un poco asqueroso, y mas frente a él. Nicky mantuvo contando visual conmigo por unos segundos.

— ¿Que te pareció? — pregunto recogiendo los platos.

— Delicioso, cocinas increíble Nicky — sonreí — ¿Como aprendiste a cocinar así?.

— No lo sé, siempre me gustó — se sentó.

De pronto, ahí está de nuevo, el silencio incómodo. Pero todo se volvió más incomodo cuando Nicky se acercó un poco, trague saliva ¿Estaba tratando de besarme?.

— ¡Llegamos! O por Dios ¿Eso eso es pastel de carne? — pregunto Dawn acercándose al pastel.

— ¡Un momento! — Nicky le pego en la mano.

— ¿Por qué hiciste eso?...

Dicky entro a la cocina — ¿Hacer que?.

— Nicky hizo pastel de carne y me golpeó la mano para no agarrar...

—¿Pastel de carne? —entro Ricky.

— ¡No! — Nicky se puso frente al pastel — Sobre mi cadáver, lo hice para _____________.

Los tres hermanos se acercaron a Nicky y lo empujaron, el pobre chico cayó al suelo y sus hermanos devoraron el pastel de carne. Me levanté y ayude a Nicky, este me tomo la mano y la entrelazó. Pero yo la quite, me sentí algo... ¿Incómoda?.

— ¡Chicos! Hora de dormir — exclamó Anne pero se detuvo en seco — ¿Eso es pastel de carne?.

Los tres hermanos respondieron asintiendo la cabeza, mientras seguían devorando aquel pastel.

Anne y Tom se acercaron al pastel y también lo devoraban, mire a mi madre quien parecía estar viendo aquella escena divertida, me asusté un poco al sentir la delgada mano entrelazar la mía. Abrí los ojos sorprendida pero está vez no lo quité, solo la apreté.

¿Quién lo diría?. Estoy de la mano con el chico que creí que me caería mal.

...

Estaba en la habitación de Dawn sentada en la cama, esperando a que ella se terminará de cambiar poniéndose su pijama, para tener “una noche de chicas”. Bufé y mire mi mano, la cuál fue agarrada por ese chico, Nicky Harper.

— ¿Estás lista para la noche de chicas? — salto a la cama — ¡Por qué yo sí! Tenemos revistas, pinta uñas, maquillaje, y chicos lindos — me mostró unas fotos de chicos famosos.

Trate de hablar pero la puerta se abrió, dejando ver a los chicos entrar con cuidado sin mirarnos y cuando cerraron la puerta voltearon y nos miraron, saltaron del susto y gritaron.

— ¿Que hacen aquí? — Dawn se levantó de su cama y la seguí.

— Escuchamos noche de hermanos — menciono Dicky sonriendo.

— Creo que deberías lavar tus orejas, dije noche de ¡Chicas!.

— ¿Y por eso no podemos estar aquí? — pregunto Ricky.

— ¡Vamos Dawn! — exclamó Nicky, me miro y sonrió — Solo queremos conocerla mejor.