Microrelato: Lo Inesperado.

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Los ojos de aquel demonio se posaron sobre ella, avanzando a grandes zancadas hasta que la distancia entre ambos desapareció. Arrinconada, entre la pared y su cuerpo, y provocando que su corazón comenzara a latir desesperado... era el miedo, que comenzaba apoderarse de su cuerpo, que ponía su piel de gallina.

Cerró los ojos con fuerza y aguantó la respiración, esperando que la matara de la manera más rápida que existiera.

Esperó impaciente el golpe que la llevaría a su muerte. Pero lo único que pudo sentir fueron aquellos labios de fuego sobre los suyos.

­—Bum —dijo el demonio, divertido, luego de haber culminado el beso—. Te mate.

—Infeliz. 

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